lunes, mayo 15, 2006

Usos y Costumbres y Juárez

Si, eso ya lo sabemos, como en Tláhuac, en el linchamiento de los policías federales por una turba violenta, “Con los usos y costumbres es mejor no meterse” afirmaste públicamente en tu conferencia matutina. ¿Para qué sirven las leyes entonces?, si cada comunidad va a imponer su propia ley y, ay de aquel que se atreva internar en la selva del México Profundo…

Y tanto que López Obrador afirma su admiración y guía en don Benito Juárez, pues bien, este hombre liberal, se encuentra muy lejos de quienes defienden la pertinencia de los usos y costumbres de los pueblos indígenas, de quienes pretenden el crecimiento del Estado, de quienes recelan de la burguesía y los capitales extranjeros. Tanto a los liberales decimonónicos como a neoliberales de ahora, el discurso multicultural que intenta reivindicar las diferencias de los "otros", resulta extraño, por no decir superfluo.

No quiero decir que Juárez renegase de su sangre, sino que él creía que la viabilidad del País dependía de su adaptación a los tiempos modernos, y no de su pasado, por muy glorioso que éste fuera. El México que Juárez imaginó tenía que ver más con La riqueza de las naciones, de Adam Smith, con el libre mercado, las comunicaciones, la industria y el comercio, que con los socialistas. La ética liberal practicaba el culto al individuo. Se trataba de poner en práctica la "Igualdad" pregonada por la Revolución Francesa, por ello la Reforma pretendía que todos los ciudadanos fuesen iguales ante una misma ley que es, ni más ni menos, uno de los dogmas del denostado neoliberalismo.

Bien haría López Obrador de cambiar su fuente de inspiración, Benito Juárez es totalmente antagónico a su propuesta.