lunes, abril 10, 2006

Francia, Un Estado en Pie de Lucha Contra el Empleo

Solemos pensar en Francia como un país rico, de hecho lo es, el ingreso per capita es de $32,340 Dólares, se considera por su tamaño la quinta economía del mundo y es el segundo país exportador de la UE. Sin embargo es un país que no crece, y más importante aún no crece el empleo. En efecto el desempleo se mantiene pertinazmente en un 12%, y para los jóvenes es mucho mayor en un 25%. Ya no llama la atención las protestas en Francia, hace un poco tiempo los emigrantes quemaban autos, hoy vemos a los jóvenes protestando airadamente, las universidades en huelga, 45 de ellas cerradas incluida por supuesto la famosa Sorbona de Paris. Muchos se atreven a comparar con las protestas de 1968. ¿Qué pasa en Francia? ¿Por qué no crece ni se dan los empleos? Pues bien, Francia es muy parecida a México en el sentido en que allá como acá en el gobierno prevalecen las ideas socialistas, de Estado intervencionista, omnipresente responsable de la felicidad de sus ciudadanos. Francia también comparte con México el adoctrinamiento tanto de la derecha como de la izquierda, a favor de un Estado rector y de los llamados “derechos sociales”. Es decir, para un francés como para un mexicano, es completamente natural que el Estado proporciones salud, educación, pensiones, que sea enorme que regule todas y cada una de las actividades económicas. Francia es el principal promotor del modelo social europeo cuyas principales características son el Estado grande, altos impuestos, un mercado de trabajo regulado, educación gratuita, programas monopólicos de bienestar social y grandes sistemas estatales de seguro social.

En el aspecto laboral tienen una de las leyes más “progresistas” del mundo, y rígidas, el índice de rigidez laboral es de 66, México no muy lejos en 55, Estonia en 23, Irlanda en 3, EEUU en 3 también. ¿Qué tienen las leyes laborales francesas que ponen un freno al empleo? Para empezar el salario mínimo, que por ley es el 61% de la media de todos los salarios del país. Sin duda los defensores de la social-democracia burocratizada defenderán este demagógico salario argumentando que en Francia el que menos gana, gana tan sólo 39% menos que el salario medio, aunque no sepa hacer nada.

Vemos las noticias las hordas de jóvenes protestando ¿Por qué? Por una tímida reforma la ley de CPE pretende ampliar para los menores de 26 años el período de prueba de seis meses actuales a 2 años, aunque parece que después de la rabieta ya lo dejaron en 1 año. Los actuales contratos de duración indeterminada contemplan, que después del periodo de prueba, las empresas deben justificar profusa y detalladamente cualquier despido, ya que los trabajadores tienen posibilidades de impugnarlo ante los tribunales y de obtener mayores compensaciones. Y eso no es todo, al despido, el patrón, deberá pagar al joven trabajador despedido el 8% del salario ganado desde que se produjo la contratación –más un 2% adicional destinado a las "organizaciones encargadas a ayudar a los parados a encontrar empleo. Y no sólo esto, también las pensiones han incidido fuertemente en los costos laborales, y eso que allá las acaban de extender a 40 años, después de múltiples protestas callejeras. Los sindicatos y los socialistas autores de estas leyes, que hacen sumamente difícil el despido, argumentan que así se evitan el desempleo. No debe sorprender entonces que los empresarios estén renuentes a contratar, especialmente a los jóvenes, es tan difícil despedir a alguien, que si bien no salen tampoco entran, y en su lugar las compañías francesas emigran a otras latitudes para producir ahí los productos franceses, por este motivo el empleo en el sector industrial ha decrecido y los empleos, pocos, sólo se dan en el sector servicios. La ley del CPE y la reducción a 35 horas la semana laboral demuestran los efectos desesperados por corregir un daño estructural, se decía que la reducción de horas aumentaría en 700,000 los empleos, en la práctica no creó ni uno sólo. Las leyes laborales de Francia no son el único problema de los franceses, también lo son los altos impuestos, consecuencia del alto gasto gubernamental de 54.7% del PIB, el mayor del G-7, que no sólo se van a mantener una inmensa burocracia, sino también a subsidiar, principalmente las actividades agropecuarias, tan es así que se da un subsidio de $2 /diarios por cada vaca, esto es más de lo que ganan millones de personas en el mundo. Los impuestos, cercanos al 40% necesarios para mantener todo este dispendio gubernamental impiden la inversión y el crecimiento de las empresas pequeñas. Consecuencias, no hay empleos, no hay crecimiento, el ambiente es turbio y explosivo, los nacionalistas culpan a la inmigración, otros culpan al capitalismo y a la globalización, las principales corrientes de globalifóbicos son francesas. Los puestos de trabajo se van, más gente viene y muchos ciudadanos se sienten inseguros y angustiados, saben que si pierden su empleo difícilmente conseguirán otro y se rebelan. Están totalmente confundidos sobre las razones reales de la falta de crecimiento, parecen no darse cuenta como aquí, que la causa real de sus problemas, radica en el enorme tamaño del gobierno, y su consecuente gasto, de las inflexibles regulaciones, de las rígidas leyes laborales. Y como aquí también, no quieren reconocer que el modelo social que según esto le proporciona el bienestar, se ha vuelto ferozmente en su contra, y que de seguir así, lejos de darles bienestar sólo les produce angustia y resentimiento, la bomba social estallará pronto, el modelo francés con “derechos sociales”, el estado paternalista y benefactor es una vez más, un claro ejemplo de su fracaso. ¿Podremos aprender algo de este fracaso, que también es el nuestro puesto que compartimos el mismo modelo social? O, vamos a seguir buscándole con un Estado más dispendioso, buscando como allá que modificar, o hacer, buscando paliativos, dando aspirinas para aliviar el cáncer, dándole la vuelta al problema real. Hay suficiente evidencia que los modelos socialistas todos sin excepción alguna son un fracaso, y no sólo eso, su implementación siempre, siempre agrava las condiciones sociales, mientras que los modelos liberales que promueven la inversión, son los que finalmente generan el empleo, se produce la riqueza y con ella viene el progreso de los pueblos, el tan ansiado y buscado bienestar para la mayoría de la población.

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