Hayek versus Keynes (Liberalismo vs. Socialismo)

Extractos tomados de la Biografía de FRIEDRICH A. HAYEK por Peter J. Boettke, profesor de economía de la Universidad de Nueva York

Poco después de su llegada a Londres, Hayek entró en una polémica con John Maynard Keynes. Keynes, un destacado miembro del servicio civil británico que estaba trabajando entonces para el Comité de Finanzas e Industria del gobierno, era el autor de importantes libros de economía. El debate Hayek Keynes fue quizás el más importante sobre economía monetaria que se haya dado del siglo XX. Comenzando con su su ensayo "El Fin del Laissez Faire" (1926), Keynes presentó sus demanda de intervencionismo en el lenguaje de un liberalismo pragmático clásico. Fue así que Keynes fue aclamado como "el salvador del capitalismo", en vez de ser reconocido como lo que era: un defensor de la inflación y de la intervención gubernamental, es decir un socialista.

Hayek detectó el problema fundamental que adolecían en las concepciones económicas de Keynes: su incapacidad para comprender el papel que juegan las tasas de interés y la estructura del capital en una economía de mercado. Debido a su infortunado hábito de utilizar categorías colectivas, Keynes no pudo abordar estos problemas adecuadamente en su "Un Tratado sobre el Dinero" (1930). Hayek señaló que las categorías colectivas de Keynes distraían a los economistas y nos le dejaban examinar cómo la estructura industrial de la economía emergía de las opciones económicas de los individuos.

Keynes reaccionó con acritud a las críticas de Hayek. Primero respondió atacando "Pecios y Producción", de Hayek. Luego alegó que ya no creía en lo que había escrito en "Un Tratado sobre el Dinero" y volvió su atención a la redacción de otro libro:"La Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero" (1936) que, con el tiempo, se convirtió en el libro más influyente del siglo XX en materia de política económica.

Más bien que tratar de criticar directamente lo que Keynes había presentado en su Teoría General, Hayek volvió sus considerables talentos a refinar la teoría del capital. Estaba convencido de que el punto esencial que había que trasmitir a Keynes y al resto de los economistas en relación a la política monetaria radicaba en la teoría del capital. Presentó su tesis en "La Teoría Pura del Capital" (1941), el libro más técnico que escribiera nunca. Y, pese a la razón que pudiera haber tenido, resultó la menos influyente de sus obras. Para fines de los años 30, el tipo de economía de Keynes estaba en pleno ascenso. A los ojos del público, Keynes había derrotado a Hayek. Este perdió relevancia como economista y entre los estudiantes.
Hayek, sin embargo, siguió refinando la argumentación a favor de una sociedad liberal. Los problemas del socialismo que había observado en la Alemania nazi y que vió comenzar en Gran Bretaña lo llevaron a escribir El Camino de la Servidumbre (1944). Este libro obliga a los defensores del socialismo a confrontar un problema adicional, más allá del puramente técnico. Si el socialismo requiere la sustitución del mercado por un plan central, entonces, apuntó Hayek, habrá que establecer una institución que sea responsable por la formulación del plan. Hayek la llamó la Junta Planificadora Central. Para implementar el plan y para controlar los recursos, la Junta tendría que ejercer amplios poderes discrecionales en los asuntos económicos.

Con todo, la Junta Planificadora Central en una sociedad socialista no tendría los precios del mercado como guía. No tendría forma de saber cuáles posibilidades productivas eran económicamente posibles. La ausencia de un sistema de precios, dijo Hayek, demostraría ser el talón de Aquiles del socialismo.

En El Camino de la Servidumbre, Hayek alegó que había buenas razones para sospechar que los que ascendieran a la cumbre de un régimen socialista serían aquellos que tuvieran una ventaja comparativa en el ejercicio de poderes discrecionales y estuvieron dispuestos a tomar decisiones desagradables. Y es inevitable que estos hombres poderosos dirigieran el sistema en su propio beneficio.

Por supuesto, Hayek tuvo razón tanto el problema económico como en el político del socialismo. El siglo XX está lleno con la sangre de las victimas inocnetes de los experimentos socialistas. Stalin, Hitler, Mao, Pol Pot y muchos tiranos menores han cometido crímenes horribles contra la humanidad en nombre de alguna variante del socialismo. El totalitarismo no es un accidente histórico que sólo emerge debido a mala elección de dirigentes en un régimen socialista. Hayek muestra que el socialismo es el resultado lógico del ordenamiento institucional de la planificación socialista.

Tras la derrota de su crítica de Keynes en el foro público y la controversia que surgió sobre el cálculo económico en el socialismo, Hayek se alejó de los problemas técnicos de la economía y se concentró en la reformulación de los principios de liberalismo clásico. Hayek había señalado la necesidad de los precios de mercado como trasmisores de una información económica dispersa. Mostró que los intentos de reemplazar o controlar el mercado llevaban a un problema de conocimiento. Hayek también describió el problema totalitario asociado con la ubicación de poder discrecional en las manos de unos pocos. Esto lo llevó a examinar los prejuicios intelectuales que ciegan al hombre y le impiden ver los problemas de la planificación económica gubernamental.

Afortunadamente, vivió lo suficiente como ver reconocido nuevamente su enorme intelecto. Tanto los keynesianos como los socialistas fueron aplastantemente derrotados por los acontecimientos y por la poderosa verdad de su obra. El liberalismo clásico es nuevamente un cuerpo vibrante de pensamiento. La economía austriaca ha emergido como una gran escuela del pensamiento económico, y jóvenes estudiosos de la ley, la historia, la economía, la política y la filosofía están estudiando sus grandes temas. Podremos lamentar la pérdida de este gran campeón del liberalismo pero, al mismo tiempo, podemos regocijarnos de que F.A. Hayek dejara una herencia tan fructífera y brillante.

Queda pues entonces claro por qué Keynes es un socialista, o al menos un antiliberal.

Comentarios

  1. Anónimo6:12 p.m.

    Disculpe, pero yo opino lo contrario, no creo que haya mayor defensor de la libertad que Keynes. Keynes habla de "impulso" de la economia a través del estado, no que por eso el estado va a intervenir en toda la economía. Los clasicos tienen tremendos agujeros en su doctrina y las consecuencias están a la vista. Por otra parte, el clasisismo nace acompañando a la revolución industrial, especial para ese momento. Hoy en un mundo de redes, hay una sola doctrina económica que puede cambiar este gran cambio mundial. Keynes.

    ResponderBorrar
  2. Pues lo disculpo, pero para empezar Hayek Y Keynes son contemporáneos, así que nada que para ese momento. Hayek tuvo su momento más relvante con la Tatcher.

    Lo que sumió al mundo en la crisis actual es el intervencionismo, léa por favor mis post más recientes, y es lo que lo va a sumir en la más profunda crisis. Veremos pronto como las "recetas" Keynesianas van a fracasar una a una empezando por la falsedad de la obra pública.

    Y sólo hasta que se den cuenta que la inflación, la expansión del crédito la bajada de las tasas de interés y el sistema monetario de reserva fraccionaria son un fraude contra la sociedad, entonces tendremos oportunidad de salir.

    Gracias por su comentario.

    ResponderBorrar
  3. Anónimo3:31 p.m.

    Disculpe pero aunque pudiese coincidir en algunos aspectos economicos con usted, no puedo menos que señalar lo sesgado de su pensamiento.

    Tenemos muestras que en nombre del liberalismo y la libertad se han cometido crimenes y barbaries iguales a las de los socialistas. Se han invadido paises y derramado la sangre de miles y miles de inocentes en manos de los tiranos socialistas de turno como en las de los representantes de las corporaciones. Lo justo me parece es observar la maldad inherente al ser humano para con su projimo.

    ResponderBorrar
  4. Su última línea es fundamental, ya que, como dijera Adam Smith, es el egoísmo el que promueve el bienestar de la sociedad "la mano invisible" y siendo este un factor implícito dentro de la economía, así como muchos otros, justifican la consolidación y prevalencia de la teoría clásica en la historia económica. El Estado, como diría Quesnay, es un vigilante que debe quitar las piedras del camino y procurar el bienestar de la sociedad, pues es el quien asegura la riqueza de la nación, más no procurar la centralización. Si profundizamos este análisis, Keynes retoma los principios mercantilistas, los cuales fueron opacados por el surgimiento del liberalismo. No es sino una lucha constante para justificar las contradicciónes del sistema económica mundial.

    ResponderBorrar
  5. Gracias por tu comentario Mario.

    A mi me gusta emplear la palabra "beneficio personal" o, “su propio beneficio”, en lugar de egoísmo. El egoísmo se percibe como un defecto, como alguien que sólo ve por sí mismo, y no es el caso. Ver por el bien de uno, y de su familia por ejemplo, es parte de la naturaleza humana, incluso, la animal. Ningún animal va a actuar buscando su perjuicio. Es una sutil pero importante diferencia, el egoísta pudiera interpretarse como el que friega a los demás con el fin de sacar provecho de ellos, la Real Academia lo define como aquel que atiende desmedidamente al propio interés, sin cuidarse del de los demás. La clave es pues el “desmedidamente”. Sin embargo, en la acción humana está el buscar el propio interés, el sacar beneficio de cualquier transacción, sin el “desmedido”, y sí, esa es ni más ni menos que la “mano invisible”, tan pitorreada y denostada por los “progres”.

    Saludos

    ResponderBorrar
  6. Anónimo11:14 p.m.

    El que escribe este blog es un ignorante sobre economía... Keynes socialista, no sea idiota, aprenda un poco de historia económica...

    ResponderBorrar
  7. Anónimo8:36 p.m.

    Keynes socialista... no sean ignorantes por Dios... Tienen que ser liberales para pensar así

    ResponderBorrar
  8. Anónimo2:14 p.m.

    Creo que estas ignorando que se refieren a que el resultado final seria el mismo que obtubieron Lenin y Stalin los cuales eran comunistas osea un fracaso economico, no quiere decir que ideologicamente sea socialista.

    ResponderBorrar
  9. Anónimo5:22 p.m.

    Jajaja en que parte dee la historia se han cometido crimenes en nombre del liberalismo y la libertad?, se han cometido en nombre del nacionalismo y el fundamentalismo religioso,y ambas tienen similitud con el socialismo.

    ResponderBorrar
  10. Anónimo10:02 p.m.

    Más seriedad por favor, en Internet hay cada basura como esto de tildar a Keynes de socialista.

    ResponderBorrar
  11. Keynes NO es un socialista en el sentido clásico del término socialismo. Pero sus ideas entre las que se encuentra el intervencionismo estatal, el control del mercado, la creación de entidades públicas, el apoyo a un banco central necesario para controlar (intentar controlar xD) la expansión crediticia, etc. Todas estas son medidas socialistas, si bien Keynes no era Socialista en el estilo clásico, seguramente puede ser considerado uno de los impulsores de la Socialdemocracia. Así que tildarlo de Socialista, especialmente en comparación con Hayek, no me parece ni descabellado ni ignorante

    ResponderBorrar
  12. JRA,

    Gracias por tu comentario. A eso, a lo que escribes es a lo que me refiero cuando escribo que Keynes es socialista.

    En sus ideas está basado toda la operatividad de la Social Democracia, es socialista.

    ResponderBorrar

Publicar un comentario