Hago alusión al
artículo del EL Financiero “Y si Slim repartiera su fortuna entre los pobres delpaís, ¿a cuánto tocaría?”
Y empieza,
así “¿Qué pasaría si los hombres
más ricos del mundo, como Carlos Slim, repartieran su fortuna entre los más pobres de sus respectivos países?
En busca de una respuesta a esta interrogante, Bloomberg creó el Robin Hood Index. “
En busca de una respuesta a esta interrogante, Bloomberg creó el Robin Hood Index. “
¿Bloomberg eh, qué les
parece? Uno de los sistemas de información de mercados más importantes del
mundo, ideando esta chairada, socialista. Se ve la influencia de Piketty de
movimientos como, los
“indignados”, “Ocupa Wall Street”, aquí
en México MORENA, y en todo el mundo
afirman que el 1% de la población posee toda la riqueza y vive a costa del
restante 99%. La solución evidente que implica esto es que el 99% se apropie la
riqueza del 1% y la use en su beneficio, en lugar de permitir que continúe
usándose en beneficio del 1%, que supuestamente son avariciosos capitalistas
explotadores que no se lo merecen. En otras palabras, el programa implícito de
los manifestantes es el del socialismo y la redistribución de la riqueza.
Por supuesto que
es totalmente exagerado que el 1% de la gente posee la mayoría de la riqueza.
Pero el tan sólo establecerlo da muestra de los sentimientos de los que crearon
el “Robin Hodd Index”, y de tantos millones de socialistas que están firmemente
convencidos que una minoría los explota, y se enriquecen a costa del …99%
restante.
De lo que no se
dan cuenta todos ellos es que la riqueza
que detenta ese 1% es la responsable del nivel de vida, de los
adelantos, y de lo que llamamos “civilización”.
Los socialistas,
no son conscientes de esto, porque ven el mundo a través de una lente
intelectual que es inapropiada para la vida bajo el capitalismo y su economía
de mercado. Ven un mundo, aún presente en algunos lugares y presente en todas
partes hace unos pocos siglos, de familias granjeras autosuficientes, cada una
produciendo para su propio consumo y sin tener ninguna conexión esencial con
los mercados.
En un mundo así,
si uno ve el campo de un granjero, o su granero, o su arado, o sus animales de
carga, y pregunta a quién sirven esos medios de producción, la respuesta es
para el granjero y nadie más. En un mundo así, aparte de la recepción de alguna
caridad de los propietarios, quienes no son propietarios de medios de
producción no pueden beneficiarse de éstos hasta que no se conviertan en
propietarios de los mismos. No pueden beneficiarse de los medios de producción
de otros, excepto heredándolos o apropiándoselos.
En el mundo de
los socialistas, los medios de producción tienen el mismo estatus esencial como
bienes de consumo, que por regla general benefician solo a sus propietarios. Es
por esto por lo que quienes comparten la mentalidad socialista que normalmente pintan
a los capitalistas como hombres gordos, cuyos platos tienen montones de comida,
mientras que la masas de los asalariados deben vivir cerca de la muerte por
hambre. De acuerdo con esta mentalidad, la redistribución de riqueza es
meramente quitar de los platos desbordantes de los capitalistas y dárselo a los
hambrientos trabajadores.
La Riqueza del
Capitalista son Bienes de Capital
Al contrario de
estas creencias, en el mundo moderno en el que vivimos realmente, la riqueza de
los capitalistas sencillamente no existe en buena parte en forma de bienes de
consumo, no es comida, ni trajes lujosos, ni jets privados, ni yates, ni
mansiones, sí las tienen pero ahí no es donde está su riqueza. No, está
abrumadoramente en forma de bienes de capital, esto es en bienes que sirven
para producir, sino que esos medios de producción se emplean en la producción
de bienes y servicios que se venden en el mercado. Totalmente al contrario que
en las condiciones de las familias rurales autosuficientes, los beneficiarios
físicos de los medios capitalistas de producción son todos los miembros del
público consumidor en general que compran los productos de los capitalistas.
Así Slim, tiene
su riqueza invertida en bienes de capital: En redes de fibra óptica, torres de
telefonía celular, centrales telefónicas, restaurantes (Sanborns), fábricas
Euskadi, mineras, Frisco, etc. Que muy difícilmente son “repartibles” , por lo
que el “Robin Hood Index” es para decirlo rápidamente una aberración, una
estupidez, que demuestra la ignorancia supina de sus creadores.
Todos y cada uno
de nosotros nos beneficiamos, por ejemplo, que existan, Telcel, Telmex,
AT&T, Movistar, Toyota, Honda, GM,
Volkswagen, así como Nokia, Motorola, Samsung, y Apple, e infinidad de empresas más, que compiten
entre sí para ofrecernos a nosotros, consumidores productos de su giro a la
mejor calidad y precio.
En otras
palabras, todos nosotros, el 100% de nosotros, nos beneficiamos de la riqueza
de los odiados capitalistas. Nos beneficiamos sin ser capitalistas o no siendo
capitalistas a gran escala. Los socialistas como están literalmente vivos
gracias a la riqueza de los capitalistas a los que odian. Los camiones que son
esenciales para el transporte de mercancías, los aviones y los barcos,
transportan la comida que comen, muchas de estas empresas son
“Transnacionales”, lo cual ni las hace
mejores ni peores que las empresas locales. Los socialistas y manifestantes que
odian el capitalismo odian los fundamentos de su propia existencia.
El beneficio de
los medios de producción capitalistas a los no propietarios de medios de
producción no solo se extiende a los compradores de los productos de esos
medios de producción, sino asimismo a los vendedores del trabajo que se utiliza
para trabajar con ellos. La riqueza de los capitalistas, en otras palabras, es
la fuente tanto de la oferta de productos que compran los no propietarios de
medios de producción como de la demanda del trabajo que venden dichos no
propietarios. De esto se deduce que cuanto mayor sea la riqueza y el número de
capitalistas, mayores son la oferta de productos y la demanda de mano de obra y
por tanto más bajos serán los precios y más altos los salarios, es decir, mayor
será el nivel de vida para todos. Nada interesa más a la persona media que
vivir en una sociedad que esté llena de multimillonarios capitalistas y de sus
empresas, todos ocupados utilizando su enrome riqueza para producir los
productos que compra y compitiendo por el trabajo que vende aquél.
¿No quieren los socialistas
la mejora material de todos y cada uno de los miembros de la sociedad? Esto se
logra no con dádivas, ni con “reparto de la riqueza”, ni con “programas
sociales”, esto se se logra con empleos bien remunerados que ponen los odiados
capitalistas.
Cuando pienso en estos debates del 1% contra el 99%, algunas cosas viene a la mente. Por ejemplo, que todo el tiempo hay personas que entran y salen de estos percentiles. Cuando uno escucha a los intelectuales socialistas hablar del "top 1%" uno se imagina que todo el tiempo es la misma gente, aunque en realidad esto no sea cierto. Ignorar el hecho de que la misma persona puede cambiar percentiles de un a~no al otro hace que el discurso socialista pueda concentrarse en un enemigo oscuro, el top 1%, y asi echarle a este la causa de todos los males. El definir al enemigo como un percentil estadistico y no como un grupo de personas de carne y hueso, hace que el objeto del odio siempre este ahi, independiemtemente de la situacion economica. Esto es muy conveniente para manipular a las masas.
ResponderBorrarOtra cosa que no suele mencionarse, es que gracias a nuestro sistema de impuestos progresivos, el top 1% paga un procentaje muy alto de todo el impuesto sobre la renta (en EEUU como el 35% del total recaudado). Tomando en cuenta esto, la ira del pueblo deberia estar dirigida hacia los politicos que despilfarran ese dinero y no contra la gente que ha construido su riqueza a traves del trabajo.
En fin, interesante escrito.
Saludos,
Muchas gracias por tú contribución.
BorrarAsí es, atentan contra su propio bienestar con esos niveles de impuestos tan confiscatorios, riqueza que, en lugar de ser invertida en más bienes de capital es dilapidada por los políticos como Ud. apunta, destruyéndola irremisiblemente.
No puedo sino estar de acuerdo con la esencia del post y con el comentario de Emilio, no obstante, podemos aprovechar el Robin Hood Index para hacer de él una "segunda lectura" y reiterar no sólo lo absurdo [por lo que deja en claro MÉXICO LIBERTARIO en cuanto a lo "irrepartible" de una riqueza que no se materializa totalmente en dinero sino en bienes de capital], sino en lo insostenible del planteamiento de fondo, puesto que, aún "aceptando, sin conceder" que sea factible el "repartir" la riqueza, sería un acto único, irrepetible, en el que, de golpe, se estaría destruyendo capital, que no se generó en un acto, en un instante de capricho, sino luego de años de esfuerzo, innovación y talento; y que, por ejemplo de Slim, los pobres de México, como se destaca en la nota de Bloomberg, les tocaría de mil 121 dólares, que a 17 pesos por dólar, les tocaría de 19 mil pesos; esto es, $52 diarios. Con $52 pesos diarios, podría comprarse una comida corrida al día o repartirse el monto y comprar tres alimentos de $17 pesos -desayuno, comida y cena- durante un año, y...¿luego? ¿Qué harán, si, además, ya han matado las "gallinas de los huevos de oro"? ¿Qué sigue luego del reparto de la riqueza?
ResponderBorrarLo lamentable del predominio del ideal social-comunista es que más que ser un pensamiento de los más pobres, es la visión de las capas medias, los "intelectuales", quienes irreflexiva e irresponsablemente alimentan y diseminan el virus, que tiene en los políticos profesionales, partidos políticos y sus huestes beneficiarias, las "vanguardias revolucionarias" que proclaman el advenimiento de un mundo mejor, una vez que se doblegue al capitalismo y se instaure lo que cobardemente no se atreven a decir por su nombre y lo encubren con la indefinición.
Recién leía el ensayo de Mauricio Rojas: "La contrarrevolución de octubre y el sistema totalitario";
https://bibliotecademauriciorojas.files.wordpress.com/2012/03/desktop.pdf
que no hace sino recordarnos la aventura ilusoria del ideal social-comunista, un salto al vacío sin paracaídas, que ya lo podemos ver reflejada en la obra de Boris Pasternak "El Doctor Shivago".
¡SALUDOS!