lunes, enero 07, 2008

Vientos de cerrazón y destrucción creativa

Por si no fuera poco todo lo adverso que se cierne sobre nosotros: Recesión en EU estanflación, agotamiento del mayor yacimiento de México, Cantarell, impuestos adicionales, y ahora, aún peor vientos de cerrazón al comercio exterior.

Antes de terminar el año, manifestaciones en León, los de la industria del calzado pidiendo cerrazón al calzado chino, iniciamos el año como era de esperarse, con voces que claman por la renegociación del TLC en su capítulo agropecuario y más recientemente el veto de Calderón (demostrando una vez más su verdadera vocación, el ser pelele del Peje) con vetar la apertura de medicinas al exigir que tengan laboratorios en México. Tres ejemplos contundentes que los vientos de proteccionismo están aquí para perjudicarnos a los consumidores que tendremos que comprar zapatos, maíz, y medicinas más caras para proteger los intereses de los respectivos productores, que son, intereses oligopólicos, mantener la baja productividad y competitividad a costa, por supuesto, de la mayoría de la población.

Por supuesto, sin fallar a la “tradición” ya clásica de los izquierdosos, podemos leer declaraciones provenientes de miembros del PRD, del PRI, periodistas, la muy usual letanía para culpar a los “tecnócratas”, “neoliberales”, “corifeos mediáticos del librecambismo y repetidores apologéticos de la apertura comercial a toda costa”, típico…

Sus argumentos, sumamente desgastados y siempre los mismos:

“Si los últimos tres gobiernos federales le hubieran apostado a la soberanía alimentaria, es decir, a trazar con soberanía nuestra política agroalimentaria y a fortalecer el derecho y la capacidad de los productores, sobre todo de los pequeños, a producir alimentos, no se estaría en el umbral de, como Estado incumplirles cuando menos a 19 millones de mexicanos en extrema pobreza, el derecho de tener acceso a alimentos básicos baratos, como las tortillas”

¿Soberanía alimentaria? Eso quiere decir que el país debiera de ser, según la izquierda autosuficiente para producir todos los alimentos que los mexicanos comemos, o, por lo menos los básicos, cereales, leche, azúcar, pollo, carne, ya he escrito suficiente del tema, sobre todo en el blog dedicado al Peje, y no voy a repetir aquí, las ligas son:

http://laverdadseamaldicha.blogspot.com/2007/02/la-neta-del-tlc-pejn.html

http://laverdadseamaldicha.blogspot.com/2007/01/mxico-productor-de-maz.html

http://laverdadseamaldicha.blogspot.com/2007/01/la-soberana-alimentaria.html


Me parece muy cómo lo diría yo peculiar, quizá que saque a relucir al economista Indio (me resisto a escribir hindú) Bhagwatti, y me resulta peculiar por que Jagdish Bhagwati es el teórico del comercio internacional más prestigioso, y afortunadamente está en el lado librecambista, al que se ha pasado tras sus concesiones al proteccionismo al comienzo de su carrera. El más famoso libro de él se llama “Free Trade Today” y muy peculiar que el libro empiece con las siguientes palabras: "The merit of free trade was discovered and disclosed by Adam Smith in his monumental work The Wealth of Nations”. Otros libros muy recomendables a los proteccionistas son Sustaining India's Growth Miracle y que no diga que somos obsoletos también es recomendable que lea Globalization Challenged: Conviction, Conflict, Community (Leonard Hastings Schoff Lectures) en donde el economista Indio es coautor.

La muy superada y antiquísima, es cierto, lo es, en su libro “La riqueza de las naciones”, Adam Smith y lo copio tal cual sólo traduciendo, escribió:

"Lo que en el gobierno de toda familia particular constituye prudencia, difícilmente puede ser insensatez en el gobierno de un gran reino. Si un país extranjero puede suministrarnos un artículo más barato de lo que nosotros mismos lo podemos fabricar, nos conviene más comprarlo con una parte del producto de nuestra propia actividad empleada de la manera en que llevamos alguna ventaja [...]. En cualquier país, el interés del gran conjunto de la población estriba siempre en comprar cuanto necesita a quienes más baratos se lo venden. Esta afirmación es tan patente que parece ridículo tomarse el trabajo de demostrarla; y tampoco habría sido puesta jamás en tela de juicio si la retórica interesada de comerciantes y de industriales no hubiese enturbiado el buen sentido de la humanidad. En este punto, el interés de esos comerciantes e industriales se halla en oposición directa con el del gran cuerpo social. "

Estas palabras son tan válidas hoy como eran entonces, lo antiquísimo no le resta un ápice su validez. Tanto en el comercio interior como en el exterior, es de interés para el “gran conjunto de la población” comprar al que vende más barato y vender al que compre más caro. Con todo, la “retórica interesada” ha dado lugar a una asombrosa proliferación de restricciones sobre lo que podemos comprar y vender, a quiénes podemos comprar y a quiénes podemos vender y en qué condiciones, a quiénes podemos dar empleo y para quiénes podemos trabajar, dónde podemos residir, y qué podemos comer y beber.

Adam Smith culpó a la “retórica interesada de comerciantes y de industriales” Quizá fueran ellos sin duda los principales culpables en su época. En la actualidad tienen mucha compañía, toda la izquierda que se opone sistemáticamente al cambio y el progreso. En realidad, difícilmente alguno de nosotros escapa a la “retórica interesada”. Según la inmortal frase de Pogo, el personaje de tebeo, “hemos descubierto al enemigo y ése somos nosotros”. Luchamos contra los “intereses especiales”, salvo cuando resulta que el “interés especial” somos nosotros mismos. Cualquiera de nosotros sabe lo que es bueno para él lo es para el país, por lo que nuestro “interés especial” es diferente. El resultado final es un laberinto de restricciones y más restricciones que hacer que la mayoría de nosotros seamos más pobres de lo que seríamos si se eliminasen todas. Perdemos mucho más a consecuencia de las medidas que benefician a otros “intereses especiales” de lo que ganamos gracias a las medidas que benefician nuestro “interés especial”.

El ejemplo más claro se halla en el comercio internacional. Las ganancias que obtienen algunos productores gracias a los aranceles y otras restricciones quedan compensadas con creces por las pérdidas que sufren otros productores y especialmente los consumidores en su conjunto. La libertad de comercio no sólo procuraría nuestro bienestar general, sino que también promovería la paz y la armonía entre las naciones y estimularía la competencia interna.

Los controles sobre el comercio exterior se extienden al comercio interior. Se entrelazan con todos los aspectos de la actividad económica. Estos controles han sido defendidos a menudo, en particular por los países menos desarrollados, por considerarlos muy importantes para la consecución de su desarrollo y progreso. Una comparación de la experiencia del Japón tras la Restauración Meiji en 1867,de la India tras su independencia en 1947, sirve para contrastar esta opinión. Más recientemente tenemos a Irlanda, Estonia, China, ¡Si China!, otra vez India que después de décadas de cerrazón ahora han permitido la creación de la riqueza. Dicha comparación indica, al igual que otro ejemplos, que la libertad de comercio interior y exterior es el mejor medio que tiene un país pobre para promover el bienestar de sus ciudadanos.

Los controles económicos que han proliferado en los México, y en especifico sobre el tema del campo, la atomización de la propiedad, el ejido, y la siembra de cultivos erróneos que sólo por costumbre y no por eficiencia se siguen cultivando, no obstante que en otros países tienen ventajas comparativas importantes en específico para el maíz y el frijol. Durante décadas hemos restringido la libertad para utilizar nuestros recursos económicos, de forma racional…

Pero sobre todo México la ha librado para que opere la Destrucción Creativa de los Mercados. El economista mexicano Ricardo Valenzuela tuvo la audacia de contactar al Dr. Milton Friedman con una sola pregunta ¿Por qué Estonia pudo y México continúa atrapado en su pantano? Su respuesta fue tajante y, sobre todo, sumamente alarmante: “Porque Estonia, a diferencia de México, ha conocido el dolor, las verdaderas profundidades de la pobreza, la opresión y la esclavitud bajo el régimen comunista. Todo ello provocó la formación de una sociedad civil sedienta de libertad y, armada con una repulsión hacia el estado, provocó se sumara a la causa liberatoria de Laar.”

Sumamente alarmado le preguntó. Entonces ¿México tiene que llegar a sufrir de esa forma para encontrar ese camino hacia su desarrollo y liberación? Corto silencio y luego la sentencia: “Desafortunadamente puesto que, me parece que durante los últimos 200 años, no han aprendido la lección y, la frontera con EU, y el petróleo no ha permitido opere la creativa destrucción de los mercados como sucedió en Estonia.”

Pero, ¿Qué es la destrucción creativa de los mercados? Pues bien, la “Destrucción Creativa” es una característica central en el capitalismo, es una idea que fue articulada por el economista de Harvard Joseph Shumpeter en 1942. Como muchas grandes ideas es muy simple para enunciar aunque no tanto para aceptar: “Una economía de mercado incesantemente se revitalizará a sí misma desde dentro al destruir viejos y con problemas para reasignar los recursos a negocios nuevos y productivos”

Esto es. La evolución Darwineana llevada a la economía; el proceso de la selección natural pero, en lugar de aplicarse a los seres vivos se aplica a los entes económicos sobreviviendo sólo los aptos, y creando por mutaciones nuevas estructuras.

Ejemplos hay muchísimos, véase por ejemplo la industria de Hierro y el Acero en los EU, Pittsburg la ciudad sede de la United States Steal (USS) floreció por y para esta industria. Durante años el acero fue el símbolo mismo del poderío industrial estadounidense, y también durante años, los EU no importaron acero de por ejemplo Japón, Alemania o Suecia por considerarlo de inferior calidad. Pero…en 1959 el sindicato de los trabajadores (vean como contribuyen a la destrucción de una industria), tuvieron a bien establecer una huelga que duró ¡cuatro meses! Simplemente la industria automotriz y la de alimentos (latas en aquellos tiempos eran de tres componentes y de hoja de lata que es acero) no pudieron resistir y se empezó con la importación del acero japonés y alemán, y se dieron cuenta que su calidad no sólo era buena, que era excelente, y que su precio era inferior al americano…Y, este fue el principio del fin de la industria acerera de los EU, fue muy doloroso, Pittsburg estuvo a punto de convertirse en una ciudad fantasma, miles quedaron desempleados, invito a mis lectores a que investiguen lo que es hoy Pittsburg, es una ciudad pujante llena de vida, y ahora limpia, puesto que la producción de acero es casi inexistente, el acero dio paso a la industria electrónica y de software, operó la destrucción creativa, y ¡mejoraron!

En México, no hemos dejado que opere este mecanismo fundamental del capitalismo, se queman literalmente millones de pesos en recursos para mantener industrias, o, el agro con sus cultivos erróneos, leyes obsoletas para sostener lo insostenible.

Estoy seguro que el TLC, el agotamiento de las reservas de PEMEX, el muro y las leyes rígidas antimigración en los EU operará en México una crisis dolorosa, pero creo, que como Pittsburg, la necesitamos, necesitamos que se destruya todo lo ineficiente, todo lo ideo logizado como “La tierra es de quien la trabaja”, nuestra Constitución socialistoide, que impide el progreso y el populismo. Para esto se requiere que primero exista destrucción, creo que va en curso.

1 comentario:

  1. Creo que el calificativo que le das a Calderón es muy acertado. Desde mediados del año pasado (luego de la buena reforma del ISSSTE y los tremendos pasos hacia atrás, como el control de precios de la tortilla) comencé a pensar que Calderón se tomó muy en serio eso de rebasar por la izquierda. Tal parece que ahora nos anda gobernando algún tipo de socialdemócrata keynesiano y proteccionista.

    Lo del TLC era de esperarse. Desde el 2006 el peje ya andaba proponiendo eso de renegociar la parte agraria por la libre importación de granos. Andan diciendo que eso nos va a agarrar desprevenidos. Ahora me pregunto yo, ¿cómo es posible que no estemos preparados si eso se anunció como hace catorce años?

    El otro díá me topé con un artículo de Encinas en el Universal. Todo una joya de la economía, por cierto. Decía que este año se vería afectado por un incremento generalizado de los precios gracias a la liberalización del comercio agrario. Parece que el señor se olvidó que mientras más oferta haya en el mercado, los precios tienden a disminuir. Además, el arancel estaba hasta hace poco en 3%, casi nada.

    La apertura comercial es el principio de toda economía próspera. Ya lo decías tú, en el caso de la restauración Meiji. Antes Japón era una isla feudal inmersa en el shogunato Tokugawa que no conocía más que sus fronteras. Se dio la restauración Meiji, y treinta años después, la apertura comercial de Japón logró que el país se ubicara como una de las más grandes potencias industriales y militares del mundo. Todo esto porque el Japón de la era Meiji se permitió importar y exportar, aprovechando así los recursos de occidente para potencializar su producción. Los políticos deberían aprender de esos ejemplos históricos, pero es demasiado pedir que la fauna política mexicana se ponga siquiera a leer eso. Se me hace que más de la mitad de los izquierdosos que critican al neoliberalismo no saben ni quién es Friedman...

    Pero qué le vamos a hacer. Sólo podemos esperar la reforma energética, a ver si ésa sí logra algo, no como esos abortos de la reforma fiscal y electoral. Aunque de este gobierno ya desconfío demasiado...

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