miércoles, junio 25, 2008

La Estanflación está aquí ¿Cómo llegamos aquí?

Se da a conocer ayer que la inflación en la primera quincena de junio aumentó en un 0.29 por ciento, y la expectativa inflacionaria se modifica a 5.25 por ciento para el 2008. Los incrementos más elevados fueron en los alimentos cuya alza en promedio en los últimos 12 meses casi llegó a los dos dígitos para ubicarse en 9.75 por ciento.

Por otro lado, el crecimiento económico va en franco decaimiento, la expectativa es de un 2.6 por ciento, y probablemente sea aún menor. El día 20 de junio, Banco de México, Banxico, decidió aumentar en un cuarto de punto su tasa de interés de referencia, para ubicarla en 7.75 por ciento.

El incremento se da aunque el Presidente Felipe Calderón pidió el 5 de junio al banco central bajar las tasas de interés para incentivar la actividad económica. También los industriales habían solicitado lo mismo a Banxico.

Lo más inquietante es que se está presentando la inflación con bajo crecimiento económico, esto, por supuesto, tiene desconcertados a muchos economistas, ya que las tesis inflacionistas Keynesianas de que la inflación conlleva crecimiento económico, han quedado (ya lo fueron durante los 70’s pero "curiosamente" se les olvidó) seriamente cuestionadas. Tenemos ante nosotros el peor de los escenarios económicos posibles: La Estanflación, término que se deriva de Estancamiento con Inflación. Este fenómeno según mis propios estimados durará algún tiempo más, medido en años, no meses, y será reforzado por el comportamiento inepto de los gobiernos y sus banqueros centrales.

Los banqueros centrales, forman un club por así decirlo que les encantan las modas, debo decirlo en este punto que yo estoy en contra de la misma existencia de los bancos centrales, por que, como ha quedado demostrado, como apéndice de los gobiernos que son, lejos de producir el orden, crean el caos.

Pues bien, la “moda” o “mantra” actual de los banqueros centrales es la “fijación de la metas inflacionarias”, que dice que siempre que el aumento de los precios supere un nivel que se ha puesto como objetivo, es necesario elevar los tipos de interés. Esta receta poco sofisticada se basa en pocas evidencias empíricas o teorías económicas; no hay razón para esperar que, independientemente de la causa de la inflación, la mejor respuesta sea aumentar los tipos de interés. Uno esperaría que la mayoría de los países tuviera el sentido común de no implementar metas inflacionarias.

Hoy la fijación de metas inflacionarias se está poniendo a prueba, y es casi seguro que fracasará. Los países en desarrollo enfrentan índices más altos de inflación, no por un mal manejo de la macroeconomía, sino porque los precios del petróleo y los alimentos se están yendo a las nubes, y estos productos representan una parte mucho mayor del presupuesto de los hogares que en los países ricos.

En su mayor parte, la inflación en estos países es importada, este es evidentemente el caso de México. Por tanto, elevar los tipos de interés, como lo ha hecho Banxico, y lo seguirá haciendo, no tendrá mucho efecto en el precio internacional de los cereales o de los combustibles, especialmente el petróleo que hoy (25 de junio abre en el NYMEX a $ 136.77 USD y en enero del 2007 se encontraba en $ 50 USD, esto es un alza de 173.54%). De hecho, dado el tamaño de la economía estadounidense, una desaceleración allí podría tener un efecto mucho mayor en los precios globales que una en cualquier país en desarrollo, lo que sugiere que, desde una perspectiva global, deberían elevarse los tipos de interés de EU, no de los países en desarrollo.

Elevar los tipos de interés puede reducir la demanda agregada, lo que puede aminorar el ritmo de la economía y amortiguar el aumento de los precios de ciertos bienes y servicios. Sin embargo, a menos que se lleve a un nivel intolerable, estas medidas por sí solas no pueden reducir la inflación a los niveles objetivo. Por ejemplo, incluso si los precios mundiales de la energía y los alimentos aumentaran a un ritmo más moderado que el actual -por ejemplo, 20 por ciento al año- y se reflejan en los precios internos haciendo que la inflación general fuera de, digamos, un 3 por ciento, sería necesario que en otras áreas los precios bajaran notablemente. Casi con seguridad eso implicaría una marcada desaceleración económica y un alto desempleo. La cura sería peor que la enfermedad.

La pregunta es, ¿Si todo parecía tan ordenado, si la inflación se veía como cosa del pasado, el crecimiento económico era vigoroso (me refiero a otros países, México debido a otras causas ha tenido crecimiento mediocre), si todo se veía tan color de rosa, si la economista en jefe de Goldman & Sachs, Abbey Cohen se refirió a la economía de los EU (1999) como “un gigantesco supertanker en que las turbulencias apenas y lo mueven” Si a Allan Greenspan el sempiterno banquero central se le reconocía como el artífice de la mayor expansión económica de la historia, que arranca desde 1981,¿Qué fue lo que pasó? ¿Qué salió mal? ¿Por qué hemos llegado aquí? Y, después de contestadas estas interrogantes ¿Qué debe hacerse para recuperar el crecimiento económico, con baja inflación pero de forma sólida?

La respuesta a estas interrogantes no es simple, y mucho menos es simple la respuesta a la última de ellas, para hacerlo, debemos entender muchas cosas, por que el punto al que hemos llegado aunque tiene un culpable bien identificable, que son, como siempre los gobiernos (conste que otra vez va en plural), también existen otras componentes como son las manías, por lo que primero tendremos que explicar muchas cosas para que el lector tenga una visión más objetiva de lo que está aconteciendo.

2 comentarios:

  1. El problema de los bancos centrales es que, como bien dices, son un órgano más del gobierno (así sean más o menos autónomos). Estos, a final de cuentas, tienen el control absoluto sobre la emisión de dinero, el crédito y la fijación de las tasas de interés. Aquí lo más preocupante (en mi percepción) es la manipulación del interés. Sé que un .25 no es demasiado, y que si bien puede contraer un poco la demanda, los efectos no serán del todo dramáticos. Lo preocupante es que exista tal descoordinación con el mercado.

    En mi blog comentaba sobre el congelamiento de precios de Calderón. Alguien me comentó que lo mío era pura paranoia (quizá sí), porque no se habían subsidiado los precios de todos los productos. Yo más bien veo que el problema no es tanto que se fijen topes de precios para 150 productos irrelevantes, el mayor problema es que eso se analice sólo desde una óptica política y no desde la visión económica. Eso, a mi juicio, es aceptar leves errores, que bien podrían repetirse en mayor escala a futuro.

    Ahora bien, en la misma entrada yo decía que no había como tal una gran inflación. Claro, mi crítica iba encaminada a las televisoras que quieren hacer creer que como el tomate ha subido 10%, la inflación por tanto es del 10%.

    El mercado no es nocivo, pero es sumamente peligroso jugar con él (no en él) y manipularlo externamente. Si no entendemos que es realmente grave, entonces estaremos poniendo de manifiesto nuestra ignorancia. Porque así fuera un producto, yo seguiría criticando los supuestos pactos para fijar precios.

    A tus preguntas contesto retomando todo lo anterior: primero habría que hacer conciencia sobre lo realmente grave, que es intervenir de manera leve o violenta en el mercado. Dado ese paso, creo que podemos hallar soluciones más técnicas y rigurosas.

    ResponderBorrar
  2. El problema que ahora tenemos se origina en la persistente manipulación de los mercados por parte de los gobiernos y a manías especulativas, con trataré de explicar en los post que siguen.

    Y para México, como escribí, el efecto de lo que se haga tendrá muy poca importancia en la inflación ya que viene de fuera y si están causando un problema grave con la paridad MXNUSD tan distorsionada.

    ResponderBorrar