martes, noviembre 18, 2008

El G-20 Demostración del Poder Político e Ignorancia Económica

Los líderes de las 20 economías más grandes del mundo dieron muestra fehaciente de obviedad, de simpleza, y por supuesto, de ignorancia….

Se reúnen según esto preocupados por la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión de los años 30s-40s.

En un escenario majestuoso en el Museo Nacional de la Construcción los Mandatarios del llamado G-20 acompañados de sus secretarios de Economía o Hacienda, salieron, por supuesto, con la más obvia de las propuestas, es más la única que creo yo en sus cerebritos se les podía ocurrir: Mejorar la regulación, sobre todo de los nuevos productos financieros, crear estímulos fiscales, (no le dejaron a Calderón que hiciera carreteras), y reformar los organismos financieros y claro, también dentro de lo obvio, crear más burocracia para que supervise las regulaciones.

Su declaración conjunta es una verdadera joya a la obviedad, la simpleza:

"Es necesaria una respuesta de políticas más amplia basada en coordinación macroeconómica más cercana para restaurar el crecimiento, evitar los contagios negativos y apoyar a las economías de mercado emergentes",

"La reunión ayudará a comenzar un proceso para que podamos decir adelante que tenemos una estructura financiera regulatoria funcionando que haga más difícil que una crisis ocurra en el futuro", afirmó el Presidente estadounidense, George W. Bush.

Entre las metas hacia la próxima reunión del G-20 en abril están la difícil tarea de coincidir en recomendaciones conjuntas sobre mejorar las reglas de contabilidad, reforzar la vigilancia de los mercados de derivados y las agencias de calificación.

"El principal mensaje es que en ningún lugar del mundo debe haber mercados, participantes de estos o productos que no sean sujetos a regulaciones y reglas de transparencia", dijo la Canciller alemana, Angela Merkel.

Y para los “emergentes” Brasil, Argentina y México una petición de mayor participación en la regulación internacional; denos chance ¿no?

Sus Recetas son también un ejemplo digno de ser impreso y enmarcado por su creatividad y derroche de sabiduría.

· Continuar los enérgicos esfuerzos y adoptar las medidas necesarias para estabilizar los sistemas financieros.

· Reconocer la importancia de respaldar la política monetaria en la medida que sea necesario para las condiciones nacionales.

· Utilizar medidas fiscales para estimular la demanda nacional lo más rápidamente posible.

· Ayudar a las economías emergentes y en vías de desarrollo en el acceso a los mercados de financiación.

· Animar al Banco Mundial y a otros bancos de desarrollo multilateral a respaldar a las naciones en vías de desarrollo.

· Asegurar que el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otros organismos cuenten con recursos suficientes para colaborar en la superación de la crisis.


En síntesis, nada, seguirle al bombeo de "liquidez" de humo, seguir recatando empresas inviables a costa de los contribuyentes, seguir robando recursos valiosos de la riqueza real para alimentar actividades de burbuja.


El Poder Político y la Ignorancia Económica

Como explica Carl Menger, la ignorancia del hombre de las conexiones casuales entre las acciones humanas determina en gran parte sus planteamientos para buscar soluciones eficaces ya que están limitados por los efectos colaterales presentes en sus intervenciones económicas recientes.

Así entre menos conocimiento tengan de las consecuencias futuras de sus acciones, más tenderán a favorecer políticas que permitan la consecución de sus objetivos de muy corto plazo y casi siempre a través del uso de la coerción, así lo entienden: El gobierno está para coercionar, para intervenir, es su forma habitual de pensar y de actuar.

Los políticos del G-20 no tienen ni la menor idea de las casuales de la crisis, nadie por ahí les ha dicho que la baja arbitraria de las tasas de interés, supuestamente para fomentar el crecimiento, que la inflación (fiduciaria) creó burbujas, que luego estallaron. Entonces, sus planteamientos, equivocados obvios, tienen que salir a lo que mejor saben hacer, reglamentar y ejercer la coerción.

Son tan obvios los políticos, podríamos poner a un montón de payasitos en el Congreso, ahora, imagínense al político que sea, el payasito líder, puede ser AMLO, Chávez, Evo, Calderón, Obama, Sarkosy, Berlousconi, el que sea, es igual, selecciónelo a su gusto, imaginemos planteando políticas públicas y el resto de los payasitos apoyando:

¿Quieren más escuelas?

¡Siiiiii!

¿Quieren más cuidados de salud gratuitos para todos?

¡Siiiiiii!

Para que no exista desempleo, ¿Quieren prohibir que se pueda despedir a los trabajadores?

¡Siiiiiii!

Para que no haya pobres vamos a poner salario mínimo en $10,000 ¿Quieren ganar mínimo $10,000?

¡Siiiiiii!

¿Quieren precios bajos en alimentos y medicinas?

¡Siiiiiii!

Aplausos, entonan en Himno Nacional para agregar “dramatismo” a la escena,

No cabe duda, ser político es el oficio más simple del mundo….Tan obvio tan simple, ¿Queremos que todo el mundo sea rico? Distribuyamos la riqueza…fácil, obvio, trivial.

Todos compartiríamos los mismos objetivos: Que exista educación, salud para todos, que no exista pobreza que exista un nivel de vida adecuado y una forma honesta de ganarse la vida. Ambos, intervencionistas socialistas y partidarios de la libertad del laissez-faire en realidad compartimos los mismos objetivos “obvios” pero diferimos en mucho en la forma de alcanzarlos, debido a que las políticas públicas de los intervencionistas socialistas pasan por alto dos cosas muy importantes:

1) Las causas de los males que pretenden combatir.
2) Su propio futuro y las consecuencias.

Las causas de los males que nos aquejan en el presente son los efectos de políticas intervencionistas en el pasado, esto es, y con todas sus letras, el manipular los mercados de dinero y de crédito al arbitrio de un burócrata. Las futuras consecuencias de la políticas intervencionistas son semejantes (pero peores) que los males presentes que pretenden combatir.
Es tan usual la falta de entendimiento de los asuntos económicos no sólo en una buena parte del “hombre de la calle”, sino también de los comentaristas “especializados”, por supuesto de los políticos, pero sobre todo de aquellos que pretenden enseñar economía.

Por ejemplo, hice la siguiente pregunta entre varios “especialistas” bursátiles.

¿Qué es lo que debe hacer la Fed para aliviar la recesión?

La respuesta casi unánime fue: Seguir bajando la tasa de interés de referencia.

Nótese que pregunté si la Reserva Federal debe “hacer algo”, nunca se las planteé como ¿Deberá la Reserva Federal hacer algo, y si es el caso, qué deberá hacer?

Simplemente para corroborar que aún entre especialistas, se debe “hacer algo”. Y así están muy pendientes de los futuros de la tasa a la que en la próxima reunión de la Fed bajará o mantendrá. Cuando llegan datos económicos nefastos como el reciente del empleo en los EU, o la caída de las ventas en el consumo, la bolsa inexplicablemente sube como loca, la razón, se reafirman que las condiciones son tan malas que Bernanke bajará la tasa de interés otro 0.50% ignorancia total. Y están pendientísimos de los “futuros” de la tasa de referencia de la Fed.

Así, en la mente de los políticos y sus economistas matraqueros oficiales, nunca verán que lo que ocasionó la recesión es precisamente la medicina que intentan suministrar, sin embargo, esta vez, no les va a funcionar. Aún peor, toda esta inyección de dinero de humo, tendrá consecuencias en el futuro inmediato agravando el cuadro recesivo. Al tiempo.

Lo mismo con el G-20, lo mismo con las medidas contra cíclicas como el ponerse a hacer carreteras, lo que sucede es que los políticos y los economistas que los matraquean, sólo tienen visiones de corto plazo y siempre planteadas en términos de alguna intervención, en “hacer algo”¿Qué medidas deben tomarse para parar la recesión? Pero nunca se plantean, ¿Cuáles fueron las causas de la recesión? Y si se la plantean, piensan que fue “falta de regulación”, y no, manipulación del mercado del crédito y de dinero. ¡Cómo van a ser ellos mismos los culpables! Tampoco se detendrán a pensar, como nunca lo hizo Greenspan, de cuales serán las consecuencias en el largo plazo de las acciones de la Reserva Federal. ¿Se habrá planteado Greenspan que al mantener la tasa persistentemente baja por un tiempo tan largo estaba creando una burbuja inmobiliaria? No lo creo. Y aún suponiendo que Clinton sí William Clinton que presionó a Fannie Mae para hacer asequibles los créditos a la vivienda a los “suprime borrowers”, no lo hubiera hecho, alguna otra burbuja se habría creado y …estallado.

Conclusión: La ley de hierro de la Ignorancia Económica

Entre mayor y más difundida sea la ignorancia de las conexiones casuales en la acción humana, mayor será el grado de intervención política en la sociedad. Por el contrario, entre más se entienden las conexiones casuales entre acciones humanas y se captan, se entienden, los efectos que sobre éstas ejercen las intervenciones políticas, más se opone uno a todas éstas políticas obvias, triviales y fáciles.

Supuestamente George W. Bush, republicano así como su partido, declaradamente se oponen “como regla general”, al intervencionismo, sin embargo, él promovió (como una excepción) un plan inflacionista y de rescate para enfrentar condiciones excepcionales. Esto sólo prueba que la falta de entendimiento de las condiciones casuales lo que lo lleva a tipificar como condiciones “anormales” situaciones que en realidad tienen una causa común y que es la inflación fiduciaria provocada con anterioridad. Impedidos de ver con claridad la causa que origina el problema insisten en el mismo tipo de intervención que únicamente retrasará y empeorará los males que supuestamente debe contrarrestar.

Existe una ironía lamentable en la ignorancia económica, por encima de sus efectos desastrosos. La llamaremos la Ley de Hierro de la Ignorancia Económica que la podríamos enunciar como sigue: El valor del conocimiento en Economía se hace más valioso conforme la situación económica empeora, pero, la economía empeora en relación directa con el nivel de intervención política, la cual a su vez es una función de la ignorancia económica.

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