Nos dice la
izquierda: López Obrador, y su pléyade
de seguidores, Noroña, Paco Taibo II, Padierna, y otros como Marcos, los
difuntos Fidel y Chávez, Evo Morales, Correa, Chomsky, por supuesto los premio
Nobel Stiglitz y Krugman, y demás -
juran y perjuran que “el neoliberalismo es el capitalismo salvaje” y lanzan su
dedo flamígero para acusar “Ha fracasado”.
¡Falso!
El “neo”
liberalismo nada tiene que ver con el liberalismo auténtico, con los mercados
libres y el orden espontáneo.
Para comenzar en
México (y en todo el mundo) ) la
política se interpreta a la luz del Manual de Política escrito por la
izquierda. Sus definiciones
son erradas y/o mentirosas, y Usted no va a entender nada de política y nada de
economía hasta que las abandone, y las cambie por las verdaderas.
El neoliberalismo
es la nueva forma del ESTATISMO, y para ser específicos de intervencionismo, de
agresión institucional por parte de los gobiernos contra la función
empresarial, los mercados libres, el orden espontáneo y la acción humana. Nos
explicamos…
¿De dónde sale el
“Neo” liberalismo?
Recordemos que el
“Neo” Liberalismo surge de la crisis de la deuda externa de los años 70’s y que
truena a principios de los 80’s con gobiernos populistas, inflacionistas por
doquier, desde un Jimmy Carter, hasta nuestros populistas “Nacionalistas
Revolucionarios” Luís Echeverría y José López Portillo, la inflación era el pan
de cada día, los subsidios, los precios controlados que provocaban escasez, las
empresas de estado que perdían dinero a raudales, la explosión burocrática, en
México, la estatización de más de mil empresas, pero sobre todo y ante todo el
endeudamiento irracional y absurdo para “infraestructura”, y la quiebra de los
Estados, sobre todo, los latinoamericanos después de la caída de las materias
primas, muy especialmente del petróleo.
Los “Cambios
Estructurales”
Esa fue el detonante para que con los rescates
por parte del FMI (que rescataban a los inversores atrapados en deuda
impagable), se condicionara a cambios “estructurales” en las economías como la
privatización de empresas públicas, la apertura comercial, eliminar precios
controlados, y subsidios. A los socialistas latinoamericanos no les quedó de
otra más que aceptar sin chistar el “Consenso de Washington” para “sanear” sus
economías del desastre que sus antecesores les habían dejado, sobre todo controlar la inflación, que en
algunos casos, como en la Argentina ya habían alcanzado niveles apocalípticos.
Para decirlo simplemente, les hicieron la mano de puerquito, ellos nunca
hubieran cambiado en nada su estatismo descontrolado.
Debe mencionarse,
porque es muy importante que aquí en México la inflación se controló con “Pactos”,
y parte fundamental de esos fue el Dólar controlado, deslizándose a una tasa
pre fijada por el gobierno supuestamente ligado al valor de la inflación, y, la
contención a incrementos salariales, los aumentos siempre por debajo de la
inflación para poner supuestamente un “freno” a la loca carrera
salarios-precios en la que siempre perdía el trabajador. Con el Dólar
controlado y la apertura comercial se puso un freno en virtud de la competencia
extranjera a todos los bienes comercializables, por esto, los bienes no
comercializables como educación y salud continuaron subiendo desmesuradamente
hasta nuestros días.
El Grave Defecto
del Consenso de Washington
Sin embargo, el grave defecto del consenso de
Washington, dictado a fin y al cabo por burócratas del FMI, es que para nada
promueve el capitalismo y los mercados libres, sólo cambia las empresas
monopólicas del Estado a empresas monopólicas privadas. Pero, por supuesto que
los estatistas ahora denominados “Neoliberales” no iban tan fácilmente a
abandonar el control y la “rectoría” del Estado sobre la economía, eso ¡jamás!
Aversión a lo
Privatizado
Por esto, la
gente le tiene gran aversión a lo “privatizado”, para la gente común y
corriente, las empresas del estado pasaron de ser monopolios, barriles sin
fondo, movidas sólo por intereses políticos y no racionales, sin importarles
para nada, si tenían pérdidas, con sus
precios subsidiados. Así teníamos una Telmex en que no se podía sostener una
conversación más de 15 minutos sin que se cortara la llamada, ni que decir si
se necesitaba una línea, o se descomponía, podían pasar semanas con el teléfono
muerto. O los bancos estatizados por López Portillo que prestaban sin garantía
alguna, cientos de miles de millones en créditos incobrables que salieron a la
luz cuando se privatizaron, notablemente Serfín. Sólo Confía un banco pequeño
no tenía problemas graves. Así es el gobierno “empresario”. Esto fue la
simiente de la crisis de 1994 y el Fobaproa.
¿Conoce Ud. a los
“neosobrios”?
Ciertos
borrachitos dicen ya no ser alcohólicos porque beben sólo cerveza y “vinito
blanco helado”, y que “ya no toman fuerte”. ¿Los imagina Ud. llamándose “neo
sobrios”? Bueno, así son los neoliberales: Socialistas, estatistas... pero “no
tan fuerte”. Antes se nos decía que el nazismo de Hitler y el comunismo de
Stalin eran “extremos opuestos”. Mentira; eran como hermanitos gemelos. Ahora
se nos dice que el Neoliberalismo y el Socialismo son “extremos opuestos”. Otra
mentira...
Es completamente
cierto que los presidentes “neo” liberales fracasaron y siguen fracasando.
Algunos se cayeron nomás al arranque, como Collor de Mello en Brasil. Otros
duraron más, como Pérez en Venezuela, que casi termina su período; y otros
terminaron, como Salinas de Gortari creando una crisis económica colosal, Zedillo, los panistas Fox y Calderón y ahora
Peña Nieto en México, que nada más no encuentran la forma de obtener
crecimiento económico superior al de la población. Otros más, hasta se hicieron
reelegir Fujimori en Perú, y Menem en Argentina.
Pero todos
fracasaron y fracasan... aunque no por las razones que señala la izquierda. No
por ser “Capitalismo Salvaje”, no por tener mercados libres, no, no han
fracasado y fracasan como en México.
Y fracasan porque
el “neo” liberalismo, pretende ser otra mixtura de Capitalismo con Socialismo,
como antes fueron el “socialismo democrático” o el socialcristianismo, la
economía “social” de mercado, la “tercera vía”, etcétera.
Todas estas
fórmulas del agua tibia son muy viejas. Todas un fracaso.
El Borrachito…
Por cierto, López
Obrador quiere que regresemos a borrachitos completitos. Él afirma que el país
se cayó a partir de 1982 con la llegada del “Neoliberal” Miguel de la
Madrid. Como en la descripción que acabo
de hacer y que provocó la quiebra más estrepitosa del Estado Mexicano, y desde
1982 por lo menos ganaron los “Neo sobrios”, que en los hechos se ha vuelto
cada vez más borrachitos, así los
gobiernos del PAN-PRI al “rebasar por la izquierda” se volvieron cada vez más
socialistas y al elaborar cada vez más “programas sociales”, que tengo
entendido son más de 6,700 se volvieron cada vez más lo que critican en AMLO:
Populistas. La gente aprendió que puede votarse a sí misma dádivas y regalos
con cargo al erario, situación que con establece Ayn Rand “El país está
sentenciado”.
El “Neo sobrio”
El Neoliberal es
simple y llanamente un intervencionista, éste es el nombre apropiado para
describirlos y definirlos, el término “Neoliberal” se acuña para engañar con
que son los “Nuevos” liberales, y no lo son, son los mismos antiguos agresores
de la actividad empresarial de siempre, son los socialistas de siempre, con el
nombre cambiado pero dispuestos a que el mercado funcione pero con intervención
“Rectoría” les dicen ellos del Estado y Estado con “E” Mayúscula. Son
socialistas “Light” son socialistas neo sobrios, que sólo de vez en cuando se
toman una copita, sólo son bebedores sociales, aunque acaban de crisis en
crisis, acaban borrachos igual que antes.
Así es, el
Neoliberalismo no es otra cosa que intervencionismo, economía “mixta”
“rectoría” del Estado dicen ellos, permiten algunos mercados muy pero muy pocos
totalmente libres con competencia. Dicen los Neoliberales que el sistema es de
centro, ni es el “Capitalismo Salvaje”, ni el totalitarismo socialista. Piensan
por tanto que es necesario abandonar la economía de mercado “pura” para
subsanar sus “deficiencias”. “Por qué los mercados libres fallan y deben de
intervenirse y darles sentido humano”
Entre la pléyade
de intervenciones, y peculiaridades agresoras a la actividad empresarial y al
capitalismo se cuentan:
a) Su modo de
operar. Los neoliberales no usan generalmente los controles antiguos, groseros.
Por ejemplo, para los precios emplean la “ley pro consumidor”. Para el tipo de
cambio usan la tasa fija; el
deslizamiento controlado, o bien “operaciones de mercado abierto” (compraventas
de dólares), para manipular la cotización. Los intereses bancarios los
manipulan con encajes y desencajes de bonos y otros papeles o títulos de deuda
-o de divisas-; o con encajes y desencajes legales en las reservas.
b) No usan la
anticuada planificación del
Estado, unilateral, sino la “rectoría”, la “concertación a través del diálogo”,
aquí en México “los pactos”. Y no usan la empresa estatal, sino la agencia
reguladora estatal; pero a menudo con el mismo personal y vicios.
c) A los
fracasados en la tarea de producir eficientemente un bien o servicio como empresa, les premian relevándoles de
esa carga; y encima con derecho a controlar y fiscalizar a las firmas privadas reguladas encargadas de la
producción. O sea: al más inepto y flojo lo sacan de la línea y lo ascienden a capataz y supervisor.
d) Su modo de
financiarse. No usan la inflación, el viejo impuesto disfrazado, sino los
impuestos declarados, tanto presentes como diferidos (deuda). Por eso a veces
dictan la dolarización obligatoria como en Argentina. Pero nunca la libertad
monetaria, que es lo mejor y más simple: eliminar el “curso legal” o forzoso. Y
no reducen jamás los gastos del Estado, la burocracia y sus prebendas siempre
en aumento la mayor parte de su presupuesto se va en gasto corriente, y, para
sufragar el dispendio aumentan sus ingresos vía impuestos “creativos”, como el
Impuesto Especial a la Producción y Servicios IEPS que agrega entre $5 a $6 el
costo a la gasolina el “gasolinazo”. Por tanto no rebajan sino que elevan la
presión fiscal al contribuyente. Y privatizan monopolios, mediante subastas
dirigidas, amañadas, con muy altos precios base, y muy cerradas, por los
recaudos exigidos. Una vez privatizados, los monopolios cobran a usuarios y
clientes cautivos tarifas exorbitantes, y así devuelven a los bancos los
dineros que les prestaron para pujar en las privatizaciones. Y después los
reguladores siguen manteniendo a la competencia fuera. Así las empresas ya no
trasladan sus ineficiencias al
contribuyente -como cuando eran estatales-, sino lo cobran directo al usuario,
cliente o proveedor no privilegiado. Por eso casi nunca desregulan; al
contrario: dictan más regulaciones.
e) El nexo con la
economía exterior. No usan aranceles sino leyes “antidumping” (y su “Alta
Comisión”); introducen regulaciones, padrones de importadores, en fin todo lo
posible para complicarlo y desalentarlo, así que en la práctica se mantiene el
proteccionismo contra las importaciones. Y antes el “cepalismo” [de CEPAL] era
“hacia adentro”: el Estado beneficiaba a los productores para el mercado
nacional en detrimento de los exportadores. Ahora la dirección del
mercantilismo es inversa (“cepalismo hacia afuera”), pero el mismo dedo estatal
elige quiénes serán privilegiados y quiénes sacrificados (o ignorados).
Y en lo demás
sigue todo igual: escuelas y hospitales inservibles, ruinosos y gastadores;
sindicatos corporativistas beneficiados por onerosas canonjías y prebendas,
leyes laborales marxistas rígidas, numerosos entes “sociales”, culturales, y
“ong’s” alimentadas con partidas presupuestarias estatales; y falta de Gobierno
en funciones propias del Estado.
Sigue la
inseguridad y el desorden público en las calles, la corrupción rampante, la
injusticia en los tribunales, y las narcoguerrillas y los secuestros en las
fronteras.
Otra
característica del “neoliberalismo” es que es el Estado al servicio... DE LOS
RICOS, el viejo mercantilismo, pero ahora el capitalismo de “cuates”. En
efecto, en el socialismo de estado a la antigüita –el soviético- era de todos y
para todos: todo mundo entregaba los frutos de su trabajo al Estado (impuestos
del 90 ó 100%); a continuación, el Estado planificaba y redistribuía todo; socializaba
costos y socializaba beneficios; y todo mundo terminaba igual... de pobre.
Cierto que los funcionarios del régimen vivían un poco mejor que el pueblo;
comían un poco mejor, y hasta secretamente se daban sus escapaditas y algunos
lujillos. Pero nada del otro mundo: los funcionarios del Estado soviético sólo
eran un poco menos pobres que el pueblo. En cambio, el nuevo socialismo de
Estado “neoliberal” sigue siendo “de todos” pero ya no es “para todos”, sino
PARA ALGUNOS; de hecho, para una minoría. Ahora tenemos que la clase media
tiene que entregar al Estado una gran parte de los productos de su trabajo
(impuestos del 35 al 60%, dependiendo del país); a continuación, el Estado,
debidamente asesorado por el FMI, el BM o la ONU, “privatiza”: esto es, vende
sus activos a grupos monopólicos, los cuales de inmediato le pasan la factura
al consumidor.
Resultado final:
se socializan costos, pero se privatizan beneficios; con lo que la clase media
empobrece, la clase popular tiene que emigrar o refugiarse en la economía
subterránea, mientras un grupito minúsculo de súper-ricos se vuelve aún más
rico. Lo dicho: socialismo de Estado... PARA RICOS. Nada que ver con el
capitalismo auténtico.
El neoliberalismo
es uno de los caminos que llevan al infierno. Otro es el Castro o Chávez-Maduro
comunismo.
Hay que Destruir el "Neo" liberalismo, pero no con Socialismo
Esto es el
Neoliberalismo y sí, hay que destruirlo. Ha fracasado porque está concebido
para fracasar. Los neoliberales no pueden entender que los dos sistemas –la
economía de mercado en donde la supremacía es del consumidor y la economía dirigida
por el gobierno no pueden ser combinados. En la economía de mercado, los
empresarios están completamente en las manos de los consumidores. Están
forzados a operar de una forma tal que sus productos o servicios tienen que ser
aprobados por la sociedad, mediante la compra o abstención de la compra. Si no
lo hacen así simplemente desaparecen, quiebran.
Sin embargo, si
el gobierno interviene y distorsiona el mercado ambos consumidores y
productores son forzados a adoptar un comportamiento errático, erróneo, además
sucede, que las reacciones después del intervencionismo no van en la dirección
deseada por el gobierno por lo que se implementan nuevas intervenciones y esto
se repite y repite hasta que termina el gobierno interviniendo en toda la
economía y acabando en socialismo.
Aprende. Para que
no te perjudiquen. Esto es el Neoliberalismo. Que nada tiene que ver con el
Liberalismo auténtico. Y fracasó y
fracasa como toda forma de socialismo, aunque sea “light”.
Y vamos que
volamos al borrachito completo, parece que es inevitable que AMLO llegue a la
presidencia, y con él la profundización en el populismo, la intervención no
velada sino directa y descarada del estado, el gasto público alocado y per se,
en infraestructura, esto es, volvemos a lo mismo que quebró al Estado Mexicano
con Luis Echeverría y José López Portillo. Me queda una esperanza: Que con la
crisis venidera, como sucedió con Letonia, República Checa, Irlanda, ¡Por fin reaccionemos! Y ahora sí nada de neo
sobrios. Sobrios completos, pero tendremos, otra vez que sufrir las
consecuencias del socialismo exacerbado.
Aunque claro, podemos seguir también el equivocado camino de Venezuela o
Argentina, y seguir de tumbo en tumbo hasta el final de la historia…
Como siempre digo, si no me meo de la risa cuando pierda el viejo decrépito, lo voy a hacer cuando anden en unos años tragando de la basura como en Venezuela.
ResponderBorrarSi es que se le ocurre a ese animal inmundo con respeto de los animales, largarse en seis años, o no heredar su puesto de presidente, entonces habremos aprendido una lección muy valiosa, una que somos demasiado estúpidos para aprender por medio del ejemplo, aqui en nuestras narices en centro y sudamérica, pues tendrá que ser a las duras.
Supongo que es lo normal en un pais de gente tan ignorante, ya estaremos ahí para decirles a los imbéciles, "les dijimos".