viernes, agosto 04, 2006

Inequidad y Pobreza…Una Propuesta Liberal

Continúo considerando temas de política económica, esta vez considero el tema de la pobreza, tema que parece vedado a los liberales y es monopolizado por los socialistas como los únicos preocupados por el tema. Esto por supuesto es falso, no sólo eso la propuesta socialista no soluciona nada, la propuesta liberal en cambio puede terminar efectivamente con la pobreza. Veamos como...

Se dice que en México existe una gran inequidad en la distribución de la riqueza y el ingreso. En efecto, en este 2006 observamos una alta incidencia de pobreza, cercana al 40% de la población, así como una notoria iniquidad en la distribución del ingreso, con el 10% más pobre de la población con un ingreso familiar que apenas representa el 1,3% del ingreso nacional, mientras que el 10% más rico de la población tiene una participación en el ingreso nacional cercana al 40%. A esto, la “izquierda” lo llama desigualdad.

Sin embargo, ¿Es posible la igualdad?, y más importante, ¿La desigualdad es dañina o maligna como clama la izquierda? Resulta por demás interesante, analizar algunos datos de uno de los países más ricos de la tierra, EU: Aquí, el ingreso medio es de alrededor de 34,000 Dólares anuales, sin embargo, si comparamos con los ingresos medios de los CEOs (Directores ejecutivos) de más de 12,000 empresas, que son de 14 millones anuales, más extraordinarias prestaciones: Aviones corporativos, bonos, opciones sobre acciones de la compañía, si además comparamos con las familias, si, familias, dueñas de las grandes corporaciones (por que éstas tienen dueños, Microsoft, GM, GE, Coca-Cola etc.. tienen dueños) la concentración de la riqueza está a niveles perfectamente comparables con los de México, es decir, allá también unos cuantos concentran una gran proporción del ingreso…Y, nadie dice nada… Y nadie plantea inequidad, ni desigualdad. Esto mismo se repite en todos los países capitalistas, siempre hay unos cuántos que concentran una porción muy grande del ingreso nacional, hasta en la nueva China e India Capitalistas se está creado una gran desigualdad; más sin embargo, nadie dice nada, o al menos, no con la estridencia ¿Por qué? La respuesta es muy simple, por que el ingreso medio de la población es lo suficientemente alto como para permitirles vivir adecuadamente, es decir, existe una clase media mayoritaria, hay pobreza, como en todas partes del mundo, pero esta no es tan extrema como en nuestro país, en Latinoamérica, algunas partes de oriente, y África. Por tanto, no nos confundamos, el problema no es la concentración del ingreso, el problema no es que unos cuántos “acaparen” una gran porción de la riqueza, el problema es la pobreza. Si en México el ingreso medio fuera de alrededor de 30,000 Dólares, no importaría para nada que se siguiera concentrando la riqueza en unas cuantas familias. Por tanto, el problema no es combatir la desigualdad, el problema es combatir la pobreza, y específicamente el problema es desarrollar una clase media, población que puede vivir con dignidad, y hasta con ciertos lujos.

Aceptando, por lo pronto, que la pobreza es la precariedad en el ingreso, la pobreza en nuestro tiempo, tiene caracteres distintos a la de otras épocas, que la hacen particularmente abusiva. El pobre de hoy vive expuesto, a través de la televisión y otros medios de comunicación, a los estilos de vida de otros grupos más ricos, y consciente por lo tanto, de lo que no tiene y podría llegar a tener. Más aún, la experiencia de los pueblos que han logrado salir de la pobreza generalizada hace sentir que mantener en este estado las cosas no es parte de un destino inexorable. Al respecto daré solamente una cifra: en Francia, en 1780, el 80% de las familias dedicaba, a lo menos, el 90% de sus ingresos a comprar pan. Esto indica hasta qué punto la pobreza era generalizada y también que es posible superarla.

Erróneamente, se acepta que sólo la izquierda está interesada en la pobreza, y que sólo ella sabe como combatirla. La izquierda monopoliza la pobreza, sólo ellos son los que están del lado de los pobres, “Por el Bien de Todos Primero los Pobres”, es el lema de campaña del populista López Obrador. Para la izquierda, la pobreza tiene una causa bien definida: La pobreza es consecuencia de la explotación de los pobres por los ricos a través del mecanismo de la propiedad privada. La salida, entonces, pasa por el control conjunto de los medios de producción por parte del sector explotado. Este es, más o menos, el enfoque Marxista que llevó al socialismo a ultranza, el Comunismo. Para la izquierda más moderada, el combate a la pobreza se logra transfiriendo de los ricos a los pobres no la propiedad de los medios de producción, sino que parte de sus ingresos. Es el enfoque redistributivo que se mueve en la línea del Estado benefactor y paternalista. Esta perspectiva supone que por la vía coercitiva, es decir los impuestos progresivos, que pague más el que más tiene, se puede producir un traspaso de la riqueza de unos hacia otros y que el Estado asuma la responsabilidad por la equidad de los procedimientos de reparto. Esta noción a la “Robin Hood”, de despojar a los ricos de sus ingresos para dárselo a los pobres es muy atractiva, es una limosna forzosa, es muy reivindicativa, los hace sentir que están haciendo lo correcto, basados en la premisa que es insultante que los ricos y empresarios tengan tanto dinero es justo quitarles algo de su riqueza para “redistribuirla” entre los pobres, por esta razón, cantidad de “intelectuales”, se definen de izquierda, por que ellos sí se preocupan por lo pobres, para ellos ver la carencia lastimosa por un lado y la opulencia por el otro es injusto, nada mejor que proporcionar arbitrariamente justicia social quitando dinero a los ricos.

Así en nuestro país, no obstante que Fox es supuestamente de “derecha” y que el Neoliberalismo implementado es el causante de todos nuestros males económicos, se mantiene la misma política económica de siempre que enfatiza la redistribución del ingreso. En efecto, la política económica, particularmente la tributaria, se diseña para quitarles dinero a los individuos de ingresos medios y altos, principalmente a través del impuesto sobre la renta, por medio de tasas elevadas y con una estructura marginal creciente de estas tasas, para poder transferir riqueza a los de menores ingresos. Esto se suele hacer con programas de gasto gubernamental diseñados para lograr transferencias al poder adquisitivo de individuos de menores ingresos, tanto en efectivo, como por medio de subsidios, educación y sistema de salud gratuitos.

Se dice que producto de estas políticas redistributivas, las noticias han sido buenas para México de acuerdo con las cifras del Banco Mundial sobre el programa Oportunidades del presidente Fox., en efecto, según la medición adoptada, en 2000 un 24 por ciento de los mexicanos vivían en pobreza extrema, la mayor parte en zonas urbanas. Cuatro años después, la cifra era de menos del 18 por ciento. En términos absolutos, la reducción es de algo menos de 6 millones de seres humanos en esa categoría.

Por supuesto, estos datos han sido politizados, por un lado negados por los adversarios políticos y por el otro, alabado más allá de toda proporción por el gobierno. Sin entrar en polémica, parece ser que algo bueno está pasando, sin embargo, me queda la duda si esas 6 millones de personas realmente salieron de la pobreza o retirado el apoyo regresarán a esta… Y este es el punto importante, no sacarlos transitoriamente de la pobreza, es decir, si el precio de petróleo baja, o la recaudación tributaria y el Estado es incapaz de mantener la ayuda y/o los subsidios, ¿volverán a caer a su estado original?

Por eso, de lo que debiera tratarse el combate a la pobreza, no es subsanar transitoriamente su estado sino hacerlo permanentemente.

Debemos primero, y ante todo ponernos de acuerdo que es pobreza y segundo cuales son sus causas, pero con objetividad y pragmatismo no con la carga ideológica frecuente de los socialistas o “izquierdistas” que atribuyen la pobreza al Imperialismo, al capitalismo, al Neoliberalismo o cualquier otro “ismo” del que no sea partidario. Es decir, se fija un “culpable” pero se distrae la atención de lo que realmente la pobreza es: La ausencia o carencia de riqueza.

Pero, ¿Qué es Riqueza? La riqueza consiste en activos, incluido, por supuesto uno mismo, mi Capital Humano, que prometen un flujo de ingresos en el futuro. Esto es riqueza. Ni el petróleo, ni el oro, son riqueza si no se convierten en activos duraderos como industrias, puertos, escuelas, carreteras, conocimientos, etcétera que producen un flujo de ingresos en el futuro. Son, en todo caso, fortuna.

En los términos de esta definición, un pobre, lo es, por que su persona no es capaz de ofrecer bienes bien valorados por el resto, no tiene mucho de valor en él mismo o no tiene posibilidad de crear o comerciar con bienes que sean codiciados por los demás. Por eso no tiene riqueza, su promesa de flujo de ingresos a futuro es o nula o muy baja. Así un barrendero, un limpiador de coches, son pobres, por que existe una gran oferta de otros que como ellos, no tienen ninguna preparación y por tanto su trabajo no tiene un gran valor y por consiguiente sus ingresos son bajos. Por el contrario, un eminente médico oncólogo, un neurocirujano, un arquitecto innovador y artístico hacen cosas que los demás valoran, aprecian, aunado a que hay poca gente capaz de hacer lo que ellos hacen tiene en consecuencia que sus ingresos son muy altos. Con esta visión de lo que es la pobreza realmente, puede entonces ofrecerse una solución que es buscar la forma de incrementar el valor Ya en este mismo espacio he propuesta que la primera y más obvia es capacitar al pobre para que añada valor a su persona. Y hago énfasis en capacitarlo en conocimientos que agreguen valor, no todos los conocimientos agregan valor, esto es importante, sin embargo, poco se ha hecho, los programas de estudio son iguales para zonas urbanas y rurales, para distintas regiones del país que producen bienes y servicios diferenciados, esto es simplemente absurdo. Además de que se ha privilegiado la cobertura a expensas de la calidad…Pero esto es todo un tema.

En efecto, la educación y capacitación es un factor importante, el principal para abatir la pobreza, esta argumentación puede probarse si tabuláramos el ingreso medio contra el nivel educativo, la dependencia entre ambas variables es clara: La educación eleva el ingreso y remedia la pobreza. Pero debe enfáticamente establecerse que es condición necesaria pero no suficiente, si no fuera así Cuba, y en su momento la Unión Soviética, serían países asombrosamente ricos, pero no lo es, y no lo fue la Unión Soviética. ¿Por qué? Por que no obstante que se tiene el capital humano, no hay quien lo aproveche, es decir no hay crecimiento económico y aunque hay oferta de capital humano valioso no hay la contraparte en la demanda, los gobiernos socialistas y comunistas siempre mostraron una absoluta incapacidad de generar crecimiento económico, que prueba que en la práctica, el Estado rector de la economía es un inmenso fiasco.

Por tanto, la segunda premisa para combatir eficazmente la pobreza es el crecimiento económico. Una economía que crece crea oferta de servicios y productos, y estas empresas requieren de personal capacitado, entre más inversión exista y más empresas, la demanda por personas sube, y los activos humanos suben de valor, la pobreza se termina, el país prospera. Y no se tuvo que quitarle nada a nadie…

Mucho he escrito sobre que medidas se requieren para incentivar el crecimiento económico, pero aquí comentaremos que la política tributaria dirigida a la redistribución del ingreso atenta flagrantemente en su contra ya que desincentiva el trabajo, el ahorro y la inversión, sobre todo esta última, ya hasta la saciedad he manifestado que un empresa se pone para generar utilidades, y si estas utilidades no son importantes, existen otros países, y otras alternativas que si las son. También, esta política tributaria termina minando la base de recaudación, ya que incentiva la evasión, generando crecientes presiones fiscales deficitarias, las cuales también inhiben el crecimiento. Por otra parte, las políticas encaminadas a los subsidios distorsionan los precios relativos y la asignación de recursos en la economía, lo cual implica generar un menor nivel de PIB real con los recursos disponibles. Y finalmente, una parte muy importante de la recaudación se pierde en la administración burocrática de los programas de gasto gubernamental, lo que implica una destrucción neta de riqueza. Una política económica que enfatice la redistribución del ingreso, al desincentivar el crecimiento económica termina, efectivamente, por hacer a casi todos más pobres, sin que se logre de paso una mejora en la distribución del ingreso, aunque el slogan político sea “por el bien de todos, primero los pobres”. Lo que efectivamente están haciendo con las prácticas re distributivas es exactamente lo contrario a lo que intentan hacer, crean más miseria y en su terquedad ideológica impiden que en México pueda terminarse con la pobreza.

Pero parece muy difícil que mucha gente pueda entender que para acabar con la pobreza se necesita crear riqueza y para alcanzar la riqueza sólo hay un camino, el de la inversión, y el trabajo.

A los socialistas les cuesta mucho trabajo entender que la riqueza no sólo se logra permitiendo sino además alentando el enriquecimiento, esto quizá originado por el falso argumento de que el pastel de la riqueza tiene siempre un mismo tamaño y que por consiguiente la porción de uno no le toca al otro. Pero, en realidad, el propio interés es el mayor incentivo y motor de toda acción enriquecedora. Esto trae en consecuencia un “derrame de la riqueza”, que por cierto los izquierdistas no entienden bien lo que significa, y se limitan a creer que se trata del gasto de los ricos para emplear o comprar cosas de los pobres. No, es este el sentido, el sentido correcto del “derrame” va en dirección a la inversión: Con inversión hay empleo, hay ingresos fiscales, y hay prosperidad. Sin ella, el Estado siempre tendrá recursos muy limitados para ayudar a los pobres, y los pobres, seguirán siendo pobres, hasta que venga un rico invierta en una empresa les dé empleo y mejoren permanentemente sus ingresos.

Pero, hay una realidad, siempre lo he sostenido, en la Economía existe latencia, es decir, un retraso, que puede ser de meses o incluso años, en Irlanda, por ejemplo, tardó casi 3 años desde que se implantaron las medidas liberales y des reguladoras y baja del ISR antes se sentirse palpablemente los efectos, por este motivo es necesario continuar con asistencia inmediata para los más pobres, pero siempre buscando la forma de que más adelante puedan ellos mismos salir adelante, el de salud, también alentar a las fundaciones caritativas, la pobreza es un asunto demasiado importante, y como todo lo importante no debe dejarse enteramente en las manos del gobierno, la caridad con dinero ajeno, no es monopolio del gobierno, como muchos socialistas quieren hacer creer, ahí tenemos los ejemplos del Teletón, un kilo de Ayuda, que nadie podrá poner en duda su loable labor. Y lo más importante, despojadas de la estructura burocrática que sólo destruye recursos son mucho más efectivas en proporcionar ayuda, además de que debemos de admitir que los recursos de los particulares es mucho mayor que lo que cualquier gobierno pueda proporcionar.

Me preocupa hondamente que derivado de todo este conflicto post-electoral, el discurso de revancha mágica de López Obrador que promete el retorno a la prosperidad y felicidad pasadas con tan sólo quitar a los villanos, exacerbe las tesis socialistas, que aunque con buenas intenciones, quiero creer que lo son y que genuinamente están preocupados por la pobreza, pero, lo cierto, y ahí está el mundo real para probarlo, es que su propuesta redistributiva sólo contribuye a que se perpetúe la pobreza de la que tanto se lamentan, y que en consecuencia de todo esto, lleve al nuevo gobierno a paralizarse en sus iniciativas de bajar el ISR, incrementar notoriamente el “gasto social” y en consecuencia inhibir las medidas que realmente van a terminar con la pobreza: La educación de calidad, la capacitación pragmática, para que el pobre incremento su capital humano y por la otra parte la del crecimiento económico, la inversión, para que estos activos humanos encuentren valor a sus conocimientos y la pobreza sea erradicada para siempre.

Concluyo con Ricardo Valenzuela, economista y empresario liberal, que tuvo la audacia de contactar al Dr. Milton Friedman con una sola pregunta ¿Por qué Estonia pudo y México continúa atrapado en su pantano? Su respuesta fue tajante y, sobre todo, sumamente alarmante: “Porque Estonia, a diferencia de México, ha conocido el dolor, las verdaderas profundidades de la pobreza, la opresión y la esclavitud bajo el régimen comunista. Todo ello provocó la formación de una sociedad civil sedienta de libertad y, armada con una repulsión hacia el Estado, provocó se sumara a la causa liberatoria de Laar.” Con esta respuesta volvió a preguntar: “Entonces ¿México tiene que llegar a sufrir de esa forma para encontrar ese camino hacia su desarrollo y liberación?” Corto silencio y luego la sentencia: “Desafortunadamente puesto que, me parece que durante los últimos 200 años, no han aprendido la lección y, la frontera con EU, no ha permitido opere la creativa destrucción de los mercados como sucedió en la URSS.”

¿Será que el Dr. Friedman tenga razón, y necesitemos de una crisis profunda de realmente conocer las “las verdaderas profundidades de la pobreza, la opresión y la esclavitud” para encontrar el camino correcto? ¿Necesitaremos de una “creativa destrucción de los mercados” para entender? Ojala que no…

Y ojala que este escrito permita a mucha gente abrir los ojos sobre como abordar el tema de la pobreza, ahora que el tema tanta estridencia alcanza y que es reforzada por cantidad de “intelectuales” y “economistas”, que claman por un cambio de modelo económico. Seguiremos con el tema, que da para mucho más de que hablar…

1 comentario:

  1. Ojalá que Friedman no tenga razón, o quien sabe, siempre hemos tenido válvulas de escape: La frontera, el petróleo para darle la vuelta a la realidad y manejar la economía sin responsabilidad en el futuro. El daño se ve en la misma Constitución que es indudablemente socialista, las complejas leyes, y el querer mantener privilegios a todos los sindicatos corporativistas, y a los mercantilistas tipo Slim que nos han esquilmado por años y años.

    Ojalá con Calderón podamos ver un cambio radical: se realicen Reformas Estructurales, pero a fondo, y no tengamos que aprender la lección mediante una crisis económica espantosa. Yo más bien creo que la sentencia de Friedman va en esa dirección, como que queremos transformar pero siempre muy tibiamente, dejando sin tocar la "rectoría del estado", las leyes complicadas y costosas, las Instituciones monopólicas malas y que son barriles sin fondo por el miedo a enfrentarse a sindicatos.

    Queremos pero no actuamos con decisión, no procuramos que el país sea verdaderamente atractivo para la inversión, esta no viene, no de dan los empleos y seguimos en la pobreza.

    Pudiera ser que parádojicamente López Obrador pueda ser el acicate que se necesita para salir adelante, ojala.

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