La izquierda ha
acuñado el término “Neoliberal” para denostar
pero lo peor es que es un término que se usa para confundir sobre el
real Liberalismo, así que con el propósito de aclarar los términos vamos
analizando los últimos años de la historia económica de México, para tratar de
subsanar este síndrome amnésico patológico que lleva a la izquierda como
siempre a tergiversar y externalizar
para confundir.
Para entender el
surgimiento del “Neoliberalismo “, debo remontarme a épocas que hoy parecen muy
remotas, sobre todo para los jóvenes que no vivieron ni padecieron mucho de lo
que voy a escribir.
Los inicios de
esta historia hablan del PRI autoritario, de “La Dictadura Perfecta”, del
“Nacionalismo Revolucionario”,
Sólo de 1910 a
1930, la época de la Revolución tuvimos una situación parecida a la que estamos
padeciendo de 1982 a la fecha, de los años 30, desde 1934 hasta 1982, por 50
años la economía de México creció a tasas del 6 por ciento. Del 82 a la fecha
las tasas de crecimiento no llegan al 2 por ciento, y si descontamos el
crecimiento poblacional el resultado es cero. Esto, por supuesto no sólo
incluye a los gobiernos del PRI, también a los del PAN. ¿Por qué? Veamos…
EL Desarrollo
Estabilizador
Debo remontarme a
épocas muy distantes, pero que explican primero el surgimiento del populismo,
con Luis Echeverría Álvarez y continuado por José López Portillo, esto nos
proporciona una base más sólida para entender el desenvolvimiento de la
Economía Mexicana desde Miguel de la Madrid a la fecha, el denominado período
“Neoliberal”.
Al terminar la 2ª
Guerra mundial, el mundo entero comenzó una expansión económica sin precedente,
puede afirmarse que no fue sino hasta entonces en que realmente terminó la Gran
Depresión que inició en 1929. Este auge fue contagiado a México que comenzó a
importar bienes manufacturados principalmente de los EUA, pero nosotros, que
prácticamente carecíamos de industria sólo teníamos para exportar productos
agrícolas, minería y algo de petróleo, la balanza de pago era deficitaria, y
los dólares adicionales sólo podían ser adquiridos mediante deuda pública. Los
dólares transformados en pesos causaron
una gran inflación. Fue con Miguel Alemán que comenzamos a combatir la
inflación mediante la industrialización bajo el esquema de sustitución de
importaciones. Que, sin embargo resurgió.
Los bienes de capital tuvieron un
incremento llegando a importar el 40% debido a que con las políticas de la sustitución
de importaciones se tenía que adquirir la maquinaria y el equipo para el
proceso productivo. En cuanto al producto intermedio, las importaciones se
encontraban entre el 45 y 50% ya que se necesitaban de piezas para realizar la
producción, por lo cual no necesariamente se tenía que reducir el volumen de
importaciones.
Afortunadamente,
o quién sabe, quizá fue desafortunadamente en los años 1960’s se encontraron
grandes cantidades de petróleo en lo que se denominaba “La Faja de Oro” con lo que empezó el venero
del diablo a actuar y permitirnos exportar y conseguir las preciadas divisas.
Ya con divisas,
fue relativamente fácil bajar la inflación y mantener el tipo de cambio con el
dólar constante, lo que llevó a México de 1958 a 1970 a lograr altas tasas de
crecimiento económico y muy importante con muy baja inflación, lo que se llamó
el “Desarrollo Estabilizador” de Antonio Ortiz Mena que fue secretario de
Hacienda bajo los sexenios de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz. Las
tasas de crecimiento eran ligeramente superiores al 6% y la inflación del 2%
Bajo la
perspectiva de esas cifras, no extraña que esos tiempos sean vistos con
añoranza, y que muchos quisieran regresarnos a esas épocas del “Milagro
Mexicano”, aunque debe señalarse que
existía al menos un serio problema, el de la falta de capital y de formación de
capital, esto es de ahorro.
Esto es, en el país no había suficiente capital como
para crecer sostenidamente: las actividades de producción requieren capital,
por ejemplo, préstamos para crecer y dentro del país no se generaba ese
capital.
Lo mismo para las
personas que, por ejemplo, querían comprar casas por medio de hipotecas… la
escasez de ahorro impedía que hubiera suficiente dinero para prestarles.
La sustitución de
importaciones, por supuesto se acompañó del proteccionismo esto es proteger a
la industria local de la competencia externa, se pensaba, y todavía hay muchos
que así piensan que el desarrollo industrial sólo puede lograrse cerrando
fronteras y con una política rectora por parte del estado.
Según Carlos
Tello “Notas sobre el Desarrollo Estabilizador” Nos habla del
esquema mercantilista imperante,
“Los empresarios,
incluyendo –a los banqueros–, se comprometían a
invertir, y mucho, y a cambio de ello tendrían utilidades considerables.
El gobierno les daría el apoyo necesario, incluyendo todo tipo de subsidios, para
que así fuese. El sistema tributario no gravaría en exceso a las utilidades de
sus empresas y los intereses y los dividendos mantendrían su carácter de
ingreso personal anónimo para fines tributarios. La industrialización del país,
que llevarían a cabo fundamentalmente los particulares con el apoyo del sector
público, se desenvolvería, en el capítulo de las manufacturas, bajo un rígido
sistema de protección (tarifas y controles cuantitativos) frente a la
competencia del exterior."
No es de extrañar
que, muchos quisieran que esto se repitiera.
Sin embargo, debe
insistirse, el gobierno, se comportaba conservadoramente en el manejo de sus
finanzas, sin contraer deudas cuantiosas y financiándose con sus propios
recursos.
La aplicación de
la idea proteccionista parecía estar funcionando muy bien en medio de una estabilidad
económica notable. En los mercados nacionales había productos fabricados en
México: las empresas en México tenían mercados cautivos nacionales pues las
importaciones estaban prohibidas o tenían impuestos muy altos de importación.
Sin embargo, esas
empresas no tenían incentivos para mejorar la calidad de sus productos, ni
reducir sus precios. No tenían la presión de la competencia para hacerlo.
Podían hacer con el consumidor los que viniera en su real y regalada gana. Es
decir, en México no existía el Capitalismo, lo existía era el viejo
mercantilismo acompañado del favoritismo del gobierno a ciertos y específicos
“empresarios” que eran favorecidos por las políticas públicas de la “rectoría”
del estado.
Por esta misma
razón surgió con fuerza inusitada el contrabando. Si, por ejemplo, los
consumidores querían comprar cigarros, los disponibles eran todos producidos en
México… pero había oportunidad de comprar cigarros importados en el mercado
negro de contrabando. La TV más popular era la Sony, más sin embargo todo
aparato de esta marca era de contrabando. En estas épocas, que se prolongaron
también en los 1970’s y parte del 1980’s en que seguimos comercialmente
encerrados cualquier fulano con que anunciara a la Secretaría de Industria y
Comercio que iba a fabricar un bien, automáticamente las aduanas se cerraban
para ese bien. Así por ejemplo sólo existían tornamesas marca Garrard que
habían comprado un modelito obsoleto al fabricante original y sólo de éstas
había.
Éste fue uno de los efectos secundarios de la
política proteccionista, el abrir una oportunidad de negocio para los
contrabandistas. La amplia frontera con los EEUU hizo posible introducir al
país todo tipo de artículos que se ofrecían en mercados ilegales.
Pero el
proteccionismo conlleva dos problemas graves: Primero que el crecimiento de la
industria estaba limitado a sólo el mercado interno, al principio sí crecían,
porque no había nada, pero más adelante no podía crecer más allá del
crecimiento de la población, y Segundo, al estar protegidos, no les interesaba
para nada exportar, y en consecuencia mejorar su productividad y
competitividad, estaban felices con el esquema mercantilista libre de
competencia.
Pero el error más
grave se cometió cuando se intentó extender el proteccionismo y la sustitución
de importaciones a los bienes de capital, es decir máquinas y herramientas que
producen los bienes de consumo.
Es fácil por
ejemplo producir cerveza o cigarros, pero no lo es producir las máquinas que
los producen. Y no sólo es la dificultad de producirlas, es que el mercado
interno no da para justificar las cuantiosas inversiones.
Las acciones de
la política proteccionista requerían estimular a las empresas para sustituir
importaciones y para ello se les podían otorgar subsidios o tratamientos
fiscales preferentes. Estas acciones, desde luego, produjeron gastos
adicionales del gobierno, que tuvo que iniciar una tendencia de endeudamiento
creciente (muy clara en la etapa del populismo).
Las empresas se
acostumbraron a recibir ayudas gubernamentales, una idea que aún prevalece en nuestros días. Pero selectivamente, había que
estar en la lista de empresas con interés del gobierno para ser desarrolladas.
Y toda la
inversión que hubo en la industria en el campo cero, o casi cero, debido a la
inseguridad en la propiedad de terrenos, los que cada vez eran más pequeños e
ineficientes para producir. La Reforma Agraria sencillamente no funcionó como
generador de ingresos para su población.
Así el
crecimiento de México dependía de las divisas, de los dólares que sólo se
obtenían de los productos agropecuarios, la minería y el petróleo, que al
principio fueron suficientes pero que más adelante se quedaron cortas para
cubrir el creciente déficit en la balanza de pagos,
Ya para el 8 de
junio de 1971, con motivo de la reunión anual sobre México del Comité
Interamericano de la Alianza para el Progreso celebrada en Washington D. C.,
Mario Ramón Beteta , secretario de Haciende ya con Echeverría explicó a los
organismos financieros internacionales que:
“Para consolidar
debemos contrarrestar los factores limitantes del desarrollo que se habían
venido acumulando. Es decir, el excesivo endeudamiento externo, la escasez de
ahorro público y el creciente déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos…”
El Desarrollo
Estabilizador había muerto, dando paso al “Desarrollo Compartido” de Luis
Echevarría que inaugura la etapa del populismo en el manejo económico de
México.
¡Hola, buen día!
ResponderBorrarYa extrañaba tu post y éste, en particular, me viene bien ya que venía comentando esa manía del pensamiento colectivista por la tergiversación del lenguaje, por la perversión conceptual que usa a modo; además, porque en mis comentarios respecto a la etapa llamada "desarrollo estabilizador", con la sustitución de importaciones y proteccionismo como instrumentos de política económica, que vivimos en México, es común que, para ejemplificarlo, hablara de la existencia de una sola marca de tornamesa: GARRARD y ahora que la citas en el presente post, puedo decir que no es producto de mi imaginación, que no es una especie de delirum tremens pues, quien llega a ser víctima de mis peroratas, se queda extrañado de que tal cosa haya podido ocurrir, ante la disponibilidad casi ilimitada de productos y marcas que vivimos hoy con la apertura comercial, que fuerza la competencia y la eficiencia, que brinda oportunidades; pero, aún así, se añora un regreso a ese México protegido, se maldice al libre comercio y no obstante el nivel intervencionista del Estado, se le exige más y más, de la misma medicina [keynesiana], pero "a lo bestia", como a veces aludes, me parece que dicho por Krugman, en esos términos o algo parecido.
¡Saludos!
Gracias por tú comentario Armando- Eso de la Garrard ¡Cómo olvidarlo! Sabes, soy melómano, y eso del proteccionismo se terminó hasta MMH, así que me ponía de malas esa tornamesa con su ruido de fondo, el rumble le llaman, estaba OK para ir rock pero cuando quería oír una sinfonía... Así que me fui a contrabandear una Technics direct drive y un deck de Sony. ¡Cómo recuerdo es susto que traía que me la fueran a quitar! y hay quien critica la apertura comercial.
Borrar¡jajajaja!
ResponderBorrarPerdón, hoy es cosa de risa, pero recordar aquello, toda una aventura adentrarse por Tepito en busca de lo que estaba negado por la política económica adoptada. Igual fue un equipo Technics con el que resolví el problema de Garrard [aunque, en realidad, era en casa d mis padres donde conocí desde niño a Garrard incorporado a la típica consola de ese tiempo], que casi al regresar a Morelia los rateros terminaron llevándose mi equipo de sonido; con el paso de los años logré hacerme de un ONKIO, que hoy merece mantenimiento. Bueno, perdón, todo sea por el recuerdo del esquema de "sustitución de importaciones" que vivimos. ¡Saludos!
Estoy medio fuera del hilo x vuestros comentarios, pero sólo resta comentar que me ha parecido muy interesante el post.
ResponderBorrarY está abierto para un gran debate entre compadres.
Gracias por publicar de esta manera.
Saludos!