miércoles, septiembre 24, 2014

La Economía Informal a Formal

En una nota reciente (30-jul-2014)  publicada por “El Financiero” titulada “Economía informal representó 26% del PIB de 2003 a 2012: Inegi”  http://www.elfinanciero.com.mx/economia/informal-informalidad-pib-inegi-eduardo-sojo.html se nos explica que el INEGI ha ideado un método de medición del tamaño de la economía informal, dudo que sea muy exacto por la misma naturaleza de la actividad, pero, de cualquier forma nos da una idea del tamaño, y del número de personas ocupadas.

El referido artículo nos informa, como se enuncia  que es muy importante su tamaño, 26% del PIB, y más importante aún que el 60% de la población ocupada lo hace en este sector.  Resulta interesante mencionar que antes que el INEGI, el CEESP (Centro de Estudios Económicos del Sector Privado) lo estimaban en 11 % del PIB. Se quedaron muy cortos en sus estimaciones.

También, somos literalmente bombardeados por propaganda en todos los medios para tratar de volver a los informales formales, dándoles la zanahoria de créditos a la vivienda, seguridad social y créditos para sus negocios. ¿Será que caerán en el ardid?

Pero hablemos de la economía informal. Ese “otro” México, que contrasta fuertemente con el México de alto crecimiento, de alta productividad, el de las fábricas automotrices, aeronáuticas, de los grandes hoteles en los lugares de Playa, hablamos de ese México con baja productividad…

Leemos frecuentemente sobre la economía informal refiriéndose a ellas como actividades subterráneas, ilícitas. Por eso debemos empezar por definir realmente que es la economía informal para dejar muy pero muy claro la línea divisoria entre lo lícito y lo criminal.  Las actividades que componen la economía informal son aquellas actividades que teniendo fines lícitos se basan en medios ilícitos para llevarse a cabo. Es decir, son actividades que no tienen intrínsecamente un contenido criminal, pero que, a pesar de ser actividades finalmente lícitas y convenientes, deseables en un país, tienen que servirse de medios no reconocidos como lícitos, o quizá sería mejor emplear la palabra “legales”,  para llevarse a cabo. La característica económica más notable de las actividades informales es que tanto la gente directamente involucrada en ellas como la sociedad en general se encuentran mejor si la ley es violada que si es seguida al pie de la letra.

Este fenómeno se encuentra en todas las ciudades de América Latina, y lo más visible, para muchos molesto y para otros, particularmente el comercio establecido,  desleal,  son los cientos de miles de vendedores ambulantes.

El vendedor ambulante es, en primer lugar, y ante todo un comerciante, es un empresario (aunque les cueste trabajo reconocerlo) ya su actividad satisface los deseos y/o necesidades de los consumidores, sus clientes. Sus fines son lícitos e idénticos a los de cualquier empresario en cualquier lugar: Generar alguna ganancia (utilidad), que le permita vivir, pero se tiene que basar en medios ilícitos--no cumplir con las regulaciones legales, no cumplir con las normas laborales incluida la seguridad social, no pagar impuestos--porque no le queda otro remedio que hacerlo así. No puede ingresar en la economía formal porque ésta impone un costo tan oneroso que resulta imposible de pagar, y no sólo el costo,  también el tener que cumplir con miles de reglamentos, y sus correspondientes sanciones, y quedar vulnerable para la visita de innumerables inspectores que vigilan por el cumplimento de estos miles de reglamentos. Por estos motivos,  para las personas y para los empresarios con pequeños ingresos, la informalidad es entonces una situación en la cual la gente quiere trabajar legalmente pero no puede.  Si lo hacen quedan expuestos a costos enormes, y sanciones. De este modo, lo único que le queda es trabajar en esa zona de relativa ilegalidad que hacer actividades lícitas desprendiéndose de la legalidad que impone el estado.

Hasta la Reforma Fiscal de Peña Nieto-Videgaray había un tercer sector que eran los REPECOS (Régimen de Pequeños Contribuyentes), que permitía a cientos de miles de negocios ser formales pero sin caer en lo oneroso de los costos fiscales, el contribuyente pagaba una cuota anual fija, que pagaba bimestralmente,  sin mayor trámite. 

Pero en su afán de recaudar más con la Reforma Fiscal inventaron el RIF (Régimen de Incorporación Fiscal) Que se supone que condona el 100% del ISR el primer año, pagarán 10% el segundo y cada año se sumará un porcentaje similar hasta llegar a 100%, en 10 años. Pero, tendrán que emitir facturas y recibos para sus empleados CFDI (Comprobante Fiscal Digital por Internet), llevar una contabilidad. Según datos del SAT se incorporaron 3.2 millones de REPECOS al RIF.


Esto ha llevado a la quiebra a miles de pequeños negocios que apenas sobrevivían pagando la renta, sus insumos, y márgenes de ganancia reducidísimos, y que ahora, se le obliga a comprar computadora, impresora, pagar Internet, pagar un contador, pagar a un PAC (el monopolio de los que pueden timbrar los CFDI), la foto que sigue, y que fue la que me llevó a escribir esto corresponde al local de Mi peluquera Lidia, que me quedaba muy cómodo para que saliendo del Gym, pasara a rápidamente cortarme el pelo. Lo que he escrito aquí en este párrafo son sus palabras, no mías, y la llevó a cerrar. Qué pena.


Claro, ahora ha pasado a proporcionar servicio a domicilio, esto es, a la economía informal.

¿Qué va a pasar con las tienditas, fonditas, carnicerías, tortillerías, pollerías, verdulerías, etc.?  ¿Se imaginan al carnicero emitiendo un CFDI?



Para terminar esto, debemos recalcar que en términos generales la importancia de la informalidad es muy grande de 25 al 30 % del PIB. Que la ocupación es muy extensa, 60 por ciento.

Eso nos permite obtener algunas conclusiones iniciales. En primer lugar, que social y económicamente la informalidad es grande, ya que, si el 60 por ciento de las horas-hombre están en el sector informal, el gobierno sólo controla 4 de cada 10 horas que se trabajan. En otras palabras, la mayor parte de los mexicanos trabajan fuera de la ley.

La segunda conclusión es que, pese a su importancia cuantitativa, las actividades informales tienen una productividad baja puesto que, como hemos visto, el 60 por ciento del trabajo hace solamente el 30 por ciento del PIB. Eso nos aproximará a algunos problemas que tendremos que afrontar más adelante: la falta de instituciones legales que permitan maximizar sus beneficios o cómo organizarse con mayor eficiencia. Los informales, por ejemplo, no pueden recurrir a un tribunal para hacer valer sus contratos. Padecen igualmente de una insuficiencia crónica de derechos de propiedad que, a la larga, termina influyendo negativamente en su productividad.

Dicho esto, pues, es evidente que estas actividades de fines lícitos y medios ilícitos--es decir, la informalidad--son significativas, aunque su importancia varía de un sector a otro de la economía mexicana.

¿Es el RIF la respuesta más sensata para erradicar la informalidad? Por supuesto que no, el RIF como ha probado serlo con Lidia, mi peluquera, será un promotor de mayor economía informal.


4 comentarios:

  1. Anónimo8:27 p.m.

    ¡¡¡ Increíble que la revista Euromoney nombre a Videgaray ministro del año !!!
    Como dice Pedro Ferríz, hay premios y nombramientos que se compran.

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  2. Que quienes se ubican en la economía informal "no pueden ingresar en la economía formal porque ésta impone un costo tan oneroso que resulta imposible de pagar" me parece una falacia que elude la realidad y sirve para dar sustento, como cínica excusa, a que llegue a las cifras que se comenta. La inmensa mayoría de quienes se encuentran en ese sector nunca se plantearon siquiera el reto de emprender desde la formalidad, sino que su iniciativa responde, como actos reflejo, a la respuesta antisistémica que esos grupos sociales tienen y que tiene identificados a "sus enemigos": los ricos, los poderosos, los privilegiados; no sólo en el gobierno que le impone las reglas del juego. Dejo de lado la necesidad de revisar el papel del Estado, para limitar sus funciones, que reivindique la libertad personal y se propicie la iniciativa individual para responsabilizarse de su vida, por sobre los criterios keynesianos que alimentan la socialdemocracia o de plano el social-comunismo. Afirmo que la informalidad está emparentado con estas últimas doctrinas y que por más que se les quiera ver como "empresarios", evaden las más elementales responsabilidades de la convivencia humana -contribuir para sustentar los gastos de los bienes y servicios de que disfruta-, invade y transgrede derechos de otros -al impedir o dificultar el libre tránsito, obstruye la operación de otras actividades de comercio, etc.-, propicia o da cabida a comercializar artículos ilegales -robados o ingresados al país de manera ilegal-, inhibe la generación de cadenas de valor local -si ocupara espacios rentados, por ejemplo, la renta pagada desencadena movimientos monetarios-económicos propiciatorios de desarrollo-, inhiben el tránsito y búsqueda generacional hacia mejores niveles de desarrollo -ancla a la mayoría de los integrantes de la familia a una visión cómoda, en lugar de asumir retos mayores y pensar que la informalidad como un escenario transitorio, para arraigarse como futuro; en fin, reproducen y fortalecen hasta el infinito sus prácticas.

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    1. Actos reflejo de subsistencia. O haces algo, vendes algo o te mueres de hambre. Lo que se requiere es menos regulaciones, menos expolio fiscal, menos complejidad fiscal, menos leyes, más fáciles de cumplir, vamos acercar la formal a la informal y no al revés.

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  3. ¡Ummmm!, tengo mis dudas de que acercar la formalidad de por resultado la disminución de la informalidad. Pasa un poco como la idea de que aplicar un impuesto al tabaco va a inhibir a los fumadores. ¿Y si se actúa de manera paralela: 1.- menos regulaciones, menos expolio fiscal, menos complejidad fiscal, menos leyes, más fáciles de cumplir; y 2.- definir la transitoriedad de la informalidad?

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