martes, noviembre 20, 2012

La Revolución de los Ricos

Es sorprendente la habilidad que tienen los intervencionistas y estatistas para tergiversar los datos, y sucesos económicos y acusar con dedo flamígero a los “neoliberales”, término acuñado por ellos mismos, que nunca usamos nosotros los libertarios y que tiene el único propósito de denostar. Un ejemplo de esto es el nuevo libro autoría de Carlos Tello Macías que fue el primer titular de la Secretaría de Programación y Presupuesto, durante el mandato de José López Portillo ex director del Banco de México y embajador en Cuba, Portugal y la Unión Soviética en co-autoría con Jorge Ibarra, profesor de la facultad de Economía de la UNAM.

Olvidan Tello Macías e Ibarra que fue José López Portillo el presidente que nos dejó con una deuda externa impagable, nos empujó al abismo, en el fondo del cual quedamos mal heridos hasta bien entrado el mandato de Salinas de Gortari en que se nos reestructuró la deuda, se crearon los bonos Brady y se nos hicieron quitas. Esto tuvo como consecuencia que el país, por supuesto, no creciera, y que después de lo experimentado, nos volvimos más mesurados con el tema del endeudamiento, y que es esa, y no supuestos “neo” o no “neo” liberalismos la causa del estancamiento en la economía mexicana.

Tello e Ibarra culpan a una supuesta sociedad ¿secreta? La Mont Pelerin Society que me temo sólo existió o existe en la inflamada imaginación de estos autores y que la conformaban economistas neoclásicos y claro “neoliberales”, Friedrich von Hayek, lastima que Hayek no era von, Ludwig von Mises, Karl Popper, Milton Friedman y muchos más, todos revueltitos como omelet.  Afirman que esta sociedad se mantiene hasta la fecha y fue el antecedente para crear muchos centros de pensamiento estratégico neoliberal (los hoy famosos think tanks). No se como no me han llamado, me interesaría mucho pertenecer a ella. Pero en fin, a lo mejor “es secreta”, y los libertarios no nos hemos enterado de su existencia.

Nos dicen los autores que terminando la 2ª guerra mundial se da hasta 1973 con el shock del petróleo la etapa de oro del capitalismo atroz y del keynesianismo.


Pero, vayamos por partes, tanto en lo que dicen en el libro, como los acontecimientos económicos. Para lo cual usaré la gráfica que se muestra a continuación y que explica muchas cosas, sobre la guerra, y sobre el auge post-guerra.


La gráfica muestra el PIB desde 1929 año en que empieza la Gran Depresión hasta 1950 en que ya se sentía un impulso enorme en la economía (aunque el PIB no había alcanzado los valores de los años más duros de la guerra)

Uno de los argumentos favoritos de muchos economistas es que la guerra genera auge y que fue la guerra lo que sacó a EU de la depresión, si observamos la gráfica vemos que en efecto, la economía permanecía con ligeras expansiones y luego contracciones. Con la guerra la componente gubernamental se dispara, y con ello el PIB. Pero ¿Es válido decir que este incremento del PIB fue benéfico? La respuesta es que no, toda la economía estaba dirigida a producir armamento, uniformes, paracaídas, las mujeres, por ejemplo no podían comprar medias por que el nylon se usaba como material bélico. Los norteamericanos que no fueron a la guerra ciertamente que se volvieron más pobres, en el sentido de que sus ingresos bajaron, pero, también existió algo benéfico:: Ahorraron a fuerza, por que no podían consumir: No podían comprar un auto, toda la industria estaba enfocada a construir Jeeps y tanques, no podían construir una casa, todas las materias primas eran requeridas por el ejército, apenas y comían. Así que no podían consumir, y se ve claramente en la gráfica esto. Si no podían consumir, el dinero percibido por la tropa y los que no estaban en el frente era ahorrado. Sí, contrario totalmente a lo que dice Keynes, y con ello se incrementaba involuntariamente el tamaño de los fondos para empréstitos. Al terminar la guerra existía una enorme cantidad de capital y las tasas de interés podían ser naturalmente bajas, sin necesidad de la intervención del gobierno para bajarlas de forma artificial. Adicionalmente, la componente euforia, y optimismo de la gente aunado a esto, propició no sólo que se dieran a la tarea de hacer bebés, también de consumir, y adquirir todo aquello de lo que fueron privados durante la gran guerra. También, y no debe dejarse de lado, es la reducción importantísima del gasto gubernamental, tan sólo véase la barra de 1946, se despidieron, obviamente, a toda la tropa, Keynes tenía miedo, en su cabeza no entraba que la reducción del gasto público propiciaría auge, incluso escribió un libro para expresar sus temores, los hechos se encargaron de refutarlo. También es importante pensar en el bajo nivel regulatorio de aquellos años, de la gran libertad existente, así que sí, de acuerdo Srs Tello e Ibarra son los años de postguerra los años dorados del capitalismo, pero, con lo que no puedo estar de acuerdo, es que fueron los años dorados del keynesianismo, más bien, como he expuesto, son los años dorados del Hayekanismo ya que según la teoría del Capital de Hayek, se creó una situación que propició un auge económico que no se venía desde los años 1920’s,  pero sin la expansión del crédito artificial inducida por baja en las tasas de interés de forma intervencionista. Las tasas fueron bajas, por que había dinero ahorrado.

También es muy ilustrativo considerar el desempleo entre los años 1929 a 1950, que se muestra en la figura junto con el PIB real.

No es el periodo en el que estamos enfocando nuestro análisis, pero puede verse que ahora sí, las políticas de FDR, y su “New Deal”, muy semejantes al Obama de hoy y sí keynesianas, no más no servían para abatir el desempleo. La guerra, por supuesto que abate el desempleo, con 1a expansión de las fuerzas armadas el desempleo cae para los años más duros de la guerra, prácticamente a cero. Pero, ser soldado, no es ser empleado, es ser soldado, además se usó la conscripción, esto es, vas a la guerra por que vas o te meto a la cárcel. Sin embargo, lo que me interesa enfatizar es el fin de la guerra, aquí se despiden a millones de soldados, esto para todos aquellos que tienen miedo de despedir burócratas, los soldados si hubieran permanecido acuartelado por el miedo (de Keynes) a una contracción económica “fatal” (así lo escribe Keynes), no hubieran hecho más que consumir recursos y dinero que no sería dirigido a lo productivo. Afortunadamente imperó la sensatez y despidieron a toda esa burocracia militarizada y de ser parásitos improductivos pasaron a ser gente productiva, que pusieron negocios de todo tipo y tamaño y consumieron, usando, como explicaba, todo ese dinero ahorrado “a la fuerza”, que no pudieron gastar por que no había en que gastarlo. Nótese que el desempleo aumenta, pero de forma muy ligera de 1946 a 1949, para 1950 ya empezaba otra vez a bajar y nunca regresó a los niveles del 15% de pre-guerra, en que FDR y Keynes eran los reyes del ofuscamiento. Y sí, así como Roosevelt no pudo sacar con su “Nueva Economía”, ni su “Nuevo Trato” a los EU del desempleo y la economía sin crecimiento o con crecimiento lamentable, es muy dudoso que Obama, que sigue las mismas ideas keynesianas (más monetaristas para acabarla de fregar), tampoco podrá sacar a EU del pésimo estado actual de la economía.

Debe de mencionarse, en honor a la justicia que no sólo fue el ahorro forzado y el optimismo post-guerra lo que sacó a EU de la Gran Depresión y produjo casi dos décadas de expansión económica.

El fin de la guerra no sólo produjo optimismo para consumir, también lo hizo para producir más y mejor, también, la destrucción masiva de los países europeos y de Japón incrementó enormemente la demanda de productos norteamericanos lo que disparó las exportaciones, también en este rubro, el industrial, los norteamericanos se encontraban prácticamente sin competidores (esto también benefició a Suecia que ahí fue donde se hizo rico con su acero, y Suiza, ambos países no sufrieron daño durante la guerra), todos sus competidores o los habían matado, o sus factorías estaban destruidas. Claro, que, las ganancias en los exportadores fueron medio compensadas por la falta de importaciones sobre todo de Europa.

También colaboró la muerte de FDR, casi al final de la guerra. Su visión antiempresarial, (muy a la Obama de hoy), fue reemplazada por gente con mentalidad más empresarial lo que colaboró a que la economía de EUA tuviera un enorme empuje.

¿Por qué será que no ponen gráficas como estas los autores del libro referenciado?
¿No será que quieren sólo utilizar argumentos de autoridad, “fui secretario de Programación y Presupuesto”, y no datos reales? En la crónica de José Blanco sobre el libro de marras en “La Jornada”   Escribe que “En el libro de Tello e Ibarra al pan se le llama pan y al vino, vino.” ¿Será? ¿Y como les parece este pan que se llama pan y este vino que se llama vino?

En el libro mencionan que el keynesianismo y capitalismo tiene su época dorada entre 1950 y 1973 con el shock del petróleo.

El libro habla del acuerdo de Bretton-Woods en donde afirma que no es keynesiano, ya que los tipos de cambio entre monedas era fijo y el dólar definido como medio de pago único internacional con una relación fija al oro en $35/onza. ¡Ah! Que dieran los países por regresar a ese esquema de tipo de cambio fijo y su relación fija con el dólar, que llevaba implícito una relación también fija con el oro. Hoy el sistema es un desorden de devaluaciones por competitividad, y la impresora de billetitos no tiene que o quien la pare. Este acuerdo monetario, estoy de acuerdo que benefició, y aún beneficia a los EU, ya que aunque hoy, hay otras divisas aceptables para el comercio internacional y de reserva, sigue siendo la preferente, lo que les permite, endeudarse irresponsablemente, y hacer que otros países los financien.

Los autores no mencionan que fue Nixon que el 15 de agosto de 1971 desligó el dólar al oro, terminando con Bretton-Woods, esto originado por el déficit de la guerra de Vietnam (el más importante entre otros muchos), y que los franceses querían oro como medio de pago y no dólares, es que EU ya estaba haciendo trampa, y sus dólares ya no correspondían a la relación de $35/onza. Esta sí es, y no como nos quieren hacer creer los autores del libro, la semilla de la actual crisis, al romper con el oro, EU y el mundo estaban ya recorriendo el camino de la inflación, la hiperinflación el desorden monetario, el imperio del dinero creado de la nada respaldado con nada.

Las gráficas que siguen, explican por sí mismas mucho de los aconteceres económicos. Primero la inflación  de 1947 a 1982. Aquí vemos claramente que hasta 1966 la inflación era nada, por las razones que ya hemos expuesto. Sin embargo, el auge pierde impulso ya para mediados de los 1960’s, esto aunado a la guerra de Vietnam, hace que ahora sí, maestros Ibarra y Tello entre el keynesianismo con sus políticas inflacionistas alocadas el déficit público rampante, para disparar la inflación como se ve en la gráfica. Al final de la época de Carter, EU y el mundo estaban metidos en un problema hiper-inflacionario y con desempleo.


Sí con desempleo, feroz, como se muestra en la siguiente gráfica.


Aquí el mundo conoció la estanflación, esto es, estancamiento con inflación, la denominada Curva de Phillips  mostró su falsedad, no había tal intercambio entre inflación y empleo. Todo esto era y es una mentira, y cuando los autores proponen que el mundo privilegia la estabilidad económica sobre el empleo, están mintiendo, o no quieren, ver esta parte de la historia, que ahí está como prueba fehaciente de la mentira que es el supuesto intercambio de más inflación a cambio de crecimiento económico y empleo. Una mentira, un sofisma, una falsedad, que los autores del libro cuidadosamente ocultan.

En la gráfica puede verse una brusca caída del desempleo a partir del año 1982. ¿A qué se debe? Se debe a Ronald Regan (y a Milton Friedman-Robert Mundell-Hayek), que vinieron a meter el orden al caos keynesiano que tenía a la humanidad sumida en la hiperinflación y el desempleo. A eso se debe, a los “neoliberales”. Regan el 13 de agosto de 1981 firmó una importante reducción en los impuestos entre otras muchas medidas “neoliberales” desafortunadamente, Regan no controló suficientemente el déficit público, su “Guerra de las Galaxias”, y el gasto público militar desenfrenado producto de la amenaza Soviética no lograron reducir el tamaño del Estado a como hubiera sido lo deseable.

Otros países, como México, también incurrieron en los excesos keynesianos, Tello fue, por así decirlo, cómplice de la debacle de endeudamiento de López Portillo ¿Cómo se atreve a escribir un libro si lo que hizo junto con Andrés de Oteyza y otro Ibarra, Muñoz, David, fue endeudarnos a más no poder y meternos en la peor crisis que ha experimentado México? Toda esta estirpe de economistas, se me imaginan como un cirujano que mató a su paciente por negligencia médica y se aparece en el funeral repartiendo tarjetas de presentación para ofrecer sus servicios. No tienen vergüenza, eso es lo que no tienen.

El “neoliberalismo”, al que se refieren en el libro, en realidad no es tan liberalismo aunque hay medidas como reducir impuestos, contener e déficit público, lo que ellos llaman estabilidad macroeconómica,  abrir el comercio internacional, y privatizar empresas del gobierno que eran (y son las que quedan) unos inmensos barriles sin fondo del dispendio. Que el resultado haya sido capitalismo de cuates, mercantilismo, bueno, eso no es capitalismo, eso es mercantilismo. Y no hay tal “Revolución de los Ricos”, hay una revolución sí, pero de gente sensata que se ha dado cuenta que es el gobierno el causante de los problemas, y que los queremos chiquitos, y lo más alejados de nuestras vidas como sea posible. Cuando han metido la mano en la economía, la han dejado postrada. Pero siguen, tergiversando los hechos, mintiendo, diciendo verdades a medias, que resultan en mentiras completas.

Sólo para terminar, creo que ya he escrito suficiente sobre las causas de la crisis actual, el post previo Mises en la UNAM Parte III analiza completamente las razones de la crisis, no creo que sea menester repetir. Sólo bastará con recordar que una vez más, el intervencionismo, la manipulación de las tasas de interés, el inflacionismo, son las causas.