Se comenta mucho
en redes sociales la creación por el ex presidente Calderón y su esposa Zavala
la creación de un nuevo partido político: México Libre. Que debiera ser un
contrapeso a las locuras y aberraciones de los comunistas hoy en el poder.
No me gusta la
idea, y no me gusta porque de arranque está inicializado por dos POLÍTICOS, que
militaban en el PAN.
¿Por qué no me gusta esto?
Porque todos los políticos
son socialistas en cualquiera de sus múltiples variedades.
México ha sido
desde la Revolución un país SOCIALISTA y eso es precisamente lo que como lastre
no nos ha dejado avanzar.
Si, lo es, no
obstante que ninguno de los partidos políticos ostenta el término socialista,
lo cierto es que México es tanto o más socialista que por ejemplo Chile, que se
denomina gobierno de socialista moderado, y que el PAN, arbitrariamente se le denomine de “derecha”, siendo que es también un partido
socialista “Light” o más moderado.
Así es, PAN, PRI,
PRD, PV, PT, Convergencia, y ahora
preponderantemente MORENA, todos ellos son socialistas y por tanto, todos son
de “izquierda”. Me refiero, por supuesto, al asunto económico, y no al asunto
“moral” que algunos quieren imprimir. Por lo que el peyorativo “Neoliberal o
Tecnócrata” no es en los hechos más que un mito genial creado por los
socialistas más radicales, como chivo expiatorio para exculparse de sus propios
fracasos. Lo cierto es que México ha sido al menos desde 1917 un país
eminentemente y en esencia socialista.
Mucho se habla de
socialismo, pero nadie lo define, por eso debemos definir qué es socialismo. A
pesar de que su nombre provenga de "social", algo muy inteligente por
parte de quienes diseñaron la etiqueta en los siglos XVII al XX, lo que realmente
implica es planificación central o como lo dice la Constitución “Rectoría del
Estado” (socialización). Y claro, existen varios socialismos, desde el
socialismo utópico a lo Tomás Moro, pasando por el socialismo marxista que
denominamos comunista, el populismo aquí materializado como “Nacionalismo
Revolucionario” (MORENA, PRI, PRD, PT ,Convergencia), la socialdemocracia (PES)
y la democracia cristiana (PAN) que dicen tener un hilo directo con Dios para
la consecución del “bien común”, hasta llegar al nacionalsocialismo -nazi-
alemán, que afortunadamente aquí no hay ningún exponente. Pero, ¿qué tienen en
común estas tendencias, cuyos integrantes pasaron tanto tiempo tratando de
diferenciarse entre sí? Algo fundamental: la desconfianza o desprecio por la
autonomía del individuo y la insistencia en politizar y planificar centralmente
las actividades de una sociedad. Y eso es lo que debe ser entendido por
socialismo o socialización. Por tanto, los electores mexicanos sólo tenemos
posibilidad de matizar el grado de socialización.
Lo que quiero
señalar es que independientemente de las aparentes buenas intenciones y
argumentos de quienes nos proponen este modelo social, el socialismo fracasó y
fracasará siempre que se intente. ¿Por qué fracasa? Son varias las razones,
pero la principal es porque atenta contra la naturaleza humana que como observó
el filósofo Inglés John Locke la actividad humana genera propiedad. Para
empezar somos dueños de nuestro propio cuerpo, y por añadidura de los frutos
obtenidos mediante su uso. Nuestra supervivencia como seres humanos es inseparable
de nuestras necesidades materiales, pero a la vez nuestros derechos terminan
donde empiezan los del otro, esta es la forma de pensar de los liberales del
siglo XIX, expresado en “nuestra vida y nuestra propiedad” y que si se examina,
trae implícito “El respeto al derecho ajeno es la paz”, del liberal Juárez. Sí,
de Juárez que nuestros políticos insisten en presentarlo como de “izquierda”
como lo hace AMLO. Un gobierno mínimo que procure la seguridad de nuestras
vidas y propiedad, que provea de leyes y
tribunales para subsanar los diferendos entre particulares asegura la convivencia
pacífica y la prosperidad y algunas otras actividades que son necesarias pero
que no debieran de incidir en el curso no intervenido de los mercados. Esto no es posible si existe planificación
central de la economía y otras áreas de la vida social. Puesto en otras
palabras, el socialismo es por definición un modelo que actúa por encima de los
derechos inalienables de los individuos, violándolos. La cooperación social
voluntaria y mutuamente beneficiosa nunca requiere de imposición política de
una mayoría, o de un dictador. Y es por esto, por la imposición que el
socialismo atenta contra la ética.
Los socialistas
no son otra cosa que diseñadores de utopías, siempre irreales, tanto en
objetivos como en procedimientos, para que mediante la coerción se apropien de
la vida y la propiedad ajenas, tuvieron el mejor acierto en la historia del
marketing político al apropiarse del nombre socialista (o primero los pobres)
para auto etiquetarse. Sin embargo el nombre sigue causando confusión entre
quienes tienen una gran sensibilidad social y aman el concepto de comunidad, y
cooperación entre individuos, sobre todo en nuestro estilo latino.
Si por comunidad
entendemos la convivencia pacífica y voluntaria, la cooperación social, el
socialismo es simple y llanamente su opuesto, su antítesis. La imposición
mediante la coerción, “si no cooperas te meto a la cárcel”, no muy diferente de
un asalto a mano armada es la señal más evidente del fracaso de quienes al no
poder liderar la consecución de un tema o proyecto social en forma voluntaria.
Si usted al igual
que yo, cree en la ayuda voluntaria a los más necesitados, se conmueve con el
dolor de sus semejantes cree que la comunidad debe y puede hacer algo al
respecto, no es usted de “izquierda”, no es usted socialista, es simplemente un
ser humano. Pero, aquellos que politizan y explotan a su favor estas nobles
intenciones, sin otro objetivo real que su ambición por el poder, producen
siempre el efecto contrario: Autoritarismo, subdesarrollo y más pobreza.
Y esto,
precisamente esto son los políticos mexicanos, ¡TODOS!
El fracaso
perenne de la intervención gubernamental nos lo explica Thomas C. Schelling
(Premio Nobel 2005): "Casi cualquier programa gubernamental dirigido a
(aliviar) una situación sobre la cual la persona tiene algún grado de control,
aunque sea remoto y probabilístico, reduce el incentivo para evitar caer en
dicha situación y disuade de la urgencia de salir de ella. Es raro el programa
de alivio que, por su influencia en la conducta, no afecte la probabilidad o la
duración de la situación que intenta atenuar. Y muy frecuentemente -no siempre,
pero con mucha frecuencia- el efecto sobre la conducta es indeseado y en la
dirección equivocada". (Choice and Consequences, Harvard University
Press, 2006).
Otro premio Nobel
James Buchanan (1986). Ha criticado también al "Estado de bienestar",
pero su propósito primordial no ha sido mejorarlo sino desmantelarlo. Al leer
sus escritos no puede uno menos que concluir que Buchanan considera que el
"Estado de bienestar" debe ser abandonado porque es internamente
corrupto, está moralmente en bancarrota y no merece ser rescatado. La razón
principal de ello es que el gobierno está integrado por políticos y burócratas,
quienes no son diferentes al resto de los seres humanos; no son ángeles, sino
que, como todo ser humano busca siempre su propio interés, y actúa siempre para
obtener su máximo beneficio y no, como
nos quieren hacer creer, por una visión más alta del bien común. De ahí su
fracaso, de ayer, de hoy y de siempre…
Por eso NO QUIERO
POLÍTICOS profesionales, actúan para obtener el poder, y mantenerlo, y desvían enormes
cantidades de riqueza para fomentar el parasitismo, una cosa es ayudar al más
necesitado y otra muy diferente el clientelismo en base a dádivas a “derechos”,
a regalos con cargo al erario.
Y finalmente,
desde el punto de vista pragmático de coadyuvar a que una sociedad progrese, al
gravar directamente la renta de las personas el Estado les desincentiva a crear
y acumular riqueza que es precisamente lo que más necesita una economía,
personas que prosperen y se enriquezcan. Por otro lado, en las sociedades
actuales donde un ciudadano medio trabaja más de la mitad año sólo para pagar
impuestos, bien puede decirse que el derecho a la propiedad privada está más
que "matizado", los socialistas actuales ya no expropian los agentes
de producción como Marx y Lenin proponían, sino que más cómodamente confiscan
sus resultados. Los impuestos, por tanto, generan pérdidas netas de bienestar
cualquiera que sea el uso que se haga de la suma recaudada.
En México,
después de tantos años de dictadura perfecta, con una Constitución
“progresista”, es decir socialista, más bien comunista, inspirada en gran parte
en el pensamiento Marxista-Leninista-Trostkista, de un lavado de cerebro
sistemático desde la infancia sobre el papel “Rector” del Estado en la
Economía, de las falsas bondades de las empresas monopólicas estatales “El
petróleo es tuyo”, que como sabemos por el contrario son fuentes infinitas de corrupción, prebendas y canonjías. El subconsciente colectivo del mexicano, está acostumbrado a
pensar de forma socialista, aún los de la supuesta “derecha” que no viene a ser
más que un forma degenerada de capitalismo primitivo materializada en el
mercantilismo y rentismo que nada tiene que ver con la libre competencia y la
libertad económica que la cancela con regulaciones, concesiones, y toda clase
de trabas imaginables para beneficiar a unos cuántos. Lo verdaderamente cierto
es que en México tememos las libertad por qué no la conocemos, ponemos en el
gobierno siempre déspota e inepto nuestras esperanzas de progreso y en una
persona nuestra redención, y no en nosotros mismos, y peor aún al hacerlo, al
confiar nuestro destino a los déspotas políticos y burócratas lo cancelamos, ya
que no obstante que una y mil veces el Estado ha mostrado su ineptitud, que muy
lejos de obtener los resultados que dice procurar por el bien de los más
necesitados, ha destruido sistemáticamente el progreso y ha ocasionado más
males, y ha exacerbado la pobreza como lo atestiguan las múltiples crisis
económicas, devaluaciones, y hoy estancamiento económico y falta de generación
de empleos, porque sin importar lo noble que sea su lema político, en realidad
lo único que tienen es el desprecio autonomía del individuo, y de ser el
individuo el único factor real de progreso para los pueblos.
EL PODER A LOS CIUDADANOS
Por esto, creo yo
que en este país hay una considerable cantidad de ciudadanos y ciudadanas que
podríamos perfectamente crear las condiciones para tener un mejor país
liberados del socialismo en todos sus grados que tanto daño ha hecho al país.
Nosotros,
ciudadanos libres, sin compromisos políticos, sin el deseo del poder por el
poder sino el realmente cambiar México, realmente tener una TRANSFORMACIÓN, no
como la que se cacarea que no es sino un brinco al pasado priista aún más
estatista y socialista que en los tiempos recientes, que es como regalarle
cajas de tequila a un borracho.
Por esto,
quisiera saber, en redes sociales, para empezar, cómo se ve la idea de formar
un partido político en el que:
1 1)
Sus
militantes no sean políticos y que nunca lo hayan sido.
2 2)
Que
se tenga la idea anti-socialista, comunista y colectivista y se dé
preponderancia a la reducción del tamaño del estado, y del gasto social. Y en
consecuencia de los impuestos, cada peso ahorrado se le regresará a la sociedad.
Y que sea el sector privado desde el
comerciante o negociante más humilde hasta el más rico los que como el Atlas
lleven a este país a otro nivel de bienestar.
Y esto tenemos que hacerlo ¡Ya! Como empezaba el partido de Calderón, no va a ser nada diferente a uno que obtenga militantes tránsfugas del PAN chapulines pues, que van a copar los puestos importantes dándole preponderancia a sus "amiguitos", esto no puede ni podrá ser un contrapeso auténtico, limpio fresco que ciudadanos sin historial político podríamos dar a AMLO, Morena y su pandilla. Para empezar ¡No hay cola que nos pisen! nunca podrán acusarnos de deshonestidad, y esto es muy importante.
Por eso, ni de
izquierda ni de derecha, simplemente liberal por “nuestra vida y nuestra
propiedad y el respeto a los derechos de los demás” como factor único de
progreso ética pragmáticamente posible.
Es interesante tu propuesta pero requiere no solo de personas liberales, sino también de un líder carismático que transmita el mensaje. Y citando al clásico "ahí está el detalle"
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