Reduciendo en Gasto Público Corriente
El titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis
Videgaray Caso, indicó que el Presupuesto de Egresos de la Federación
propone un gasto neto de 4 billones 746 mil 946 millones de pesos (mdp).
En conferencia de prensa luego de presentar el Paquete Económico 2016,
indicó que el gasto programable representa un disminución de 221 mil mdp, es decir, 1.15% del PIB inferior
al gasto programable de 2015.
Se propone una disminución del déficit público de 1 a 0.5%; mientras que el
gasto corriente se reduce en 4.7% en términos reales, en comparación con el
presupuesto aprobado para 2015.
Finalmente, enfatizó que con el ajuste se aparta de la lógica inercial de
otros años para revisar cada uno de los programas y así hacer más eficaz el gasto.
En otra entrevista, aseguró que una de las columnas vertebrales del
presupuesto es la fortaleza que da la
Reforma Fiscal, pues sin ella hubieran existido más recortes al gasto, se logró
una disminución de la dependencia a los
ingresos petroleros de 18%., indicó y agregó que
"Sin la Reforma Hacendaria
tendríamos que hacer recortes en programas sociales y en programas importantes
para la población, por lo tanto, no es
momento de una reversión o un paso atrás de la reforma",
En ese sentido, dijo, se propuso en el Paquete Económico 2016 una serie de
incentivos para el ahorro e inversión, respetando el principio fundamental de conservar la
confianza de inversores y la estabilidad frente al entorno externo.
Por otra parte, Macario
Schettino, en su columna del Financiero titulada “Lo que viene”, nos explica la
realidad brutal de las finanzas públicas.
Copio la parte medular del artículo: “Los
ingresos del sector público, de 2008 a 2015, promediaron 23 puntos del PIB. De
2016 a 2021, se estima que no superarán 21.5. El petróleo, que alguna vez daba
seis puntos, no dará más de 4.5, por ejemplo, y aunque se recauda más y mejor,
los impuestos van a aportar entre 12 y 13 puntos en los cada uno de los
próximos seis años. Con los otros ingresos, incluyendo las cuotas al IMSS e
ISSSTE y los ingresos de CFE, llegamos a esos 21.5 puntos que le comentaba.”
…”simplemente no alcanza para el gasto. El gasto programable deberá
reducirse a 16.5 puntos para esos seis años, de los 20 en que ha estado en los
seis pasados. Pero en ese lapso las pensiones pasarán de tres a cuatro puntos
del PIB, de forma que habrá que hacer un ajuste adicional en el gasto de un
punto.”
…”Las
estimaciones de Hacienda no son pesimistas, al contrario. Suponen que podrán ir
cancelando plazas conforme se retiren quienes hoy trabajan en el gobierno, y
que las pensiones apenas subirán sólo un punto del PIB en seis años”
Ya en mi post de julio 31 “El Futuro de México como Grecia”, explicaba que
la situación puede deteriorase muy rápidamente, Schettino estima 4.5 puntos del
PIB para el petróleo, pero de continuar la caída de los precios, la Reforma
Energética no tendrá ningún efecto, nadie va a querer invertir en aguas ultra
profundas con el petróleo debajo de 30 USD. Adicionalmente, existe el agravante de que la producción de Pemex cae
apresuradamente.
También, la Reforma Fiscal ha causado y sigue causando un enorme daño a la
economía, fue diseñada para recaudar lo más posible, aún a costa del
crecimiento y del empleo, de lo que se trataba era de llenar el boquetote que
la caída de los precios del petróleo le han hecho a las finanzas públicas.
Aunque para 2016 plantean algunos estímulos fiscales dirigidos a la PYMES, para
acelerar la deducción de sus inversiones, no es suficiente. Y sin inversión
productiva, este país quedará estancado.
¿No puede hacerse mejor? El gasto corriente se compone fundamentalmente de
servicios personales, esto es sueldos de la enorme burocracia que tenemos, y
todo el dinero asistencialista para los programas sociales que como ha sido
confirmado, no sirven, y, por el contrario la pobreza ha aumentado, y seguirá
aumentando hasta que los políticos entiendan que sólo generando riqueza,
haciendo crecer a las empresas, y haciéndolas crecer en número es el único
camino para que México salga de su estancamiento ancestral.
¿Qué tendremos que esperar a que todo se deteriore tan significativamente
que comience ahora sí en serio a cerrar, Institutos, Comisiones,
Subsecretarías, e incluso Secretarías de Estado que no tienen justificación
alguna.
Es posible, perfectamente posible hacer un ajuste, fuerte en el gasto
corriente, siempre y cuando se cumplan algunas condiciones.
El licenciamiento de soldados después de una guerra
Imaginemos que México estaba en guerra, y que ésta finalizó, los soldados,
todos, son empleados del gobierno y por consiguiente, son burócratas, y desde
el punto de vista financiero no hay distingo con cualquier otro burócrata. Ese
ejército tiene que despedirse, no es posible que se mantenga tal nómina, sin ya
ninguna utilidad. Al terminar la 2da Guerra Mundial Keynes se oponía al despido
masivo de soldados, por el gran desempleo y la caída brutal en el consumo
debido a la caída del poder adquisitivo de todos los despedidos.
Afortunadamente, no fue oído y se inició la más grande expansión económica y
sólo hasta entonces se terminó la depresión que inició en los 1930’s.
Es cierto que se requiere de un período de tiempo para que el sector
privado pueda absorber toda la masa de soldados (o burócratas) despedidos, sin
embargo, esto fue en EUA, pero también en otros países, asombrosamente rápido, y fue rápido porque liberados de ese gasto
corriente regresó a los contribuyentes lo mismo que iba liberando, esto es, se
bajaron de forma importante los impuestos. Los contribuyentes dispondrán así de
medios que les permitirán adquirir mayor número de mercancías. En otras
palabras, el incremento experimentado por la demanda civil proporcionará
trabajo al nuevo contingente laboral integrado por los soldados.
Con el despido masivo de burócratas (o soldados, es lo mismo) transforma la
situación económica que prevalecía anteriormente. Los burócratas mantenidos previamente por la población civil
no se convertirán en ciudadanos dependientes de sus conciudadanos. Por el
contrario, pronto gozarán de autonomía económica. Si damos por supuesto que las
necesidades de la defensa nacional no exigen la presencia de estos hombres por
más tiempo en las fuerzas armadas, su retención en ellas equivaldría a
dilapidar riqueza inútilmente. Constituirán un elemento improductivo. Los
contribuyentes no obtendrán nada a cambio de su sostenimiento.
Ahora, sin embargo, los contribuyentes transferirán los fondos liberados de
gravamen a este nuevo elemento civil por su equivalente en bienes o servicios.
La producción nacional total, la riqueza de todos, se verá acrecentada.
Pero no es esto todo. La prosperidad del país no permanece invariable en el
caso en que se hallaba con anterioridad al despido de los funcionarios
considerados superfluos. Por el contrario, se produce una notable mejoría. Los
antiguos funcionarios comenzarán a integrarse en el sector privado, como empleados o como empresarios, y
el proceso de adaptación -será facilitado por el mayor volumen de dinero de que
dispondrán los contribuyentes, tal como ocurría en el caso del despido de
soldados. Los antiguos funcionarios deberán ofrecer a los empresarios privados
—y en definitiva, a sus clientes— servicios equivalentes a los ingresos que sus
nuevos empleos les proporcionan. Con ello dejarán de ser miembros inútiles de
la comunidad y comenzarán a producir para ella.
Debe mencionarse que lo expuesto anteriormente no va dirigido contra los funcionarios
públicos cuyos servicios son realmente necesarios. Los servicios de policía,
bomberos, sanidad, higiene municipal, los jueces, los legisladores, los magistrados,
etcétera, realizan una labor productiva tan necesaria a la comunidad como lo
pueda ser la de aquellos miembros más destacados de la industria privada. En
realidad, hacen posible que dicha industria pueda desenvolverse en un ambiente
de legalidad, orden, libertad y paz.
Pero su existencia se halla justificada por la utilidad de los servicios
que prestan, no por el consumo que son capaces de generar por hallarse
incluidos en las nóminas del Estado.
Cuando los malhechores nos despojan de nuestros bienes, adquieren capacidad
de consumo. Con ella sostienen bares, restaurantes, clubes nocturnos, líneas
aéreas y de trasporte terrestre, fabricantes de ropa y quizá hasta incluso
obreros de la industria automovilística. Pero por cada empleo que sus gastos
proporcionan, nuestro propio gasto proporcionará un empleo menos, porque no
dispondremos de la cantidad que nos fue sustraída. De igual forma, por cada
empleo creado merced a los gastos de los funcionarios, los contribuyentes
proporcionan un empleo menos. Cuando un ladrón nos despoja de nuestro dinero no
adquirimos nada a cambio. Idéntica situación se da cuando somos desposeídos de
nuestro dinero mediante impuestos destinados al sostenimiento de burócratas
inútiles. Podremos considerarnos afortunados si éstos se limitan a ser unos indolentes
holgazanes. En la actualidad es más probable que los veamos convertidos en activos
reformistas progresistas dedicados afanosamente a agredir institucionalmente la
actividad empresarial y la acción humana y desalentar la producción.
En consecuencia, lo que México necesita es una Contra Reforma Fiscal, bajar
el impuesto al consumo, el IVA, digamos a 10%, eliminar los IEPES a alimentos
“nocivos”, bajar los de la gasolina, bajar el ISR sobre todos el de las
empresas, permitir la deducibilidad de las inversiones de forma acelerada, para
fomentar la inversión y hacer atractivo invertir en este país. Eliminar la
mayor parte de las leyes y reglamentos que agreden de una u otra forma las
actividades productivas, dejando sólo aquellas que tienen que ver con la
seguridad física y patrimonial, lo que incluye desde luego, sanidad.
Y, despedir burócratas, para aligerar el gasto corriente y no incurrir en el
déficit, al principio parecerá doloroso para todos esos individuos que se
encuentran empleados en actividades improductivas, pero, como hemos expuesto,
con la acrecentada capacidad de compra de la población, producto del recorte
del IVA, y las medidas fiscales relativas al fomento de la inversión, este país
tendrá que crecer, y transformarse, y aprovechar esta coyuntura de la historia, para transformarnos y crecer
fuerte en base a la actividad privada. Saldremos estoy seguro de los raquíticos
crecimientos apenas superiores al incremento en la población, y tendremos
crecimientos vigorosos que generen millones de empleos cada vez mejor pagados y
tengamos un mejor país.
Cada vez me queda más claro que el meollo del problema está en nuestras INSTITUCIONES y quienes ejercen la función de GOBIERNO (James A. Robinson, Daron Acemoglu, "Por qué fracasan los países"), ya sea que sean, dicen ellos, "extractivas" o "inclusivas" y se ejerza el gobierno, como es, un mandato para servir; mientras, por el contrario, tengamos instituciones depredadoras (digo yo) y una mafia de vividores parásitos como "gobernantes" y sus clientelas, el camino es más que complejo. ¿Por dónde empezar? ¡SALUDOS!
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