lunes, enero 26, 2009

Las Consecuencias Económicas del Dinero Artificialmente Barato II

Dos Clases de Crédito

Ya he tratado el concepto de crédito material o real y crédito fraudulento o de circulación en http://mexicoliberal.blogspot.com/2008/10/listo-para-bombear-trillones-de-dlares.html. Sin embargo, vamos a revisar algunos conceptos.

El crédito material o de bienes de consumo es la transferencia de ahorros reales del artículo que ahorró a aquellos otros que desean usar el producto del ahorro del primero, notar que me he referido a un bien material y no a dinero; el dinero debe ser perfectamente neutro y emplearse solamente para facilitar el intercambios de bienes. Supongamos que el ahorrador intercambia su bien por dinero; este dinero que recibe el ahorrador es real y se comporta como mercancía líquida, esto quiere decir, que todo el mundo está dispuesto a intercambiar un bien producido por ella y ese dinero lo ahorra, es decir lo retiene no lo gasta en consumo, hace un sacrificio puesto que está en la naturaleza humana la preferencia por disponer los bienes hoy que en el futuro. Al momento que el que ahorra presta su dinero ahorrado, es decir, concede un crédito, está transfiriendo su poder de adquisición al deudor y por consiguiente le está permitiendo adquirir los bienes que el que le prestó, el acreedor, no consumió. Por tanto, en este tipo de crédito, la cantidad de bienes que puede adquirir el deudor es exactamente igual a la cantidad de bienes que el ahorrador se abstuvo de adquirir. Más crédito sólo será posible si alguien más ahorra, si no existen ahorros el crédito es imposible. Lo más importante es que bajo este sistema el poder adquisitivo del dinero nunca es afectado, esto es no existe la inflación. Insisto el dinero es neutro y lo que realmente se intercambia son bienes, y en el caso del acto del crédito se transfieren bienes ahorrados al deudor.

El crédito de circulación es el crédito garantizado por fondos creado de la nada por los bancos, esto es el sistema “moderno” de dinero el sistema fiduciario de reserva fraccionada. Este sistema ya fue explicado en http://mexicoliberal.blogspot.com/2008/12/el-dinero-y-el-crdito-2.html. En este sistema cada depósito en los bancos se “multiplica” por algún factor y se crea “dinero” pero dinero fiduciario, que por obra y gracia de las legislaciones de los gobiernos se comporta como dinero real, sustituyéndolo, este es el génesis de los fenómenos inflacionarios y es el sistema monetario que todos los países emplean. Su principal característica es que al multiplicar la cantidad de dinero incrementa el poder adquisitivo de los deudores que entran en el mercado de los bienes reales, bienes producidos con una demanda adicional que no existiría si no se hubieran introducido estos billetes y depósitos creados por los bancos. Esta demanda adicional, produce más adelante una elevación de los precios de las materia primas, de los salarios y de los bienes y servicios producidos, esto es pues la inflación. Convertir “piedras en panes” como diría Lord Keynes.

Así, mientras que la cantidad de crédito bueno o crédito de bienes está rígidamente atado a la cantidad de acumulación de capital formado por ahorros previos, la cantidad de crédito de circulación está sólo limitado a la legislación o el capricho del cártel de bancos comandados por el banco central. El primer tipo de crédito no lo puede expandir ningún burócrata, el segundo, es cosa de todos los días.

Así las cosas, cuando se no dice que existe una falta de crédito o “credit crunch” la respuesta del sistema burocrático de crédito es incrementar sus préstamos; expandir el crédito a voluntad, sólo limitados por la legislación que los “amarra” a la proporción de dinero que pueden crear de la nada por cada unidad de dinero depositada.

La expansión en el crédito no sólo lleva a un tendencia obscura y confusa (así desde luego lo quieren los cínicos gobiernos para que la gente la acepte la inflación como “Acto de Dios”) de incremento en los precios y salarios, frecuentemente una loca carrera entre precios y salarios, sino que además tiene efectos en la tasa de interés de los mercados. Como el dinero creado de la nada por los bancos tiene el efecto de sustituir el ahorro, da la ilusión que hay mucho ahorro, mucho dinero y la tendencia es que evidentemente las tasas de interés caigan a valores inferiores al nivel que tendrían en un mercado de dinero no manipulado por la expansión del crédito. Así la popularidad del “sistema” por parte de los gobiernos radica sobre todo en el efecto que al corto plazo tiene en bajar artificialmente las tasas de interés. Es hoy en día la principal herramienta de “política monetaria” que implantan los gobiernos para lograr el dinero fácil y barato que haga felices a sus pueblos y los releve de la necesidad del sacrificio que significa ahorrar.

Así los gobiernos pueden quitarle a la sociedad la riqueza generada para “sus cosas”, y mantenerlos felices con la ilusión de que en realidad no necesitan ahorrar, todo lo pueden conseguir hoy sin necesidad de ningún sacrificio. “Convertir piedras en panes” diría Keynes.

Ética y Moral en el Crédito

El crédito material es ético puesto que al transferir el acreedor su poder adquisitivo al deudor se impone un sacrificio, y, a cambio de este sacrificio de no poder usar hoy sus ahorros es que el deudor paga un interés. El interés es pues, para el deudor el precio que tiene que pagar para tener el poder adquisitivo del ahorrador, y, para el ahorrador la recompensa a su sacrificio.

En cambio, para el caso del crédito circulante, no hay sacrificio, no hay ahorro involucrado, peor aún cuando se pide un enganche, por ejemplo para comprar una casa o un auto. El sólo depósito del enganche, en virtud del sistema de reserva fraccionaria permite al banco crear dinero de la nada, como por arte de magia, para completar la cantidad en la solicitud del crédito, es más, con un 20 por ciento de enganche, ese dinero depositado le sirve al banco para prestar 9 veces lo depositado. El deudor empieza a pagar su crédito sobre un dinero que nunca existió como bien no fue riqueza generada por nadie, no hay sacrificio ni ahorro de nadie. Los intereses aquí son simplemente inmorales, son pagos de riqueza real por un dinero que nadie ahorró, un dinero que simplemente fue tecleado en “la computadora”, así el deudor tiene que pagar con dinero real, puesto que son el producto de su trabajo y ahorro para completar la mensualidad de un crédito. ¿Cómo puede un banco pedir que un deudor pague un crédito derivado de dinero obtenido de la nada con riqueza real, con un bien material obtenido por el producto de su esfuerzo y trabajo? Así, no obstante, que el dinero del crédito salió de la nada, si el deudor no paga será “ejecutado” por la legislación para que el banco actúe sobre su garantía, esto es la casa o el auto, que son bienes reales. Esta es una situación carente de toda ética, el acreedor falsifica la riqueza creado dinero de la nada, no hay sacrificio de ninguna especie por su parte, en cambio, el deudor, sí tiene que pagar peso tras peso con dinero real y de no hacerlo perderá sus garantías, que él si tiene que poner, pero que el cártel de bancos comandados por el banco central no, ellos son los dueños de la “computadora” o de la imprenta de billetes, y la legislación de los gobiernos los ampara, esa y sólo esa son sus “garantías”.

Continuamos….

2 comentarios:

  1. Anónimo12:58 a.m.

    hay una nota en el universal muy interesante donde ex presidentes latinoamericanos hablan de la crisis achacandoles los males de todo al sistema capitalista y "neoliberal" y proponen inyectar miles de millones para salvaguardar al pueblo, que esos gobiernos no se dan cuenta de que todo esto es su culpa por dilapidar dinero que no tienen!!!!

    Como siempre otro gran post...
    Saludos.

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  2. El sistema Neoliberal, estoy de acuerdo, ese es el culpable, pero haciendo énfasis que Neoliberal significa Estatismo, intervencionismo, tal y como lo escribí en el post.

    http://mexicoliberal.blogspot.com/2009/01/el-neo-liberalismo-un-camino-al.html

    El Neoliberalismo un camino al infierno.

    De acuerdo allá vamos, al infierno.

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