lunes, junio 13, 2016

Brexit



El término vine copiado del Grexit (salida de Grecia de la UE), que se acuñó cuando iban a salir por no pagar sus deudas con la UE. Brexit se refiere a la salida de Gran Bretaña de la UE. El próximo 23 de junio se realizará un referéndum para que sean los votantes quienes decidan si se quedan o no dentro de la unión: La pregunta del referéndum es sencilla pero contundente: “¿Cree que Reino Unido debe continuar siendo miembro de la Unión Europea? Sí o No”.
¿Pero por qué quieren salir de la Unión Europea?
Los ingleses sostienen que la UE se ha afrancesado, esto es, ha adoptado el modelo francés burocrático lo que ha redundado en reglamentismo, y de leyes a las empresas que les impide desarrollarse a cabalidad así como el cobro de millones en tarifas de membresía que no les dan ningún retorno palpable, también, quieren recuperar el control de su país como país, esto es recuperar el control absoluto de sus fronteras y que ellos decidan quien sí y quien no puede migrar para trabajar.
El Reino Unido ha creado más puestos de trabajo que toda la Unión Europea junta en cuatro años -y eso con una inmigración neta de más de 318.000 personas en 2014, y crece más del doble con una política de apertura, bajos impuestos y defensa total de la propiedad privada. Es decir, tienen un modelo que funciona, quizá podría mejorar, pero ciertamente que el modelo francés dirgista ha anquilosado a toda Europa.
Pero no sólo es el dirigismo y el reglamentismo, también es la enorme burocracia creada para servir a la UE, y las contribuciones para mantener a la hidra de las mil cabezas de la burocracia europea: La contribución neta de Reino Unido a la UE se ha disparado de 3.300 millones de libras en 2008 a 9.800 millones en 2014, GB es el segundo mayor contribuyente neto, mientras que el porcentaje de exportaciones a los países de la Unión caía.
Debe recordarse que el primer ministro David Cameron, del mismo partido que lo fue de Margaret Tatcher, en su campaña para su reelección fue postulando la salida de GB de la UE. Claro, los estatistas continentales lo han tachado de todo, incluyendo irresponsable.
Y fue reelecto, porque en Reino Unido se percibe que lo que se impone en Europa es profundizar en el modelo intervencionista fracasado y en el estatalismo que solo ha generado estancamiento. No se le escapa al ciudadano británico que los populismos emergentes en algunos países tienen como objetivo esencial pagar su ansiada fiesta de despilfarro con el dinero de, entre otros, pero principalmente de los ingleses, porque son ricos y según los europeos los ricos para eso están, para financiar el populismo de Syriza y Podemos, por ejemplo.
Sin embargo, el Brexit debiera de tomarse como una advertencia para frenar y revertir los inquietantes procesos de estatización, centralización y burocratización del Mega Estado Europeo, que ha exhibido desde su misma creación bajo la influencia de Francia (Socialistoides “progres” por antonomasia). Por fortuna, en la tierra de John Locke y de Adam Smith en donde surgió el Liberalismo lo entienden muy claramente, y no obstante que la mitad de su comercio exterior es con Europa aproximadamente un tercio de las empresas, enfatizo, de las empresas, están totalmente a favor de la salida de GB, siempre y cuando se establezca un tratado de libre comercio, y alrededor del 60 por ciento no se oponen a seguir en la UE siempre y cuando el país pueda recuperar la competitividad que ha sido lenta y “progresivamente” erosionado originado en la regulación y burocratización proveniente de Bruselas.
Dicho de otro modo, la postura mayoritaria en Reino Unido parece ser la que dicta el sentido común liberal: la Unión Europea acarrea muy importantes beneficios que hay que tratar de conservar (la libertad comercial) pero también muy sustanciales costes que deben ser erradicados (las absurdas regulaciones comunitarias o las transferencias a Bruselas de los impuestos de los contribuyentes británicos.
Pero hay presiones …
“Los costos económicos de abandonar la Unión Europea serían mayores a los beneficios”. Así resume Moody’s en un informe publicado el lunes pasado las importantes consecuencias que tendría para el Reino Unido su posible salida de la UE; además advierte que “habría un periodo de inestabilidad que afectaría negativamente a las inversiones”. Esta situación “dañaría a las exportaciones” e incluso podría debilitar “las perspectivas de crecimiento de Reino Unido”. Como consecuencia de todo ello, la agencia calificadora señala que “la decisión de abandonar la Unión Europea sería negativa para la calificación crediticia del Reino Unido”.
¿Y por qué por ejemplo a Suiza, Noruega o Islandia no le perjudica no pertenecer a la UE? Estos países no son parte de la UE, y sólo mantienen tratados de libre comercio con Europa, ahí Moody’s no dice ni pío.
Un estudio hecho por la organización Open Europe estima que el PIB británico en 2030 podría llegar a ser un 1,6% superior fuera de la UE que dentro de la misma siempre que se mantenga como una nación librecambista y aproveche su salida para desregular; en cambio, podría ser un 2,2% inferior si se enrocara en el proteccionismo regulatorio. Es decir, según cómo se administre, el Brexit podría generar desde unas pérdidas anuales de unos 3.300 euros por familia o unas ganancias de 2.400. Obviamente si se están saliendo por la sobre regulación, la van a disminuir no aumentar.
Los europeos, con el pretexto de estrechar lazos sociales, culturales y económicos, han ido construyendo una asfixiante e innecesaria burocracia regulatoria que se superimpone sobre las no menos asfixiantes e innecesarias regulaciones nacionales, regionales o municipales, socavando así las bases de la prosperidad y de muchas de sus libertades. Para lograr la integración europea no se requiere de más normativas estatales, tan sólo  levantar las barreras y las fronteras que tradicionalmente habían dificultado esa integración.
Sin embargo, al corto plazo, la salida del Reino Unido podría tener impacto en,
Sector financiero: un problema nada desdeñable de regulaciones y exigencias de capital distintas, así como impacto si algunos bancos y casas de inversión se ven forzadas a dejar el Reino Unido. Pero también existe el argumento contrario, que además es el más probable, y es que los capitales irían a GB precisamente por sus menores regulaciones e impuestos más reducidos.
Se estiman tres millones de puestos de trabajos directos e indirectos por pertenencia a la UE. Podría darse un aumento del desempleo. También se argumenta que Reino Unido crea más puestos de trabajo y no contaría con el flujo migratorio antes mencionado. Sin embargo, la salida de la UE no implica en lo absoluto el paro de la migración, sólo la selectividad de la migración, y en el número que convenga a GB.
Comercio: un impacto para ambas partes, que sufrirían mientras se renegocian o firman tratados bilaterales. Sobre un total de 430,000 millones de libras, incluso porcentajes pequeños deben valorarse con cuidado. Pero al largo plazo, se recuperarían con creces por el incremento en la competitividad de GB.
Y aquí la verdadera razón que tiene apanicados a los europeos. Pierden el 2do contribuyente más importante, habría un peso mucho mayor entre los “cobradores” que los “pagadores”, volviendo a Europa mucho más inestable.
En realidad con el Brexit los perdedores son los europeos, no los ingleses, claro, se quiere manejar la cosa en otra dirección, Moody’s por ejemplo está más preocupado realmente por Grecia, España, Portugal e Italia que por GB. Quieren ponerlo al revés, pero no es así.


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