jueves, enero 11, 2007

La Raíz de Nuestros Males: La Constitución III

Los Monopolios

Antes de considerar al detalle el Artículo 28 de nuestra Constitución, que precisamente versa sobre los monopolios, previamente con el fin de aclarar conceptos, vamos a exponer algunas ideas sobre ellos, y para ello, utilizaré escritos de grandes pensadores en la Ciencia Económica, principalmente Frédéric Bastiat, L. von Mises, F. A. Hayek y Milton Friedman.

En México, se supone, la actividad económica se organiza mediante el intercambio voluntario, esto es, el libre mercado, las funciones básicas del Estado en una sociedad libre debieran ser: ofrecer un medio por el que se puedan modificar las reglas, mediar en las diferencias que surjan entre los individuos en cuanto al significado de las reglas e imponer el cumplimiento de las reglas sobre aquellos que decidieran romperlas.

El intercambio es realmente voluntario sólo cuando existen alternativas que sean casi equivalentes. El monopolio implica la ausencia de alternativas, o la casi ausencia, por ejemplo, pueden existir 10 competidores que producen el mismo o equivalente bien, pero si uno de ellos ostenta, digamos, el 80 por ciento del mercado, es, prácticamente un monopolio, le llaman “dominante” y que para fines prácticos es un Monopolio, Telcel es un ejemplo, Cemex otro. El punto importante del concepto de monopolio es que inhibe la libertad efectiva de intercambio. En la práctica, muchas veces el monopolio surge con ayuda del Estado o se basa en acuerdos conspira torios entre individuos. Con respecto a éstos, el problema consiste o bien en que el Estado fomente el monopolio o en forzar la observación estricta de reglas tales como las que están incorporadas en nuestras leyes reglamentarias de la actividad. Sin embargo, el monopolio puede también surgir porque es técnicamente eficiente el tener un solo productor o empresa. Ejemplos de esto son la distribución de energía eléctrica al consumidor final, los sistemas de agua potable y alcantarillado, en general los servicios municipales. De cualquier forma son muy contados los casos en donde se justifica técnicamente un monopolio.

Cuando las condiciones técnicas hacen que el monopolio sea el resultado natural de las fuerzas competitivas del mercado, solamente hay tres alternativas posibles: el monopolio privado, el monopolio público y la regulación pública. Las tres son malas, pero hay que escoger entre ellas.

La Gestión del Estado

Sobre los monopolios y las empresas públicas dice Friedrich A. Hayek en su libro “La desnacionalización del dinero”:

“…no quiero prohibir al gobierno que haga nada, excepto impedir que los demás hagan algo que podrían hacer mejor que él”.

…Y por eso mismo, debe impedirse la gestión del Estado en toda actividad económica. Cuando se trata de satisfacer las necesidades humanas mediante la producción en una sociedad donde predomina el libre intercambio voluntario y la división del trabajo el Capitalismo es la única alternativa en términos de eficiencia y justicia moral. Este proceso no es gratuito ni causa de la fortuna, sino que es el proceso que ha permitido el aumento de la productividad, la creación de mejores técnicas de trabajo, el aumento de la población, aumento de la edad media de vida, mayor capacidad para combatir las enfermedades, mayores comodidades y bienestar… Pero cuando el estado intenta hacerse con esta riqueza, expropiando lo que legítimamente es del individuo, el proceso degenera y la gestión se vuelve imposible. ¿Por qué?

Necesariamente ahora hemos de recurrir a lo que Frédéric Bastiat llamó [Obras Escogidas de Frédéric Bastiat] lo que se ve y lo que no se ve, nos dice:

“En el ámbito económico, un acto, un habito, una institución, una ley, no produce sólo un efecto, sino una serie de efectos. De éstos únicamente el primero es inmediato, y dado que se manifiesta a la vez que su causa, lo vemos. Los demás como se desencadenan sucesivamente no los vemos; bastante habrá con preverlos.”

“La diferencia entre un mal economista y uno bueno se reduce a que, mientras que el primero se fija en el efecto visible, el segundo tiene en cuenta el efecto se ve, pero también aquellos que es preciso prever.”

“Sin embargo, esta diferencia es enorme, pues casi siempre ocurre que, cuando la consecuencia inmediata es favorable, las consecuencias ulteriores resultan funestas, y viceversa.”.

Regresando al tema de la gestión empresarial del gobierno, es un hecho que a las empresas públicas no les interesa “oír” al cliente e informarse de sus necesidades, y hacer lo posible para satisfacerlas, menos aún les interesa ser rentables, esto es, tener utilidades. Para los economistas estatistas, la empresa pública tiene otra función: Proporcionar a los pobres y a los marginados de sus bienes o servicios, y hacerlo con escalas de precios progresivas (como las Cías. Eléctricas) subsidiando al precio para los más pobres y cobrando más a los más ricos. Sin embargo, como dice Milton Fridman: “No existen los almuerzos gratuitos”, en efecto, cuando una empresa pública da algo subsidiado, se han tenido que sacar los recursos de alguna otra parte de la economía, esto es, con impuestos, o cargándole la mano a los más ricos (o a las empresas productivas) obligándoles a pagar un precio más alto.

Por el contrario, el empresario tiene como función principal para su éxito adivinar, o escuchar, al consumidor para que éste le gratifique con su dinero. Si lo hace mal, el empresario quiebra y lo sustituirá otro empresario mejor preparado. Pero cuando el estado se apodera del mercado y toma por ley el monopolio de un sector, no hay lugar para el empresario privado, no hay lugar para la competencia, no hay lugar para mejorar. En este momento, el sector se vuelve estático, ineficiente, pierde el dinamismo y el afán de hacer las cosas bien, que sólo el afán de lucro del hombre libre puede darle. Y algo muy importante, los trabajadores de la empresa pública al saber que están inmunizados contra perder su trabajo, no tienen motivación para hacer productivamente su trabajo, al saber que su empresa siempre dará curso favorable a sus demandas laborales que se convierten en “conquistas permanentes” ya que nunca puede quebrar, y su ineficiencia siempre será cubierta por más presupuesto que se saca de los ingresos del Estado que a su vez extrae de los particulares.

Así, lo que parece no ver aquí el economista estatista es que, no sólo se está dando un servicio o bien de inferior calidad y más caro del que se habría llegado mediante la libertad de mercado, y que por medio de la libertad de los medios de producción habría satisfecho también a los pobres, sino que el estancamiento y la baja productividad que ha creado genera pérdidas netas al conjunto de la sociedad en la medida, no sólo de disminución de la productividad real, y de la competitividad como país, sino en la propia distorsión de la estructura del capital libre, esto es restando dinero disponible al resto de la sociedad para poder consumir, ahorrar o invertir, lo que trae por consecuencia impedir el crecimiento de la economía. En pocas palabras, el Estado mediante sus monopolios destruye e impide a los empresarios crear. Así regresando a lo enunciado por Bastiat, el vulgo ignorante puede festejar que la empresa pública subvencione los precios, pero “lo que no se ve”, es que para ello se generan perdidas importantes al conjunto de la economía, que se manifiestan en baja productividad del país.

Y ya con esto en mente, pasemos al Artículo 28 de nuestra Constitución que empieza tajantemente expresando que quedan prohibidos los Monopolios. Establece en seguida que la ley castigará severamente a todo aquel que impida la libre concurrencia (se deberían de castigar ellos solos) al acaparador, etc. al que cobre precios exagerados…

Y, por supuesto establece su posibilidad de intervención (No es muy original la propuesta de AMLO de Precios Competitivos ya esté en la Constitución);

“Las leyes fijarán bases para que se señalen precios máximos a los artículos, materias o productos que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular, así como para imponer modalidades a la organización de la distribución de esos artículos, materias o productos, a fin de evitar que intermediaciones innecesarias o excesivas provoquen insuficiencia en el abasto, así como el alza de precios.”

¡Que justa ley!, pero “lo que no se ve” es que el camino al des abasto, los mercados negros, el acaparamiento, la escasez. Tal y como lo hemos vivido muchos mexicanos con los precios controlados…

Y sobre la propuesta de AMLO de los precios competitivos, pues sólo es cuestión de ampliar el concepto de lo que se consideren “productos que se consideren necesarios para la economía nacional o el consumo popular”.

El artículo 28 prohíbe los monopolios, pero…. Inmediatamente define que no lo son (por que le da la gana que no lo sean, no por que el consumidor carezca de libertad de elección) para áreas “estratégicas”: correos, telégrafos y radiotelegrafía; comunicación satelital, petróleo y los demás hidrocarburos; petroquímica básica; minerales radiactivos y generación de energía nuclear; electricidad y las actividades que expresamente señalen las leyes que expida el Congreso de la Unión. Pero va por más, y dice que “No constituyen monopolios las asociaciones de trabajadores formadas para proteger sus propios intereses y las asociaciones o sociedades cooperativas de productores para que, en defensa de sus intereses o del interés general” Por que tu lo dices…

Y remata (literalmente)…

“Se podrán otorgar subsidios a actividades prioritarias, cuando sean generales, de carácter temporal y no afecten sustancialmente las finanzas de la Nación. El Estado vigilará su aplicación y evaluará los resultados de ésta.”

Bueno, creo que ya hablamos suficiente de los subsidios, en la Constitución se escriben de “carácter temporal”, que digamos, no se respeta mucho esto.

Marx proponía que el Estado se apoderara de los medios de producción, el Artículo 28 de la Constitución sigue este postulado y se apodera monopólicamente de varias áreas de la economía, que efectivamente son “estratégicas”, y que son en parte la explicación de nuestra baja competitividad como país. Pero hay más, hay monopolios y oligopolios privados, sindicales, gremiales, de procuración de la justicia, que vienen a rematar el estado improductivo y poco competitivo de la economía y que como veremos en el próximo post la culpa de su existencia de todos, sí, incluyendo los privados, es también del Estado.

7 comentarios:

  1. Anónimo2:45 p.m.

    México Liberal,
    ¿crees que Cemex tenga acceso a electricidad y combustibles más baratos que las otras cementeras?

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  2. George

    No, no le queda otra más que comprar su gas natural a Pemex (y esta es una de la razones de sus altos precios). Sobre la electricidad autogeneran como tantos otros.

    Los monopolios privados en México serían fácilmente controlables, el problema real son los públicos.

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  3. ¡Que justa ley!, pero “lo que no se ve” es que el camino al des abasto, los mercados negros, el acaparamiento, la escasez. Tal y como lo hemos vivido muchos mexicanos con los precios controlados…

    Asi es Rudy ... Aqui me tienes no dejo de leer tus post

    Un abrazo fuerte fuerte

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  4. Los monopolios son igual de dañinos, públicos y privados. El problema es que con los primeros, los segundos existen facilmente.

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  5. Anónimo8:13 a.m.

    La cuestión es que el monopolio privado no tiene larga duración a menos que recurra a la violencia -a través del Estado frecuentemente-, para evitar la entrada de competidores; o bien produzca y venda a un precio que satisfaga tanto a los consumidores que ningún otro oferente pueda competir.
    En el primer caso sería un monopolio público de facto, en el segundo el monopolio no tendría nada de malo.

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  6. maestre

    Me ganaste la continuación de esto mismo, de eso mismo voy a escribir. He dejado un poco este blog por que he andado escribiendo para el otro el de La Verdad sea Mal Dicha dedicado a nuestro Mesías Tropical y su programa de TV.

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  7. Anónimo5:47 a.m.

    Jejej, pues lo lamento, no era esa mi intención. De todas formas cuando tengas todos los artículos sobre la constitución mexicana pondré los enlaces en mi blog. Magnífico.

    Un saludo.

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