Este 31 de mayo
es el límite para que los explotadores, cerdos capitalistas, hagan el reparto
de de sus ganancias a su explotados trabajadores que durante todo el año les
han robado el valor de la plusvalía de sus productos y aunque no es lo que
debería de ser les tendrán que dar el 10 por ciento de sus utilidades brutas. Así
casi, casi está escrito en nuestra Constitución “La primera y más progresista de
todas”
Todos lo sabemos,
el Artículo 123 que se encuentra bajo el Título Sexto “Del Trabajo y la
Previsión Social” establece el fundamento a las leyes (él mismo es muy extenso
y detallado) que regulan las relaciones laborales. De toda la Constitución, es
esta la porción más Marxista, léase comunista, y su efecto ha sido claramente
evitar la creación de empleos. Es inexplicable que los políticos no quieran
darse cuenta que está aquí indudablemente la principal explicación de la falta
de empleo, de la economía informal, de la falta de inversión y de crecimiento
económico. Quizá si se dan cuenta pero no quieren cambiar para no enfrentarse a
los sindicatos corporativistas y a todos los izquierdistas de todos los sabores
y colores.
Ya reiteradamente
hemos expuesto, que nuestra Constitución se inspira fuertemente en las
doctrinas comunistas de la triunfante revolución Bolchevique de 1917, el
artículo 123 que legisla las relaciones laborales es quizá el mejor ejemplo de
esta línea de pensamiento y es muy evidente que su contenido está fuertemente
influido por las tesis expresadas en el Tomo I de “El Capital”, la principal
obra de Karl Marx. Veamos, como se incluye el pensamiento de Marx en nuestra
Constitución:
Marx se
diferencia de otros socialistas utópicos de su tiempo Fourier, Owen, Lasalle en
que introduce una argumentación pseudo-científica, tratando de hacerla
positiva, e introduce un lenguaje "liberal" precisamente para atacar
al liberalismo. Marx, al igual que los liberales veía al Estado como fuente de
explotación por lo que quería acabar con los privilegios de la oligarquía. Para
Marx, el laissez faire era una nueva forma de opresión: Una clase -los
propietarios capitalistas y burgueses- explotaba a otra -los trabajadores
asalariados, a quienes Marx denominó proletariado (de prole por el gran número
de hijos que tienen). Marx iguala al capitalista con el señor feudal y sus
siervos, y compara las utilidades empresariales con los tributos de los
siervos, y concluye que las utilidades no son otra cosa que un excedente
sustraído del trabajo el que llamó la plusvalía. Bajo esta tesis, el Capital no
es otra cosa que trabajo pasado traído a valor presente. Las conclusiones sobre
el Capitalismo de Marx siguen a esta premisa: Concentración de la riqueza,
acumulación de capital, crisis recurrentes y finalmente la dictadura del
proletariado que se da por la vía violenta, la Revolución, cuando los
proletarios, cada vez más se apoderan de lo que es suyo, puesto que fue creado
con su trabajo, se apoderan del Capital y de la propiedad privada.
Marx comienza a
construir su teoría invocando a Aristóteles: "No puede existir cambio sin
igualdad, ni igualdad sin conmensurabilidad". Por tanto, según Marx, en
las dos cosas intercambiadas tiene que existir "un algo común y de la
misma magnitud".
Y este “algo en
común que encuentra Marx” es el trabajo. "Injusticia existe, cuando se
intercambia un producto "A" por un producto "B", y sus
valores -el tiempo laboral necesario para producir cada uno de ellos- no son
iguales; es decir, cuando no se cambian equivalentes”. Aquí de entrada existe
un primer error, por ejemplo, existen una gran cantidad de recursos naturales,
que valen, y que pagas por ellos, pero no tienen nada de trabajo incorporado.
Pero no sólo los
recursos naturales demuestran el error de Marx., el primero en demostrarlo fue
el economista austriaco Eugen von Böhm-Bawerk que nos dice que, el valor no es
algo que este intrínseco a las cosas, sino algo subjetivamente apreciado por
cada individuo según su situación y necesidades. El intercambio ocurre cuando
dos individuos valoran en igual o menor medida lo que cede contra lo que
obtienen.
Y así es, todos
los bienes tienen un valor subjetivo, y su valor nunca está relacionado en
forma alguna con el trabajo incorporado, ejemplos sobran, un vino corriente y
uno fino llevan prácticamente el mismo trabajo en recolectar, exprimir,
fermentar, y sin embargo sus precios son muy diferentes. Departamentos en una
zona residencial de lujo céntrica, que llevan prácticamente los mismos
materiales y trabajo de albañiles, valen mucho más que ese mismo departamento
en una zona periférica, obras de arte, un Van Gogh, vale infinitamente más que
el de un pintor de un parque y ambos llevan aproximadamente la misma cantidad
de trabajo. Por tanto, queda demostrado que las tesis de Marx son un error y
por consiguiente toda deducción que se derive de ellas, en específico la
“Plusvalía Capitalista”.
Marx dice que, el
trabajador no recibe el producto íntegro de su trabajo sino tan sólo el salario
mínimo de subsistencia, el capitalista se apropia del excedente producido. Es
decir, por ejemplo, el obrero trabaja diez horas, pero sólo cobra lo producido
en dos. De las otras ocho se apodera el capitalista. Esto es el trabajador
debería de recibir el 100% del valor de su producto para no ser explotado.
Esto es muy
importante desde el punto de vista de marketing político, para los socialistas,
ya que es muy humano creer que el trabajo que uno realiza no está lo
suficientemente bien valorado, y en estas tesis encuentran salida la
frustración de muchos.
Sin embargo, como
hemos visto, simplemente no es cierto que los bienes valgan por la cantidad de
trabajo implicado en su elaboración, en otras palabras, las cosas no valen por
lo que cuestan, sino por el valor que la gente les otorga.
En tiempos de
Marx, los economistas reconocían tres factores para la producción de un bien:
Capital, trabajo y tierra. La genial aportación de Böhm-Bawerk consistió en
descubrir la auténtica esencia del capital recurriendo al análisis de un factor
ignorado: el tiempo.
Veamos como el
Böhm-Bawerk se sirve del tiempo para desarticular la teoría de la explotación.
Una cosa es que deba pertenecer al obrero el producto íntegro de su trabajo o
su valor correspondiente -lo cual Böhm-Bawerk y cualquiera acepta- y otra que
el obrero deba percibir ahora todo el valor futuro de su trabajo.
Al contrario de
lo que el autor de “El Capital” consideraba, el empresario no explota al
trabajador porque, para empezar, las mercancías no se valoran por el coste de
producirlas sino por lo que la gente esté dispuesta a pagar por ellas. Además,
el empresario restringe sus gastos en bienes de consumo, ahorra dinero e
invierte sus fondos en la adquisición y alquiler de factores productivos a los
cuales paga ahora con vistas a poder vender los productos que fabriquen. Así
que les adelanta el dinero a los trabajadores mucho antes de que las mercancías
se coloquen en el mercado y ¡Se vendan!. Por esa diferencia de tiempo se queda
con un interés, el llamado beneficio capitalista, porque no es lo mismo 100 pesos
hoy que la misma cantidad en 5 o diez años. El interés se explica por qué el
ser humano valora más un bien hoy que en el futuro, por eso está dispuesto a
pagar un interés por tener hoy su salario. De modo que el empresario le da un
salario al trabajador aun no sabiendo si va a conseguir vender todo su stock y
librándole de ese riesgo a aquél.
Un buen ejemplo
de valor adquirido por el tiempo, es el del vino que debe añejarse por varios
años para que adquiera su alto valor. ¿Tendría el trabajador vinícola que
esperar 20 años para que el vino adquiera su valor? O ¿Se tendrá que conformar
con el valor del vino joven muy inferior?
En tiempos de
Marx, hace 150 años, veía este personaje mucho vapor, mucho músculo no existía
prácticamente otro factor de producción: La tecnología, las máquinas de control
numérico, la robótica. ¿Qué diría Marx de un auto que es producido casi
enteramente por robots? Los obreros que sólo se utilizan para colocar los
asientos en sus rieles (no le han encontrado como hacerlo con robots), y
supervisar el proceso ¿les correspondería todo el valor del automóvil?, esto
mismo podemos decirlo de infinidad de productos, que se me ocurren al azar,
chips de computadora, medicinas, y un sinnúmero de bienes fabricados, para los
que la intervención del trabajo humano es muy pequeña, el costo de la mano de obra
es sólo una pequeña fracción del valor final del producto. ¿El supervisor del
proceso de fabricación de un medicamento que se hace enteramente por máquinas
debe llevarse por salario el valor de toda la producción?
Aquí está clara
la importancia del capital de la acumulación, de la inversión, del interés, de
la investigación, desarrollo e innovación.
No cabe duda, que
si en el contexto del siglo XIX las ideas de Marx eran falsas, en la
actualidad, son simplemente ridículas.
Claro, todavía
hay algunos socialistas que intentan rebatir, mediante furibundos ataques a
esta “lógica burguesa”, todas ellas tan ridículas, que simplemente no sé si dan
ganas de reír o de llorar.
Así, no obstante
lo falaz que sean las tesis comunistas, estas se siguen enseñando en las
Universidades, y se enseñan como verdaderas, y muchas gentes todavía creen en
ellas, y no obstante que desgraciadamente cientos de millones de personas hayan
sufrido y sigan sufriendo la opresión de tiranos comunistas que venden humo,
engendran odio y fabrican miseria. Siguen vivas, y en nuestra Constitución son
letra viva.
Empieza el
Artículo 123 con un buen deseo: “Toda persona tiene derecho al trabajo digno y
socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos y la
organización social para el trabajo”
Derecho al
trabajo ¿eh? Y ¿qué pasa con los millones que no lo encuentran? ¿En dónde y con
quién pueden reclamar su derecho?
Luego se sigue
estableciendo las condiciones de jornadas máximas, descanso obligatorio
prohibición de emplear a menores de edad, condiciones sin “esfuerzo” para las
mujeres embarazadas, etc. Los salarios
mínimos, despido de trabajadores, todos ellos “progresistas”, pero nuestro
interés, por el momento se centra en el reparto de utilidades.
Aquí, el marxismo
entra en toda su carga ideológica de la explotación del trabajador por el
patrón cuando en el párrafo IX que a la letra dice Y vamos comentándolo párrafo
a párrafo:
“Los trabajadores
tendrán derecho a una participación en las utilidades de las empresas, regulada
de conformidad con las siguientes normas:”
Que debería
decir, para corregir la plusvalía capitalista que te roba el patrón, le voy a
obligar que te de algo de ella.
a) Una Comisión
Nacional, integrada por representantes de los trabajadores, de los patronos y
del Gobierno, fijará el porcentaje de utilidades que deba repartirse entre los
trabajadores;
Por supuesto, que
el gobierno tenía que meterse aquí también.
b) La Comisión
Nacional practicará las investigaciones y realizará los estudios necesarios y
apropiados para conocer las condiciones generales de la economía nacional.
Tomará asimismo en consideración la necesidad de fomentar el desarrollo
industrial del País, el interés razonable que debe percibir el capital y la
necesaria reinversión de capitales;
Vaya, si quiera
no quitan el 100% de las utilidades y dan algo de oportunidad para acumular
capital y mejorar la planta productiva.
c) La misma
Comisión podrá revisar el porcentaje fijado cuando existan nuevos estudios e
investigaciones que los justifiquen.
Al arbitrio del
burócrata que va a determinar cuánto extra de impuestos, ahora a mis explotados
trabajadores les tengo que dar.
e) Para
determinar el monto de las utilidades de cada empresa se tomará como base la
renta gravable de conformidad con las disposiciones de la Ley del Impuesto
sobre la Renta. Los trabajadores podrán formular ante la Oficina
correspondiente de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público las objeciones
que juzguen convenientes, ajustándose al procedimiento que determine la ley;
Así tengo que
entregar toda mi contabilidad a los trabajadores y ellos como jueces
dictaminarán si los estoy o no explotando para así determinar cuánto de la
plusvalía capitalista me pueden bajar.
f) El derecho de
los trabajadores a participar en las utilidades no implica la facultad de
intervenir en la dirección o administración de las empresas.
Siquiera, si no
de una vez al ingresar les doy mejor acciones…
Esto que se
conoce como PTU (Participación del Trabajador en las Utilidades) es la
principal causa de desempleo en el país. NO le busquen tanto, es llevar a los
hechos la absurda teoría de la explotación capitalista de Marx, es pues,
comunismo. Y no obstante que por un lado se ha demostrado que es falsa la
explotación, por otro lado, si es una importantísima merma en la rentabilidad
de una empresa en México, sumemos 30% de las utilidades de Impuesto Sobre la
Renta, y un 10% de PTU, resultado 40% de merma sobre las utilidades. Y luego se
quejan de la falta de inversión.
Da ternura ver a los
presidentes en foros internacionales como por ejemplo en Davos, Suiza, promoviendo la inversión extranjera en nuestro
país, ¿Creerá que no saben de este Artículo 123? ¿Creerá que no saben que en
otros países simplemente no “se explota” al trabajador y por consiguiente no le
dan reparto de utilidades? ¿Cómo convencer a un inversionista al que le vas a
quitar el 39% de sus utilidades, mientras Macedonia, Estonia, Irlanda, China,
India, etc. etc. sólo le van a quitar entre 10% al 12%? ¿Cómo? No hay forma,
los capitales no van a llegar a México y seguiremos con nuestro raquítico
crecimiento, imputable siempre al socialismo.
Me dirán pero ahí están las armadoras y aeronáuticas que están invirtiendo fuerte en México, la respuesta es muy sencilla, no es lo mismo transportar autos y aviones que otros productos, la cercanía geográfica con el mayor mercado del mundo es determinante.
Y mientras
existan esos “otros” países, el nuestro y nuestra Marxista Constitución
quedaremos marginados, de la inversión y del empleo. Inmersos en nuestra
pobreza, pero eso sí, con leyes “muy justas”.
Nada más una precisión a la afirmación de que "...nuestra Constitución se inspira fuertemente en las doctrinas comunistas de la triunfante revolución Bolchevique de 1917", que tan sólo por las fechas es insostenible; lo cual no debilita el planteamiento general. Nuestra constitución de 1910 y específicamente el contenido del artículo 123 es de inspiración marxista, más que Bolchevique. ¡Saludos!
ResponderBorrarCorrigiendo tu "precisión", la Constitución mexicana es del año 1917.
BorrarEn dicho año la "revolución bolchevique" no había "triunfado" y por lo tanto su influencia ideológica todavía era marginal.
En efecto la influencia en el mentado artículo 123 constitucional claramente es marxista, como también apunta el autor.