Escuela Rural México
Como ya lo
apuntaba en el post anterior Milton Friedman, fundamentado en la supremacía del
consumidor y la superioridad del mercado como el mecanismo más eficiente para
la asignación de recursos propuso la creación de vouchers o “vales” educativos
que se asignarían a las familias de bajos recursos económicos para que pudieran
pagar la educación, es decir, se subsidia a la demanda y no a la oferta,
educación pública como es la práctica común.
Esta idea fue
implantada en Chile, en algunos estados de Estados Unidos, en Gran Bretaña. En
EU se ideó la escuela “charter”, que son escuelas primarias y secundarias que
reciben del gobierno una determinada cantidad por alumnos inscrito. Su característica
principal es que no están sujetas a las mismas reglas, regulaciones y estatutos
aplicados a las escuelas oficiales:
1) rinden cuentas sobre sus resultados
educativos, no sobre los procesos que siguen, y en tal sentido disfrutan de un
alto nivel de autonomía técnica y gerencial;
2) cuentan con la autonomía para
distribuir internamente los recursos que reciben como mejor les parezca; 3)
contratan, desincorporan y determinan los sueldos de sus docentes de manera
independiente. Por ser financiadas públicamente, no pueden cobrar matrícula a
los estudiantes. En el sistema norteamericano las escuelas chárter son
organizaciones sin fines de lucro (organizadas por maestros, padres y otros
promotores), pero algunos distritos escolares norteamericanos han autorizado a
corporaciones con fines de lucro para administrar cadenas de escuelas
Ya sea por
asignación del voucher o mediante la asignación de recursos por alumno
inscrito, las ideas que se supone debieran de operar sobre el sistema educativo
son;
Se genera la
competencia razón por la cual ofrecerán mejor calidad con los recursos disponibles
por el usuario. De esta forma el sistema mejoraría en automático por el
mecanismo de selección Darwinista, las mejores sobrevivirían y se harían
fuertes, las peores dejarían de atraer alumnos y morirían de inanición. Como las instituciones reciben recursos por
alumno inscrito, será su incentivo para atraer y retener alumnos, habrá
incentivos para crear escuelas en donde la oferta es menor a la demanda.
Pero sobre todo,
afirman, las familias ganarían al tener la libertad para escoger, ya que harían
su elección en función de su calidad y no menos importante, el Estado se
libraría de la administración del recurso docente, y dados los incentivos (virtuosos)
del sistema, la supervisión educativa sería menos necesaria, lo que también
aliviaría al Estado de una carga burocrática.
En pocas
palabras, el sistema de “voucher”, y la privatización resolvería todos los
problemas de baja calidad y la carga administrativa para el estado. Esto, en la
teoría…
Sin embargo,
todos los supuestos se basan en la idea de que las familias escogerían a las
escuelas de forma estrictamente racional, y que cuentan para este fin, con
suficiente información fidedigna para seleccionar la calidad de las
instituciones educativas. Pero ¿Esto es así?
La Experiencia en Chile
Experiencia Chilena Voucher + Crédito
Para la exposición
del caso Chileno tomo como base los estudios que sobre este tema han realizado Cox,
Cristián (2001) “Las políticas educacionales de Chile en las últimas dos
décadas del Siglo XX”. Seminario Reforma Educativa en el Cono Sur: logros y
tareas pendientes. BID-Washington, 6-7 diciembre. Y a Larrañaga, Oswaldo
(1995), “Descentralizacón de la educación en Chile: una evaluación económica”.
Estudios Públicos, Vol. 60
Chile fue pionero
en establecer el sistema de financiamiento a la demanda. La reforma chilena de
1981, formulada desde los ministerios de Hacienda y de Planificación durante el
régimen del general Pinochet, nos importa mucho por la semejanza de ser también
un país latinoamericano con un sindicato de maestros: El sistema tuvo dos
componentes:
• Transferencia de la administración escolar del
Ministerio de Educación a las municipalidades.
A las
municipalidades “se les dio la autoridad para contratar y despedir profesores y
administrar edificios e instalaciones. El Ministerio de Educación mantuvo sus
funciones reguladoras principalmente en la determinación del currículum y de
los libros de texto, en la entrega de supervisión técnica y en la evaluación
del sistema”
• Establecimiento
de un subsidio por alumno. Las escuelas ahora recibirían un monto fijo por
alumno inscrito. El gobierno central era el proveedor de los fondos.
Las escuelas
receptoras de estos montos podían ser privadas (con o sin fines de lucro) o
públicas.
En un primer
momento de la reforma (1981) las subvenciones debían cubrir todos los costos de
operar las instituciones educativas públicas o subvencionadas.
Más adelante, a
partir de 1993, se estableció un sistema que incentivaba el co-financiamiento o
aportes por parte de las familias, llamado de “financiamiento compartido” Esto
significa que el voucher cubría sólo una parte de la colegiatura, el resto lo
tenía que poner la familia u obtener un crédito.
Críticas al
experimento chileno
El sistema de
financiamiento a la demanda chileno fue uno de los motores del movimiento
estudiantil chileno en 2006, “revolución pingüina” y, a partir de ese momento,
se han venido haciendo revisiones al diseño institucional del sistema educativo
de ese país.
En el ámbito
académico, las principales críticas al sistema chileno actual son las
siguientes: la no gratuidad; importantes desigualdades en calidad y, sobre
todo, las crecientes desventajas de las instituciones municipales (únicas
totalmente gratuitas) en calidad frente a las que se manejan con el sistema de
“financiamiento compartido”, esto es el voucher sólo cubre una parte del costo
de la colegiatura; la incapacidad de la mayoría de los municipios (sobre todo
los más pobres y rurales) para ofrecer una educación con un mínimo de calidad;
creciente segregación por clase social entre escuelas según la proporción de
aportes de las familias en el sistema de “financiamiento compartido”; la
selección de estudiantes por parte de los instituciones privadas que reciben
financiamiento público.
Aunque si bien la
infraestructura ha mejorado, ( Rodrigo Cornejo Chávez ) la educación ha permanecido prácticamente igual tal
y como lo revelan los exámenes estandarizados locales (SIMCE) y los de PISA de
la OCDE. También se presenta que las diferencias de rendimiento entre los
establecimientos particulares pagados, particulares subvencionados y
municipales se han mantenido a lo largo de los últimos años e incluso presentan
una leve tendencia a acrecentarse. Esta diferencia es significativa al comparar
los resultados de los establecimientos particulares pagados (donde se educan
los niños y jóvenes provenientes de la elite) y el resto de los
establecimientos.
Y concluyen que,
puede establecerse que la gran mayoría de los niños y jóvenes chilenos tienen
acceso a la educación básica y media, pero no tienen el mismo derecho a contar
con una educación de calidad. La calidad parece estar reservada para quien
pueda pagarla.
Y la calidad
dentro de Chile, por qué cuando se compara con otros países de la OCDE, Chile
ocupa el ante penúltimo lugar, ligeramente arriba de México, así que, tal y
como lo establece un informe de la OCDE “La educación chilena está influenciada
por una ideología que da una importancia indebida a los mecanismos de mercado
para mejorar la enseñanza y el aprendizaje” (OCDE, 2004: 290).
Críticas más
generales a los sistemas de financiamiento de la demanda
En la literatura
sobre el tema aparecen de manera repetida las siguientes críticas a los
sistemas de financiamiento a la demanda (trátense de voucher o escuelas chárter):
• Las posibles ventajas de la competencia no se
dan en zonas rurales donde hay pocos alumnos. Nadie quiere invertir ahí, y en
consecuencia queda sólo una escuela y esto aplica a miles de poblaciones.
• El servicio educativo es complejo y para las familias es difícil escoger en
función de “calidad”. Los economistas llama esta situación una de información
imperfecta o información asimétrica. En consecuencia las escuelas tienen
incentivos para utilizar estrategias de mercadeo para atraer alumnos que no se
correlacionan con la calidad. Un ejemplo registrado en Inglaterra: una escuela
ofrecía regalar tenis de reconocida marca a los nuevos inscritos.
• Se ha dicho que una manera de resolver el
punto anterior, es creando un buen sistema de información para los padres y, en
particular, uno basado en resultados (desempeño de alumnos en pruebas). Sin
embargo, cuando las escuelas son evaluadas de manera externa (por resultados de
pruebas), éstas tienden a no aceptar o rechazar a los alumnos con mayores
desventajas, alumnos que reducirían su calificación. Esto es justamente lo que
viene ocurriendo en las escuelas chárter en los EE.UU., las cuales tienen un poderoso
incentivo para rechazar o sacar a los
alumnos que no cumplan con los requerimientos para un buen desempeño con el fin de tener buenas
calificaciones en los exámenes y mantener el financiamiento público de sus
operaciones.
• También las familias no necesariamente escogen
por calidad, por ejemplo les puede importar más que sean religiosas, por qué
fue en la que estudió alguno de los padres, también es un factor de peso la distancia que
tiene que viajar el menor para llegar a su escuela.
• El sistema darwiniano derivado de la
competencia capitalista puede tener un efecto sumamente negativo en escuelas
que por un proceso de deterioro en calidad están a punto de cerrar. En este proceso de
destrucción junto a él comunidades escolares enteras, incluyendo a los
estudiantes, profesores y apoderados se ven profundamente afectados, con daños
inconmensurables a la cohesión social. Una dolorosa situación que no tiene por qué
darse.
• El lado oscuro
de la libertad para elegir es la segregación social. Así es, este sistema de
financiamiento esta inseparablemente relacionado con la segregación. Así, la
tendencia a la segmentación del mercado no solo significa variabilidad en la
calidad entregada, sino que separación y segregación del estudiantado. No es de
sorprender, por lo tanto, que Chile tenga el sistema educacional más segregado
del mundo.
• Adicionalmente, se han planteado críticas
desde los sindicatos de educación los cuales ven los sistemas de financiamiento
a la demanda como una estrategia para debilitarlos.
·
Falta
de garantías. En lugar de plantear fallas en el sistema, es justamente cuando
el mercado hace lo que hace bien que surge el problema. Si efectivamente las
escuelas compitieran por calidad, por definición tendría que haber escuelas de
diferentes niveles de calidad. Si las escuelas tuvieran exactamente el mismo
nivel, no habría en qué competir. El mercado es insuperable en justamente hacer
eso: segmentar la demanda y entregar calidad según la disposición y capacidad
de pagar. De tal forma que a los pobres
no les alcanzaría nunca su voucher para tener a sus hijos en las escuelas de
calidad, tendrían que endeudarse. Y con esto tendríamos distinciones y
segregaciones. Inadmisible, por donde se le quiera ver.
• Pero sobre todo, a nivel país, la competencia
local no puede elevar la calidad más que muy someramente, esto se debe a que
nunca se compite con educación realmente de calidad. Por ejemplo, que se
compitiera con la educación de Japón o Finlandia. Por este motivo, el efecto
competencia es sumamente limitado, compiten malas contra peores, y si bien
puede haber alguna mejora esta es muy limitada. Para entender esto piénsese en
un país que por ejemplo no pueda importar bienes de capital, su industria
manufacturera tendrá que adaptarse a lo que hay, por ejemplo tornos revólver,
pero no podrá usar de control numérico, en consecuencia, por más competencia
que exista, sus productos serán de inferior calidad y más caros, mucho más
caros, que en aquellos países que sí tienen bienes de capital de última
tecnología. Para decirlo escuetamente, el problema es que “los bienes de
capital” que proporcionan la educación son obsoletos, y de baja calidad, así
por más competencia que se tenga el producto es malo, y seguirá siendo malo,
siempre.
Por todo lo anterior
habrá que asumir que el mito de que el mercado, la competencia y la
privatización mejoraran la calidad de la educación terminó siendo eso... sólo
un mito en los países que se ha ensayado (Chile, Suecia).
Producción de Educación con Calidad ¡Es Posible!
Por esto, creo
que la educación en un país debe de tener un determinado estándar de calidad, y
mantenerlo en todas las escuelas. ¿Qué no se puede? ¿Por qué en China, Japón,
Corea, Finlandia, Canadá sí que pueden?
Veo a la
educación como fábricas que produce algún producto, por ejemplo, piénsese en el
Corolla de Toyota, evidentemente que las fábricas de Atlanta, Guanajuato,
Toyota City, Shangai, etc. Todas, deberán de producir un Corolla idéntico en
calidad. Y evidentemente que estas fábricas no compiten entre sí y todas deben
de producir un producto de gran calidad. En consecuencia creo, que el problema
de la educación de calidad está mal enfocado dejando que sea sólo el mercado el
que puede mejorarla. Sé que esto no se lee muy “liberal” pero así es. En varios
países se ha podido, no veo razón por la que en México no. Pero para esto,
deben cambiarse muchas cosas …
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Comentarios
Entonces, ¿Usted estaría de acuerdo con el Common Core propuesto por los demócratas e EE.UU?
ResponderBorrarPerdóname pero no conozco el Common Core.
ResponderBorrarEs la propuesta de los demócratas, incluida Clinton, al problema educativo en donde todas las escuelas deben de tener los mismos estándares de calidad, por lo que la educación se centraliza y en Washington se decidirá que es lo mejor para todos
ResponderBorrarPues sí estaría de acuerdo.
BorrarTengo una duda, que conllevaría el proceso de liberar los precios de la gasolina?
ResponderBorrarQue hay de la cuestion de las becas dadas por la universidad, por ejemplo en el ITAM te pueden dar beca de hasta el 90% claro que se debe mantener con un promedio de 9 pero es posible
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