lunes, julio 26, 2010

Todo el Poder para Demandar Proviene de la Producción y de la Oferta

“El hombre que produce mientras los demás disponen de su producto es un esclavo.” Ayn Rand

Antes de entrar a considerar formalmente el intervencionismo por restricción, es menester dejar algunos puntos bien claros.

Jean Baptiste Say

Pues bien, el título de este post no es otra cosa que un enunciado más preciso de la ley de Jean-Baptiste Say, economista posterior y admirador de Adam Smith y que junto con David Ricardo y J.S. Mill se consideran los economistas “clásicos”. Estos economistas creían que la prosperidad está basada en el trabajo duro, en la creatividad humana que lleva a la innovación, en el ahorro que permite formar el capital para ponerlo a producir y generar la producción. Estos economistas nunca sugirieron que estos principios básicos nos llevarían a una utopía en la que no existiera el desempleo ni las recesiones económicas. Para minimizar desempleo y recesión dirían ellos, se requiere de más trabajo duro, de más ahorro y producción, todo ello, por supuesto en un sistema económico no intervenido basado en los precios y las utilidades.

Adam Smith en su “Riqueza de las Naciones”, no se refiere explícitamente al empresario, Say lo hace. Lo que más adelante para Ayn Rand es el Atlas que sostiene el mundo (económico).

Suponiendo que la economía no es socialista, esto es, que los medios de producción, al menos en su mayor parte están en manos de particulares, debemos de pensar lo siguiente: ¿Quién es el que crea la riqueza? Y no menos importante ¿Quién es el que crea los empleos? Si el lector decide que es el estado, entonces estamos hablando de comunismo, nos vamos a Cuba, Corea del Norte o Venezuela y dejamos de leer este post. No tiene caso seguir.

Pero si el lector acepta que es el empresario, y recalco empresario es todo aquel que tiene un negocio y con su negocio produce algún bien o proporciona algún servicio que la sociedad necesita y desea. Así, desde el propietario o propietarios si están en sociedad, que puede por que no, ser la misma familia, de la tiendita, la peluquería, o la fondita de enfrente, hasta las grandes corporaciones con ventas de miles de millones, todos ellos son empresarios, y todos ellos están sujetos a la voluntad del soberano consumidor y ellos mismos a su vez son consumidores.

Entonces, si deseamos que una sociedad prospere necesitamos muchos de éstos, muchos empresarios, muchos negocios, muchas empresas, cada una de ellas producirá algún bien o servicio y competirá con otras para ofrecer lo que tenga que ofrecer con la mejor calidad y precio. ¡Qué falso es cuando un político se para frente a los votantes para ofrecerles empleo! “El Presidente del Empleo”, se denominaba así mismo Calderón, ellos claro, pueden producir salarios, de burócratas, claro está, que no empleos, usando para pagarlos los impuestos de la gente que sí produce algo. Y como vimos en un post reciente él y Fox vaya que si cumplieron la promesa de crear “empleos”, expandieron la burocracia a un ritmo incontrolable. Pero estos “empleos” son parasitarios de los verdaderos empleos, de aquellos que en una empresa producen bienes o servicios que los consumidores desean o necesitan. Esto es, que generan riqueza.

Si el lector acepta que son los empresarios los creadores de la riqueza, y que se necesitan muchos de ellos para producir muchos bienes y servicios y que, para ello contratarán colaboradores que les permitan cumplir con sus objetivos. Y aquí regresamos al título de este Post: Todo el poder para demandar proviene de la producción y de la oferta. Esto es, al crear empresas, se crea producción, y con ella empleos, y riqueza, la gente empleada demandará los productos ofertados por los productores.

En lugar de escribir sentencias de valor, mejor pongamos ejemplos para demostrar que esto es verdadero: Hace unos 20 años, a principios de los 90’s sólo había en México unos cuantos productores de automóviles: GM, Chrysler, Nissan, VW, que a su vez producían unos cuántos modelos. Hoy, en virtud de los tratados de libre comercio, tenemos casi todas las marcas que existen en el mundo, para cada marca, en cada poblado importante tiene una o más agencias, así que el número de empleados y la riqueza generada en el sector automotriz se ha multiplicado exponencialmente, no son sólo las fábricas, es toda su red de distribución. La producción, la oferta, creó su propia demanda, y más interesante creó miles y miles de nuevos empleos por que se permitió aumentar la oferta. Otro ejemplo, el sector aeronáutico, pese a las quejas de Andrés Conesa el dueño de Aeroméxico, un rentista que clama por una política de cielos cerrados y menos competencia ¡por favor! Es evidente que la entrada de Interjet, Volaris, Viva Aerobús y otras, han creado competencia y terminado con los abusos ancestrales de Mexicana y Aeroméxico a los consumidores, pero, el beneficio va más allá, al multiplicar la producción de este servicio, ahora se requieren más pilotos, sobrecargos, mecánicos, personal de tierra, etc. etc. El sector ha crecido mucho más que lo que lo hubiera hecho si las dos aerolíneas originales (que tenían el mismo dueño Cintra) que estaban coludidas para fregarnos hubieran permanecido solas. Aún con las crisis económicas. Es cierto, algunas como A Volar, Alma, Taesa, Azteca Aerocalifornia, desaparecieron, pero aún así, la destrucción creativa creo nuevos contendientes más robustos que los previos. El consumidor ha ganado, los precios han bajado, los destinos han aumentado, pero sobre todo, se ha incrementado la creación de riqueza y empleos. ¿No es esto lo que queremos tan fervientemente?

¿Qué fue primero el huevo o la gallina?

Estos dos casos son una prueba clara de que el buen economista Jean-Baptiste Say tenía toda la razón cuando escribió su “A Treatise on Political Economy.” Sin embargo parece ser que los planificadores en el estado parecen no darle importancia ¿Por qué?

Por qué el creador de la “Nueva Economía”, Lord Keynes se dice que refutó a la ley de Say, sin embargo, esto no es cierto, él, deliberadamente tergiversó y deformó lo expresado por Say y los economistas “clásicos” y aún así falló en refutarlos.

Say nos dice si la sociedad trabaja y produce, tendrá los medios para comprar lo que produce. Al producir, la gente ganará dinero, al aumentar la producción, esto es, al crearse nuevos negocios, habrá más empleos, y la sociedad ganará más dinero para comprar la producción.

Pero para Keynes, las cosas funcionan de otra manera, que contrasta con Say y que puede brevemente establecerse como sigue: Si la sociedad gasta, los bienes pueden ser producidos. Esto es, le proporciona al consumo la posibilidad de la producción, antes tiene que consumirse para producirse. Esto es en cierta forma también cierto, de ahí su atractivo, debido a que producción y consumo son inseparables, son las dos caras de la misma moneda. Pero, el punto de vista de Keynes lleva a conclusiones profundamente erróneas.

En el flujo circular de producción y consumo, es la producción la que tiene el lugar de honor. Si estuviésemos en una isla desierta cargados de oro, de nada nos serviría, no hay nada que pueda intercambiarse por ese oro. Si no hay productores de alimentos, nos moriríamos de hambre con todo nuestro oro.

Así, debe quedar claro que es la producción lo que determina cuanto podemos gastar y no al revés.

Es cierto que podemos consumir más de lo que producimos mediante el crédito. Pero esto sólo es posible por un tiempo finito, nunca indefinidamente. También podemos incrementar nuestro consumo si imprimimos dinero como locos. Si somos el gobierno que tiene el monopolio de la impresión de billetes no iremos a la cárcel por falsificadores. Pero la impresión de dinero del gobierno no nos hará más ricos en el largo plazo, como no ha aumentado la producción y los bienes que se pueden adquirir son los mismos éstos nominalmente valdrán más, y todo ese dinero extra creado por el falsificador “autorizado” sólo creará inflación de una u otra forma.

Por este motivo, la propuesta de aumentar arbitrariamente los salarios no lleva a solucionar el problema del estancamiento económico, sólo crean inflación y peor pérdida de competitividad en las empresas lo que agrava aún más el problema del desempleo.

Los economistas “clásicos”, lo mismo que posteriormente los de la escuela Austriaca notablemente Von Mises y Hayek están bien, Keynes está mal. No hay reemplazo al trabajo, la producción y el ahorro funcionando en sistemas no intervenidos con precios y utilidades, esto es, en mercados libres. El sostener lo contrario es caer en sofismas. Peor aún, en sofismas muy dañinos que empobrecen a sociedades enteras. Como la mexicana, para acabar pronto y de una buena vez.

En el Capitalismo lo Primero es el Ahorro

¡Qué equivocados están los que piensan que el capitalismo es consumismo! Hemos empleado las palabras, trabajo duro, producción y ahorro, juntas como la base de la prosperidad en una sociedad, sin embargo, tienen un orden, no se puede ni trabajar ni producir si previamente no se tiene ahorro, esto es, CAPITAL, por eso el capitalismo se llama así, si no se llamaría consumismo.

Ya hemos tratado el tema aquí, por ejemplo en, “Lo que se requiere: Acumulación de Capital” y en “La Escasez de Capital, ES la Causa de la Pobreza“ Pero debemos seguir insistiendo, enfáticamente y sin tregua que la base de la riqueza y progreso de los países se fundamenta en la cantidad de capital invertido por habitante. Capital invertido no es otra cosa que todo aquello que produce, un bien o un servicio y por consiguiente proporciona una utilidad, o como en el caso del dinero ahorrado, un interés. Eso necesitamos en México, un incesante y continuo flujo de capital invertido para salir de la pobreza ancestral, para que todos los habitantes de este país tengamos una vida digna, tengamos comodidades, buenos empleos con buenos salarios. ¿De qué sirve estudiar una carrera universitaria para terminar de mesero, taxista o con un puesto de comerciante de piratería en el comercio informal? De nada nos sirve el capital humano si no hay suficientes negocios que puedan absorberlos y utilizar productivamente para lo que fueron entrenados, para aplicar sus conocimientos adquiridos durante su formación académica en universidades o escuelas técnicas. De nada.

Sin embargo, no obstante su enorme y evidente importancia, el ahorro se encuentra bajo ataque, feroz y sin tregua por parte de los gobiernos, peor aún le llaman “atesorar” indicando con esto algo así como guardar el dinero bajo el colchón, esto es inutilizando el dinero. Este ataque al ahorro empieza por bajar artificialmente la tasa de interés, para ser congruentes con las ideas de Keynes de que lo que se tiene que hacer para alcanzar la prosperidad es gastar, gastar y gastar. Para Lord Keynes y en consecuencia para los economistas del mainstream, “Ahorrar es no demandar nada” y continúa el ataque al ahorro con el no menos importante y destructivo expolio fiscal, para que el gobierno tome tu dinero y lo gaste en tu lugar, para así con el gasto público incentivar el consumo y, según esto, propiciar el crecimiento de la economía. Además dicen, el gasto público tiene “multiplicador” , queriendo indicar con esto que es más efectivo que el gasto privado . Eso es lo que han hecho en Japón desde 1990 y nada, no hay crecimiento, y sí mucha deuda pública, la mayor del mundo en relación a su propio PIB; y eso es lo que están haciendo en EU con sus “estímulos” veinte años de recesión en Japón, y veremos el efecto en EU…

¿Es el Crédito Substituto del Capital?

Para los keynesianos, no se requiere ahorro para invertir, para eso, está EL CRÉDITO. El crédito, ¡el crédito!, claro está, si en una sociedad en donde el dinero, esto es, el queso verde, es producido por la gran fábrica de queso verde en manos del banco central, el gobierno, esto es, el dinero fiduciario, el dinero de papel, el dinero es crédito. Y, el crédito según las palabras de Keynes permite introducir dinero nuevo en el sistema bancario que es “tan genuino como el ahorro”.

Pero momento, trate de responder a la siguiente pregunta ¿Puede la escasez abolirse a través del crédito ? Considerando para ello las siguientes dos variantes de las razones de la pobreza:

A. Billones de seres humanos son pobres debido a que los alimentos, el vestido, la vivienda son aún escasos, lo que las hace inasequibles por caras. A fin de que la humanidad escape de la pobreza, necesitamos ahorrar, invertir más y trabajar duro para producir más bienes más baratos.

B. El problema no es que los bienes sean escasos,. Es el dinero el que es escaso. El gobierno debe distribuir mucho dinero entre todos para que tengamos el suficiente.

La mayoría de la gente sentirá que B es una falacia. Si les damos a todos los pobres del mundo 1 millón no los ayudaremos, debido a que habrá más dinero en el mundo pero habrá exactamente los mismos bienes no habrá por este simple hecho de dar dinero de papel a los pobres más comida, ni más vestimenta ni más casas para habitar, serán las mismas, el derrame de dinero sólo hará que los precios de todo se vayan a las nubes, y la gente seguirá siendo tan pobre como antes del millón de pesos. Ahora considere otra alternativa a nuestro cuestionamiento.

C. El problema no es que los bienes sean escasos, es que el crédito es escaso. Si el gobierno proporciona fondos ilimitados para créditos podremos invertir todo ese dinero en nuevas fábricas, hoteles, restaurantes, negocios que proporcionen empleos y así, en menos de que te lo cuento nada será escaso,

Esta es la solución del keynesianismo, y es tan falsa como lo es B. “Imprimir” dinero y regalárselo a la gente, tiene exactamente el mismo efecto que “imprimir” dinero y prestárselo a la gente. Esto hará que se creé inflación de precios o bien haremos que los activo cuesten más lo que es una burbuja. En cualquier caso es inflación y nada más que inflación.

Leo en el periódico que en México las Pymes, las pequeñas y medianas empresas “mueren” a los tres años. En la nota se describe que las principales causas del fracaso se deben a falta de capacitación y respaldo financiero con el que los microempresarios arrancan sus operaciones.

Pensemos si, ¿Es crédito lo que requieren las Pymes para subsistir? ¿Es crédito lo que requieren para crearse? ¿Es crédito lo que requieren para crecer? O, será que lo que realmente requieren es Capital, esto es, ahorro.

Pongámonos en “los pantalones” de un o unos pequeños empresarios, por supuesto que han tenido que ahorrar, algo, para abrir un negocio, lo que sea. Es imposible abrir un negocio por pequeño que sea sin algún ahorro que va invertirse en el negocio, esto es, parte del patrimonio del o los socios. Una vez que han pasado por todo el vía crucis, con sus correspondientes erogaciones, por supuesto, del notario, alta en hacienda, firma electrónica avanzada, en el IMSS, con la delegación, uso de suelo, permisos, bomberos, y todo eso, abren y se encuentran con que han contraído obligaciones que ni se imaginan, en particular con el SAT, IMSS e Infonavit, apenas llevan su primer mes de operaciones y ya tienen que cumplir con un rosario de declaraciones con sus correspondientes pagos. Como la ley es tan complicada se tiene que contratar a alguien que procese y elabore todos estos requerimientos gubernamentales, se tiene que contratar a un contador que sólo él sabrá si está bien o mal lo que informe al SAT aunque su libertad o multas y recargos estén en juego. Vamos a suponer buscan un crédito, los créditos a las empresas son básicamente quirografarios, esto es, sin garantías, pero vamos a suponer que en virtud de no sé qué “incubadora de empresas”, “empresas gacela” o plan gubernamental de “Institutos” para apoyo a las Pymes” o lo que sea, es igual, consiguen un crédito. Y así arrancan, desconociendo cual será su flujo de efectivo, tendrán que pagar desde el mismísimo primer día su ISR y/o IETU, más la renta del local, más la energía eléctrica a tarifa “comercial”, esto es sin subsidio, lo mismo que el o los teléfonos, también a tarifas “comerciales”, por supuesto los salarios que llevan junto las retenciones del ISR. El IMSS, el 2% de la nómina al municipio, ¡Impuesto a la nómina! ¿no es aberrante? la no menos importante renta del local, generalmente el más alto de los costos y el ¡crédito! Que consiguieron al 19% y eso gracias a las “palancas” de uno de los socios y que puso en garantía su casa. Si los cálculos de su flujo de efectivo no se dan, lo cual es bastante probable en un pequeño negocio que empieza, bueno pues en tres años como dice el artículo estarán desahuciados y habrán “muerto”, y el famoso crédito será uno de las más importantes causas de este deceso, él junto con los impuestos, y la renta del local serán en la mayoría de los casos los corresponsables del asesinato de esta empresa. ¿Asesinato? Sí asesinato, con alevosía y ventaja por parte del SAT, IMSS, el Banco del crédito y la renta del local.

¿Cómo serían las cosas si esta pequeña empresa no pagara impuestos? Pues bien, de entrada tendría de entre un 17 a un 25 por ciento más de efectivo, que se podría usar para, ¿Qué creen? ¡Ahorrar! Para tener capital de trabajo para enfrentar tiempos difíciles y/o reinvertirlo en el negocio para que este de una manera sana y sustentable pueda crecer, esto es el CAPITALISMO. Al ahorro se llama formación de capital que al invertirlo en máquinas, nuevos equipos, permite aumentar la productividad de la empresa y su competitividad y con esto crecer, y con ello, contratar a más gente, y seguir creciendo. Y ya cuando la empresa tenga un tamaño y un mercado conocido, entonces sí podrá tomar créditos, dentro de lo razonable, como una palanca que ayude, pero no como un substituto del capital; que no pongan en entredicho su viabilidad o bien buscar socios capitalistas, mejor aún, que compartan el riesgo aunque también compartirán las utilidades.

Y esto no es sólo cierto para las pequeñas empresas, cualquier empresa, del tamaño que sea, los impuestos son los grandes destructores de capital y de viabilidad en las empresas. Además, no por que una empresa tenga utilidades hoy, es garantía que las tendrá mañana. Por eso, el expolio fiscal sobre las utilidades de las empresas y peor aún sobre el patrimonio de las empresas es la raíz de todos los males económicos, es la principal causa del bajo crecimiento económico, de los bajos salarios, es para decirlo rápido el responsable de la pobreza. Por más que los políticos quieran pintarnos que los impuestos son para ayudar a los pobres, por más que nos quieran pintar que el gasto público es benéfico, por más que quieran reemplazar el capital con el crédito. Lo cierto es que los impuestos, y el crédito fiduciario malsano son la causa de la pobreza, de la muerte de empresas, y de que la producción y la oferta puedan generar su propio consumo.

Por esto, Say estaba bien, Keynes mal, el crecimiento económico genera producción, genera negocios, los negocios crean empleos y con ellos prosperidad. Lo que México, y el mundo requieren es una auténtica Revolución que regrese el pensamiento de los asuntos económicos a como estaban antes de “La Nueva Economía” keynesiana, de otra forma seguiremos dando tumbos, en un país sin crecimiento atenido al ahorro externo, a la inversión extranjera, que, por cierto cada vez es menor.

¿Qué quieren un gobierno voraz destructor de capital o un gobierno reducido con crecimiento económico y empleos? Ese es el cambio que México necesita, no podemos tener un estado enorme y crecer, esto es imposible. No podemos progresar con un parásito que chupa la sangre de las empresas, simplemente no es posible, o son las empresas las que generan empleos, o es el gobierno, en este último caso es comunismo. ¿Qué es lo que queremos? ¿Cuáles son nuestras prioridades?

lunes, julio 19, 2010

El Estado Intervencionista

La Impopularidad del Capitalismo

El dogma fundamental de los socialistas y comunistas es que el sistema de economía de libre mercado lastima los intereses de las mayorías para beneficio de unos cuantos, de una minoría de individuos. Afirman que condena a las masas a la pobreza. El capitalismo, afirman categóricos trae miseria, opresión, degradación y explotación de los trabajadores, mientras que a su vez enriquece a una clase de burgueses inútiles y parásitos.

Debe decirse que contrario a lo generalmente aceptado, no fue Karl Marx el que empezó con estas ideas, fue mucho antes con los Fabianistas británicos, los profesores alemanes y los Institucionalistas americanos. Es muy significativo que la veracidad de este dogma fue rebatida por muy pocos economistas que fueron rápidamente ignorados, silenciados, expulsados y negado el acceso a las universidades, la prensa, los partidos políticos, pero sobre todo el acceso a las oficinas públicas. Así, la opinión pública acepta la condena al capitalismo sin ninguna reserva, sin capacidad de contrastar con lo que realmente es.

Por supuesto, las conclusiones políticas y prácticas que la gente derivó de este dogma no fueron homogéneas. Un grupo deseaba borrar completamente todos los males del capitalismo y dejar enteramente en manos del estado la propiedad de los medios de producción, esto es, abolir completamente el capitalismo. Son lo que crearon lo que conocemos como socialismo, comunismo, o capitalismo de estado, es igual la nomenclatura, son exactamente lo mismo.

Intervencionismo

Un segundo grupo, menos radical, rechaza el socialismo de la misma forma que rechaza el capitalismo. Recomiendan una tercera vía, una especie agua tibia que tome lo mejor de los dos sistemas el capitalista y el socialista pero no los defectos de ambos. Este sistema, es denominado intervencionismo.

Este sistema ciertamente que es muy popular, para según esto resolver los problemas económicos de la sociedad. Ellos ven dos clases bien distinguidas, por un lado, los capitalistas, los empresarios y por la otra la clase asalariada, los trabajadores y su enfoque se centra en como distribuir las utilidades capitalistas. Se dice que ambas partes quieren todo el pastel para sí mismos, así el estado como mediador partirá el pastel y lo repartirá entre las partes de forma equitativa. El estado como árbitro tendrá las facultades para intervenir y atemperar la avaricia del capitalista y asignar parte de sus utilidades a la clase trabajadora. De esta forma, es posible destronar al capitalismo “salvaje” y avaro sin la necesidad de entronizar el totalitarismo implícito en el socialismo o comunismo puro.

Sin embargo, este modo de pensar es completamente falso. El antagonismo entre el socialismo y el comunismo nada tiene que ver en como se reparte el “botín”. Es una controversia entre dos formas perfectamente distintas y antagónicas que tienen que ver con el como una sociedad se organiza económicamente. Esto es, el como una sociedad usará los recursos para producir bienes y servicios, para el capitalismo, la producción está en manos privadas y está sujeta a la voluntad consumidor que es el soberano y es el que decide que se debe producir y a que precio mediante su compra o abstención de ella. Los socialistas eliminan no sólo al empresario como propietario de los medios de producción, también al consumidor que deja de ser soberano y está atenido a la voluntad de los planificadores centrales que desean poner en su lugar lo que Marx llamaba “la anarquía de la producción”, bajo el control exclusivo del monopolio gubernamental. De esta forma, el antagonismo entre capitalismo y socialismo no se refiere a cómo se va a repartir un conjunto de bienes y servicios (o sus utilidades) se refiere al cómo van estos bienes y servicios ser producidos, notable e importante diferencia.

Así, ambos sistemas caen en conflicto y éste es irreconciliable, y no es posible establecer compromiso alguno. El control sobre la producción no es algo que pueda dividirse: O es el consumidor el que decide qué debe producirse para qué propósitos y usando qué factores de producción dando sus órdenes en el mercado, o es el estado el que se encarga de estos asuntos. No hay nada que pueda mitigar estos principios contradictorios, son mutuamente exclusivos.

El intervencionismo no es el santo Grial entre el capitalismo y el socialismo. Es el diseño de un tercer sistema de organización social y como tal debe de verse.

Como en los post más recientes me abstendrá de hacer juicios de valor, y tratar el intervencionismo desde un punto de vista preconcebido. Sólo me preocupa mostrar como se implanta el intervencionismo y si puede o no ser considerado un sistema de organización económico,

Bajo el sistema de economía obstaculizada, intervenida, o genéricamente bajo un estado intervencionista, tanto el gobierno como los empresarios son factores separados que actúan en la economía. Este sistema mixto existe en los mercados intervenidos. En contraste con el sistema puramente capitalista, bajo el intervencionismo la autoridad no se auto limita a prevenir perturbaciones, esto es, el gobierno usando su tamaño y fuerza actúa interviniendo y cambiando el desarrollo natural del mercado; mediante el establecimiento de órdenes y prohibiciones.

Los intervencionistas son enfáticos al afirmar que se mantiene la propiedad privada (en la mayoría) de los medios de producción, el empresariado y el intercambio en el mercado. Pero, el estado debe de forma apremiante prevenir que esas instituciones privadas se multipliquen caóticamente, haciendo estragos y que injustamente exploten a la mayoría de las personas. Es la tarea del gobierno arreglar las fallas del mercado mediante la restricción por órdenes y prohibiciones de la incontrolable avaricia y deseo de lucro desmedido de los capitalistas. Así, es posible abolir los males inherentes al capitalismo sin necesidad de abolirlo plenamente. Toda la regulación y disciplina impuesta sobre los codiciosos y avaros empresarios es el único método posible para que el totalitarismo implícito en el socialismo quede fuera para así salvar las mejores virtudes del capitalismo.

El intervencionismo son órdenes y prohibiciones aisladas emitidas por la autoridad a cargo del aparato de fuerza social, que tienen el efecto de obligar por la fuerza al emprendedor y propietario de los medios de producción a usar estos medios de forma distinta a como lo hiciera sin la intervención, bajo la presión sólo del mercado.

Sin lugar a dudas el gobierno tiene todo el poder para emitir órdenes y prohibiciones y asegurar su cumplimiento mediante su aparato de coerción, la fuerza pública. Pero ese no es el punto, lo importante aquí es si el gobierno puede lograr los objetivos que se propone con su intervención. ¿No será que estas intervenciones producen resultados que desde el punto de vista del gobierno interventor sean menos deseables que las que aparecerían bajo condiciones de libre mercado que está tratando de cambiar?

Consecuentemente no nos importa si gobierno está en mandos de hombres capaces o ineptos, nobles o innobles, probos o ladrones. Aún el hombre más capaz y probo sólo podrá alcanzar sus objetivos si utiliza los medios correctos.

Tampoco debe importarnos mucho todas esas intervenciones que la autoridad dirige al consumo. Por ejemplo, puede prohibir el consumo de ciertos alimentos ya sea temporal o permanentemente, digamos que por razones de salud o religiosas. La autoridad aquí asume el papel de guardián de ángel protector del individuo. Considera el gobierno que el individuo es como un niño, que es incapaz de ver por si mismo de lo que le hace daño o le beneficia así que debe protegerlo como padre amoroso de que pueda inflingirse daño.

La cuestión de si la autoridad debe dar este curso paternalista, no es ni política ni tampoco económica. Si la sociedad creé que la autoridad tiene sabiduría divina, que son iluminados, y que esta llamada a ser nuestro ángel de la guarda, nuestra providencia. Si uno creé que la autoridad tiene que representar los intereses de la sociedad en contra de intereses en conflicto derivados de individuos egoístas uno pudiera encontrar ese proceder con justificación. Si la autoridad es más sabia que todos los individuos que tienen su inteligencia y razón limitadas, si sabe mucho mejor que los propios individuos que es para su bien, o si la autoridad obliga al sacrificio del bienestar del individuo en aras del bienestar de la comunidad, entonces no deberá titubear para imponer como deberá ser el proceder de los individuos.

Por supuesto, sería un error creer que la tutela de la autoridad sobre el individuo permaneciera confinada sólo a asuntos de salud, que la autoridad se viera satisfecha sólo con prohibir o limitar el uso de sustancias tóxicas como las drogas, el tabaco, el alcohol, los alimentos con alto contenido en carbohidratos, pero, para todo lo demás, dejar la libertad del individuo inalterable. Sin embargo, lo que sucede es que una vez que la autoridad reconoce que debe y puede supervisar el consumo, cualquier consumo, bajo cualquier pretexto, de los individuos y restringir o prohibir, entonces estará encaminada a expandir su control, el que tan lejos irá dependerá sólo de la voluntad de la autoridad se hará prácticamente imposible impedir que la autoridad se siga tratando de controlar todas y cada actividad que los individuos puedan realizar que pasarán a estar bajo la tutela del estado. ¿Por qué sólo proteger a los individuos contra las sustancias tóxicas? ¿Por qué no también proteger sus almas y mentes de doctrinas y opiniones peligrosas? Al privar de la libertad de consumir en el individuo lógicamente nos llevará a privarlo de toda libertad.

Ahora podemos pasar a ver el problema económico del intervencionismo. Cuando se ve desde este punto de vista lo importante no son los objetivos que se desean lograr, estos pueden ser muy nobles y justificados, sino la forma en como esos objetivos supuestamente se van a lograr y si con ellos es posible o no lograr los objetivos objeto de la intervención. Es un hecho que la autoridad puede restringir la elección de consumo de los individuos y en consecuencia modificar el comportamiento del mercado, esto está fuera de toda discusión. Por este motivo el intervencionismo debe analizarse no bajo la perspectiva de acciones para modificar el consumo sino bajo la perspectiva de cómo las órdenes y prohibiciones afectan a las empresas y a los propietarios de éstas. Y así, poder evaluar si el gobierno puede lograr los objetivos buscados mediante la intervención.

Continuamos...

lunes, julio 12, 2010

El “Moderno” Estado Socialista

Por más de cien años, los comunistas e intervencionistas se la han pasado sin cesar prediciendo el fin del capitalismo. Mientras que sus deseos proféticos no se han materializado y sí en cambio se derrumbó estrepitosamente el comunismo de la Unión Soviética y sus satélites, motivo por el cual se adaptaron para “modernizarse”, esto es, para aceptar la economía de mercado, interviniéndola, claro, tomar las riqueza generada por el capitalismo para crear el Estado de Bienestar. Hoy, el mundo está presenciando el colapso de esta idea socialista. Toda Europa está teniendo que recortar gastos y acotar los beneficios del pasado que los “modernos” socialistas habían implantado en sus respectivos países.

Ya he escrito bastante sobre el Estado de Bienestar, en particular en el post “La Amenaza e Inmoralidad del Estado de Bienestar”, pero continuamos sobre el tema bajo la discusión de los modelos económicos para México.

Los principios básicos del Estado de Bienestar fueron delineados por Ferdinand Lasalle (1825-64), amigo y rival de Kart Marx. Lassalle ridiculizó a los liberales a los acusaba de darle al estado sólo el papel de guardia velador. En sus ojos, el Estado (con E mayúscula) era al mismo tiempo Dios y Santa Clós. El Estado tiene fondos infinitos, inextinguibles a su disposición, y estos recursos puede usarlos para hacer de sus ciudadanos prósperos y felices. El Estado deberá nacionalizar los grandes negocios, embarcarse para realizar los grandes proyectos de infraestructura para los cuales no hay suficiente capital privado disponible y sobre todo proveer a todos de los “derechos sociales”, educación, salud, vivienda, trabajo, lo que tú quieras, de la cuna a la tumba.

Estas ideas fueron adoptadas primero en la Alemania de Bismark, esta política social unió a cristianos y ateos, republicanos y monárquicos, nacionalistas e internacionalistas. El Capitalismo había multiplicado la población, elevado a niveles sin precedentes el estándar de vida de las personas. Sin embargo todas estas personas argüían sobre las supuestas características “salvajes” e inhumanas del Capitalismo.

Estas ideas alemanas fueron luego adoptadas por el Fabianismo Británico y después adoptadas por todos los países europeos, y finalmente en los Estados Unidos.

El Estado Benefactor sienta su base “teórica” en Keynes “La gente lo que quiere es la Luna” encuentra aquí como los alquimistas en su piedra filosofal, y crean una “nueva economía”, despreciando y desechando como sin sentido todo el trabajo de los economistas, ahora vilipendiados como “ortodoxos” que afirman que los recursos son limitados, y por tanto los bienes que pueden producirse y en consecuencia la necesidad del ahorro y la progresiva e incesante acumulación de capital.

¡Qué Paguen los Ricos!

El estado intervencionista sabe perfectamente que para hacer esto o aquello, para darle a la gente lo que quiere, en palabras de Keynes “La Luna”, se necesita mucho dinero, que hay que pagar. Sabe perfectamente que el estado tiene lo que tiene mediante los impuestos que obliga a pagar a sus ciudadanos. La idea es entonces quitar lo más posible a los ricos de sus ingresos y capital para gastar este dinero para el beneficio de las mayorías. Consideran que el dinero de los ricos es infinito y en consecuencia los fondos disponibles para el gobierno. No hay necesidad de ser austero cuando se trate de asuntos de gasto público. Lo que ante el sentido común es un dispendio no lo es cuando se trata de gastos del gobierno, es la forma, ellos dicen de crear bienestar y empleos.

Bajo estas doctrinas el sistema de impuestos progresivos ha sido llevado al extremo, hasta que el mito de lo ilimitada de la riqueza de los ricos se evapora, entonces le siguen con la deuda pública, y con la inflación. Hasta que el país literalmente quiebra, llevándolo al caos absoluto.

Ser político en estos días es realmente una tarea muy simple, simplemente hay que convertirse en Santa Clós. La principal tarea del político es ofertar a los votantes por nuevos regalos, a cambio de sus votos, él inducirá a su vez mayor gasto público para cumplir con sus promesas. Subsidios, obra pública, nuevas oficinas repletas de “empleos” burocráticos, pensiones, seguros médicos, Ud. nómbrelos, son infinitas las posibilidades que tienen los políticos para regalar a la gente que después de todo lo que quiere es “La Luna”, y si se puede, las estrellas también. Todos estos regalos, y “transformaciones” le aseguran los votos que los llevan al poder.

Para estos modernos socialistas, estatistas, los empresarios son unos holgazanes, zánganos que se llevan la crema y nata de la industria sin realizar ningún servicio a la comunidad. Las nacionalizaciones no son para ellos más que eliminar a estos parásitos de la sociedad. Un servidor público asalariado podrá hacer perfectamente el trabajo del empresario mucho más eficientemente, y más barato y no se llevará las utilidades.

Guiados por estos pensamientos. Los gobernantes de los países europeos estatizaron los ferrocarriles, las líneas áreas, los teléfonos, aquí en México, lo mismo, hasta la banca fue estatizada, los resultados todos los conocemos: Servicio escandalosamente malo, precios altos, prebendas y canonjías para los burócratas que trabajan en ellos, déficit que se incrementan año con año, que ha de ser cubiertos con el presupuesto del país.

Lo que finalmente arruina al país, que sea, no sólo a México. Llámese Grecia, Italia, España, Portugal, Argentina, etc. etc. terminan arruinados.

Quisieron la Luna, y terminaron en el Infierno.

El Estado de Bienestar en México

México ha implantado desde siempre el Estado de Bienestar. En la Constitución se escriben los “derechos sociales”: Educación gratuita, salud, vivienda, y trabajo, cultura, y también ha implantado nacionalizaciones de industrias “estratégicas”, como los son las de energía, más todos los “institutos”, “comisiones”, “consejos”, que proliferan por doquier. Como consecuencia de la implantación del Estado de Bienestar y las paraestatales se ha creado una masa burocrática colosal.

En efecto, el Estado mexicano es el empleador más importante del país. Contrario a lo que se difunde, el número de burócratas siempre va en aumento, año con año sexenio tras sexenio. Es un ejército de 3 millones y medio de personas. Pero si se suman los trabajadores que ocupan los gobiernos estatales y municipales alcanza los 8 millones de personas. Y si además se suman los de las empresas paraestatales tendremos una cifra cercana a los 9 millones de personas. Esto es para decirlo rápido el 24 por ciento de la población económica del país.

Tan sólo en la administración pública Federal se tiene un ejército de 3 millones 441 mil 317 mexicanos.

Sus filas están nutridas de profesores, militares, médicos, enfermeras, policías, y toda clase de profesionistas.

En suma, representan una fuerza laboral que alcanza el 9 por ciento de la población económicamente activa del país.

Todos estos burócratas pertenecen a sindicatos “aguerridos” notoriamente el SNTE, el SME de la extinguida (una buena para Calderón) CLF, el SUTERM, el STPRM, los sindicatos de las universidades públicas, etc., etc. Que año con año, ensanchan sus “conquistas laborales” con cargo al “patrón” que da la “casualidad” que el “patrón”, somos todos los mexicanos que tenemos que mantener y darles sus canonjías y prebendas a todos estos parásitos de la economía.

También, claro, a todos estos burócratas hay que darles sus jubilaciones y pensiones, que son como una inmensa bola de nieve que pronto, antes que nos demos cuenta se convertirá en un alud que destrozará las finanzas públicas.

Y se jubilan a la “avanzada” edad de 50 años, sólo en Burundi cuya expectativa de vida es precisamente de 50 años se tiene esta aberración (ver “La Seguridad Social en el Mundo”, de Benjamín González Roaro,),

A principios de año, el director general del IMSS, Daniel Karam Toumeh, afirmó que en el 2011 se habrá agotado el Fondo Laboral para cubrir la nómina de jubilados, la cual ascendió a 32,163 millones de pesos en el 2009.

Ante industriales, el funcionario estimó que la nómina de los jubilados crecerá 17.3% en este año, y de no generar las medidas de contención necesarias, el pasivo aumentará en 2,475 millones de pesos por cada mes que pase.

Aún cuando se cuenta con el Fondo Laboral para hacer frente a estas presiones de gasto, durante el último trimestre de 2011, se agotarán los recursos de dicho fondo, y la consecuente reducción del gasto de operación pondrá en riesgo la calidad de los servicios del IMSS”, expresó en el marco de la Reunión Anual de Industriales 2010 que organiza la Concamin.

Y siguiendo con los empleados del IMSS,

Tienen 90 días de aguinaldo contra 15 días de los trabajadores en general.

Al primer año de trabajo, un empleado del IMSS tiene derecho a 30 días de vacaciones, un trabajador de la industria en general tiene sólo 6.

El Secretario General del Sindicato del IMSS, Roberto Vega Galina, sostiene que todas estas prestaciones son logros de la clase trabajadora.

"A través de nuestro Contrato Colectivo de Trabajo tenemos un régimen complementario que es lo que nos hace ser diferentes al resto de los trabajadores del país y está dentro de la legalidad o sea los derechos superiores a la ley, es un derecho que es legal..."

Según cálculos del instituto, los trabajadores del Seguro Social se jubilan con una pensión promedio, integrando todos los conceptos del 130% del último salario cobrado. El resto de la clase trabajadora lo hace con 60%.

O sea que a una persona le conviene más estar jubilada que estar de trabajador de activo
Y esto es un absurdo.

Y que decir de los “extinguidos” del SME que se jubilaban con el 180% de su último salario.

Esta extinguida empresa tenía pasivos laborales por 71 mil millones de pesos, según sus estados financieros.

La empresa estaba técnicamente quebrada, pues tenía un patrimonio negativo por mil 100 millones de pesos, lo que significa que ni vendiendo todos sus activos podría cubrir la totalidad de sus pasivos.

Las pérdidas operativas de LyFC ascendían a 26 mil 846 millones de pesos en los últimos 11 meses de su existencia.

Sin embargo, lo más importante es que toda la nómina burocrática es en un 5 % mayor a todos los ingresos tributarios, esto es todo el ISR. IETU, IVA, IEPS, y derechos ¡todos!, por lo que todo el resto del gasto, todos lo sabemos, el 45% del presupuesto recae en el petróleo. Sin petróleo, tendríamos un gran déficit, México sería un país absolutamente quebrado. Peor, pero mucho peor que Grecia o España. Y el petróleo se está acabado, los días de Cantarell (Ver “Es tiempo de morir”) están contados y no se vislumbra en el corto plazo como reemplazarlo. El derrame en el Golfo de México por BP, impondrá nuevas condiciones mucho más severas para la exploración y explotación en aguas súper profundas, y México no tiene ni la menor idea de cómo hacerlo aún con las condiciones vigentes.

Los panistas, supuestamente de “derecha”, son en realidad modernos socialistas, no han hecho más que aumentar el costo de la burocracia, aumentando el número de burócratas y sus prebendas. Tan sólo Fox la incrementó en 30 por ciento. Y, Calderón, “El Presidente del Empleo” que mejor se hubiese promovido como “El Presidente de la Burocracia” ha aumentado el gasto corriente 20 por ciento en términos reales de junio del año paso al de este año. Ganamos burocracia, tamaño del Estado perdemos empleos productivos…buen negocio para el país.

Tan sólo imaginemos por un momento que el gobierno decidiera correr a todos los burócratas excepto al ejército y policías, y que el dinero que ahora usa en gasto corriente nos lo diera a cada uno de los mexicanos…

Nos daría ni más ni menos que 24 mil 76 pesos para este año a cada uno de los mexicanos. Y escribo a cada uno, incluye niños y ancianos, así una familia de 4 recibiría 96 mil 304 pesos o lo que es lo mismo 8 mil 25 pesos al mes.

Cifra que no la ganan ni el 10 por ciento de las familias mexicanas….

Dicen por supuesto los jerarcas socialistas que este dinero ha ido al “gasto social”, salud, educación y combate a la pobreza. Pero pregunto, ¿No estarían mejor los pobres si les dieran 8 mil 25 pesos al mes? Y con eso pagar por la educación y los seguros de gastos médicos pertinentes, que además bajarían substancialmente de precio…

Sí, vemos hospitales, escuelas, etc. etc. Pero no vemos lo que no se realizó: Todas las fábricas, los comercios, los hoteles, restaurantes, y también hospitales, escuelas, universidades pero privados, con todo ese dinero que el Estado Mexicano toma por la fuerza mediante su aparato de coerción y compulsión a todos los mexicanos productivos.

Así que ya tenemos una primera causa del estancamiento de México: El “moderno Socialismo”, el Estado de Bienestar, que por ahora sólo causa estancamiento, pero que, a futuro va a quebrar al país.

Así que la próxima vez que quieran idear una “Reforma Fiscal”, antes de pensar en nuevos impuestos, o en los existentes hacerlos más amplios como el IVA a alimentos y medicinas, debieran de pensar en recortar el tamaño del Estado Mexicano, que es, insultante y una de las causas, si no es que la principal de nuestro estancamiento económico.

martes, julio 06, 2010

El Estado Capitalista y el Estado Socialista

El Estado Capitalista

En una economía de mercado, el Estado está preocupado tiene su interés central en la seguridad física, la vida, la salud, y en resguardar la propiedad privada de sus ciudadanos en contra de los violentos, los fraudulentos y los que tratan de imponer su fuerza. El gobierno asegura el funcionamiento de la economía de mercado utilizando su fuerza de coerción. Sin embargo, se abstiene, de cualquier interferencia con la libertad de acción de los individuos que se encuentran ocupados en la producción y distribución de bienes y servicios, siempre y cuando, claro debe de quedar, sus acciones no estén en contra de la vida, salud, seguridad física y patrimonial de otros. Esta premisa es lo que caracteriza una comunidad organizada por economía de mercado o capitalista.

He escrito salud, pero debe contextualizarse: Si una persona desea afectar su salud, por ejemplo, drogándose, bebiendo alcohol, fumando tabaco, comiendo papitas fritas, aquí el Estado debe ser respetuoso de cada quien, que sabe, que se está infligiendo posiblemente un daño. Sin embargo, es muy diferente al que vende, por ejemplo, carne contaminada, contamina el medio ambiente, etc. En estos casos el Estado debe estar facultado para usar la fuerza de coerción para evitar daño físico a sus habitantes que, por supuesto no desean enfermarse de salmonella, o beber metales pesados. Lo mismo debe decirse del control epidemiológico, y asuntos similares derivados de catástrofes naturales.

Si los libertarios, o liberales clásicos, nos oponemos a la interferencia del gobierno en toda actividad económica, lo hacemos por que sentimos que ésta es la única forma eficiente y sistema útil para la cooperación social. Estamos convencidos que ningún otro sistema puede llevar a los individuos a un mejor estado de bienestar.

Los liberales ingleses y franceses del siglo XIX así como los padres fundadores de la Unión Americana, notablemente Jefferson y Franklin, insistían en la protección de la propiedad privada, no para proteger los intereses egoístas de una clase, sino por que pensaban que el bienestar de la nación y de los individuos es más seguro y eficaz bajo un sistema de economía de libre mercado.

Para el verdadero liberal, que creé en la propiedad privada y en la búsqueda del interés propio no congraciamos con Estado por que deseamos que sus actividades se vean limitadas a lo que aquí se ha expresado. Pero tampoco somos sus enemigos; sólo somos enemigos del socialismo y del intervencionismo por que creemos en la superioridad de la libertad en el desarrollo de los mercados. Queremos un Estado fuerte y bien administrado por que a él le asignamos un importante papel: Cuidar y proteger la economía de mercado.

Y no es poca cosa, los medios de subsistencia, los recursos naturales, las materias primas son escasas, limitadas. Es característica de los seres humanos superar estos límites o conflictos con la naturaleza al utilizar la cooperación. La mayor productividad alcanzada bajo el principio de la división del trabajo reemplaza el inexorable antagonismo creado por la escasez de alimentos y materias primas de los intereses de las personas que buscan los mismos objetivos. El intercambio pacífico y voluntario de materias primas, alimentos, bienes y servicios se convierte en el estándar de las relaciones interhumanas. El acuerdo mutuo entre las partes reemplaza el recurso de la violencia, la ley del más fuerte.

La deficiencia fundamental del mercado es que depende de a cooperación de todos los individuos y que puede verse frustrada por los no cooperativos. Aquí es donde el estado tiene el papel para usar la violencia en contra de individuos o grupos de individuos que a su vez están recurriendo a la violencia o no están cumpliendo con sus obligaciones establecidas en contratos. Por esto, el sistema de mercado de acuerdos voluntarios no puede trabajar correctamente si no está respaldado por el aparato de coerción y compulsión presto a aplicar toda su violencia contra los individuos que no están dispuestos a acatar las reglas y términos establecidos por acuerdos mutuos. Definitivamente, el mercado requiere del soporte del estado.

En el sentido más amplio del término, el mercado en un proceso que comprende todas las acciones voluntarias y espontáneas entre hombres. Es el campo bajo el cual la libertad y la iniciativa humana establecen el terreno bajo el cual todo el progreso y la civilización humana florecen.

El Estado Socialista

La civilización occidental siempre ha apreciado la libertad. La historia de la civilización occidental es un registro de luchas en contra de la tiranía y la búsqueda de la libertad. En el siglo XIX la idea de la libertad individual desarrollada por los antiguos griegos fue resucitada por los europeos del Renacimiento y la Ilustración. Parecía que vendrían tiempos de paz y libertad.

Pero fue exactamente lo opuesto lo que sucedió. El siglo XIX en que se dieron grandes avances tecnológicos y en las ciencias naturales, engendraron e hicieron populares doctrinas sociales que describían a un estado total como el diseño y objetivo último de la historia humana. Tanto cristianos como ateos rechazaron la economía de la cooperación voluntaria, el mercado, envileciéndola como el mayor de los males para la humanidad. Mientras que el capitalismo incrementó la productividad del esfuerzo económico a niveles sin precedentes en la historia de la humanidad incrementando el estándar de vida de las masas año con año, proveyendo comodidades inimaginables, erradicando enfermedades, aumentando la esperanza de vida en todos los países que lo adoptaron. La doctrina Marxista de la inexorable y progresiva pauperización de las “clases explotadas” fue cada vez más aceptada, no obstante la contraria evidencia, como un dogma indiscutible. Incontables “intelectuales” anhelaron y pusieron todo su esfuerzo en materializar la “dictadura del proletariado”, pretendiendo así, bajo estos dogmas, continuar con el trabajo de los campeones de la libertad que los antecedieron. El “progreso” lo llamaron de ahí el término “progresistas”.

La planeación es el ideal social y político de nuestros tiempos. No más el individuo deberá tener el derecho y la oportunidad su modo de integración a un sistema de cooperación social.

Bajo el socialismo todos los asuntos económicos son sólo de competencia del Estado. El gobierno centraliza todas las decisiones y da órdenes a todos los actores económicos de la misma forma a como si fueran las fuerzas armadas. No existe área de competencia para la actividad privada, todo, absolutamente todo está dirigido por el gobierno. Bajo este sistema el individuo está como un interno en un orfanato o un recluso en una penitenciaría. Él debe de hacer el trabajo que le ha sido asignado y consume sólo lo que le está permitido en las cantidades y en el momento en que se le han previamente determinado. Sólo puede leer los libros y periódicos impresos por el estado, ver televisión del estado viajar sólo a los lugares que le permite el estado. El ciudadano está obligado a trabajar en la ocupación que le designa el estado y tiene que cambiar de ocupación y domicilio cuando el estado lo crea pertinente. En este sentido puede categóricamente afirmarse que los ciudadanos bajo un gobierno socialista no son libres.

Ya lo establecía Lenin: “La libertad es un perjuicio burgués”.

La esclavización de facto de todos los miembros de la sociedad no es un accidente en el estado socialista. Es su característica esencial, es la única forma en que el socialismo puede producir. Es precisamente esto lo que los autores socialistas tuvieron en la mente cuando estigmatizaron al capitalismo como la “anarquía de la producción” y reclamaron transferir todo el poder y autoridad a “la sociedad”.

No importa si los socialistas de hoy se denominan asimismo como de “izquierda” y rotulen a los partidarios de los gobiernos limitados y la economía de mercado como la “derecha”. Estos términos han perdido todo significado político. La única distinción significativa es entre los partidarios de los mercados libres y su corolario el estado limitado y los partidarios del estado total.

Por primera vez en la historia de la humanidad existe un acuerdo perfecto entre la mayoría de los denominados “intelectuales” y la enorme mayoría de otras clases y grupos de personas. Apasionadamente y vehementemente todos quieren planeación, es decir, quieren su esclavización total.