Ayer Peña Nieto
especificó Meade, sucesor de Videgaray el tipo de gastos que el nuevo encargado
de Hacienda deberá recortar para
asegurar que el gobierno logre el objetivo de frenar el crecimiento de su endeudamiento el
próximo año.
Hay que "reducir el gasto corriente y
los gastos innecesarios", dijo Peña
Nieto.
Estas palabras,
vamos a ver si en la práctica se verifican tienen una gran trascendencia ya que
hasta ahora los recortes del gobierno, para enfrentar la caída de los precios
del petróleo y la también caída en la producción de petróleo ha sido en la
inversión, esto es el gasto público en obra pública.
Para los
economistas del “mainstream”, el gasto público de inversión produce crecimiento
económico, lo cual es muy dudoso puesto que es dinero que se les quita a los
contribuyentes que entonces no consumen
y el asunto se equilibra. A menos que sea deuda, pero la posibilidad de
contratar deuda ya no es una alternativa, Videgaray llevó el endeudamiento de
25% del PIB hasta casi el 50% del PIB, que todavía es manejable, al nivel de
las tasas de interés que ahora se tienen, pero que se presentarán como un
verdadero problema cuando éstas se incrementen. Por eso, las calificadoras de
riesgo crediticio S&P y Moody’s ya “nos jalaron las orejas” , en efecto, ambas
agencias degradaron la perspectiva de México de 'estable' a 'negativa' en semanas recientes, lo que
podría llevarlas en unos meses o en un
año a degradar la calificación de grado de inversión del país. Si así ocurriera, los costos financieros de
servicio de la deuda y contratación de nuevos créditos para el gobierno se
elevarían y con ellos todos los intereses entre particulares, desalentando el
consumo y la inversión, induciendo a una desaceleración económica o una
recesión.
Los recortes al
gasto corriente son temidos por el gobierno puesto que implica el despido de
burócratas, algo que puede generar lo que ya sabemos: Manifestaciones, bloqueos
de vías de comunicación, etc.
Sin embargo, Peña
al menos de palabra, está dispuesto sin importar el costo político.
Dijo Peña ayer
que,
"No solo es contener el gasto público,
sino también mejorar la calidad del
ejercicio, esto significa, privilegiar los proyectos de inversión y los
programas sociales más efectivos contra la pobreza; así como reducir el gasto corriente y los
gastos innecesarios".
¡Hasta ahora se
dan cuenta de los gastos innecesarios! ¡Benditas calificadoras! Sólo ellas han
logrado obligar al gobierno a reducir, sus “gastos superfluos”, vamos a ver qué
tanto el tamañote del gobierno mexicano completamente alocado para un país que
no produce la riqueza para tal tamaño de gasto corriente se reduce.
Yo lo dudo, si no
pueden con el CNTE, ¿Cómo van a poder despedir a miles de burócratas?
Pero eso no es lo
más importante, esta no es la manera de eliminar burocracia. Hacerlo así, será
además del problema social inducirá un problema económico ya que en un ambiente
de contracción económica los burócratas despedidos tendrán muy pocas
oportunidades de re-emplearse o de auto – emplearse.
En el 2009
escribí un post Eliminando la Burocracia ahí escribía que,
El problema cuando se liberan tropas, o, burócratas es que la gente común,
la comentocracia y los malos economistas sólo ven una parte
del proceso.Ellos ven ex soldados deambulando buscando desesperadamente trabajo, ven
una pérdida importante del “poder adquisitivo” de ellos y por ende ¿De dónde
van a salir los recursos para emplearlos?
Supongamos que el presupuesto del Estado está inicialmente balanceado, y ahora el Estado al liberar a todos los soldados (burócratas) tiene un importante superávit, y el gobierno decide, correctamente, que ese superávit debe ser regresado a la sociedad, los impuestos se reducen en la misma proporción que el gasto corriente que era necesario para pagar a las tropas o burócratas. Los contribuyentes ahora se encuentran con que tienen más fondos para comprar más, o ahorrar más para poner pequeños negocios. La demanda de bienes y servicios, por un lado, y la formación de capital por el otro permitirá en un lapso no muy largo de tiempo reintegrar a la tropa a la población económicamente activa.
Aún si el presupuesto inicial tuviera un déficit financiado por la emisión de deuda, no cambia las cosas mucho: Si ya se decidió que se tiene un ventaja al mantener un déficit, éste puede mantenerse y de todas formas regresar a la sociedad el dinero que se requería para mantener a los soldados. Se deja a las finanzas públicas exactamente como antes.
Pero la desmovilización de la tropa (burocracia) no deja a la economía como antes: Los soldados mantenidos por civiles no se transforman en civiles mantenidos por civiles. Se convierten en civiles que se mantienen a sí mismos, dejan de ser parásitos de la sociedad.
Supongamos que el presupuesto del Estado está inicialmente balanceado, y ahora el Estado al liberar a todos los soldados (burócratas) tiene un importante superávit, y el gobierno decide, correctamente, que ese superávit debe ser regresado a la sociedad, los impuestos se reducen en la misma proporción que el gasto corriente que era necesario para pagar a las tropas o burócratas. Los contribuyentes ahora se encuentran con que tienen más fondos para comprar más, o ahorrar más para poner pequeños negocios. La demanda de bienes y servicios, por un lado, y la formación de capital por el otro permitirá en un lapso no muy largo de tiempo reintegrar a la tropa a la población económicamente activa.
Aún si el presupuesto inicial tuviera un déficit financiado por la emisión de deuda, no cambia las cosas mucho: Si ya se decidió que se tiene un ventaja al mantener un déficit, éste puede mantenerse y de todas formas regresar a la sociedad el dinero que se requería para mantener a los soldados. Se deja a las finanzas públicas exactamente como antes.
Pero la desmovilización de la tropa (burocracia) no deja a la economía como antes: Los soldados mantenidos por civiles no se transforman en civiles mantenidos por civiles. Se convierten en civiles que se mantienen a sí mismos, dejan de ser parásitos de la sociedad.
Por
tanto, para que los recortes sean efectivos para la sociedad, deben de
regresarse impuestos a la sociedad, olvídense de que lo importante es el gasto
en inversión, lo que realmente hace crecer la economía es la sociedad, somos
nosotros, son las industrias, los comercios, lo hoteles, los restaurantes, son
los generadores de riqueza no el que se haga o se deje de hacer una carretera (que además la pueden
hacer con inversión privada).
Esta es la gran
falla del presupuesto. Es bueno que se esté dando la conciencia de reducir
gasto sobre todo el corriente, pero es malo porque tendrá consecuencias de inquietudes
sociales y recesivas. Lo que debe de hacerse es regresarle a la sociedad su
dinero, para que lo gastemos como mejor nos parezca y se olviden de que el
gobierno puede ser motor de la economía. Japón, es el más claro ejemplo de que
el gasto público de “inversión”, no produce crecimiento, ellos están endeudados
a 200% del PIB, sin lograr salir de la recesión que traen desde hace 30 años.
Pero no obstante la evidencia, los keynesianos del gobierno no se saben de otra
y siguen insistiendo con lo mismo, y lo mismo no produce resultados.
Me queda claro –sin negar que heredo una visión que no asimila con facilidad y quizá más bien a "regañadientes" la "destrucción creativa"– que lo que propones es lo que podría arrojar mejores resultados; no obstante, me llama la atención leer a Macario Schattino en su artículo de hoy en El Financiero decir que <> http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/aristoteles.html–, pues alimenta las peores fantasías de hacer que el gasto público sea mayor al actual y sea el protagonista indiscutible. ¡Saludos!
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