sábado, septiembre 22, 2018

¿Quieren Percibir Más Por Su Trabajo?


Todo el mundo se queja de lo bajo de los salarios en México. Los políticos para supuestamente subsanarlo andan planteando emitir leyes o decretos para subir el salario mínimo, para supuestamente alegrar (le dicen activar) la Economía interna aumentando el consumo. ..
Mala idea, muy mala idea, desconocen de Economía,  no se ponen a pensar que la producción, y sobre todos los bienes de capital son exactamente los mismos, en consecuencia, si existe más dinero y el mismo número de bienes y la misma productividad (asociada a los bienes de capital), los precios irremediablemente subirán. En efecto, al aumentar los salarios, los empresarios repercutirán en sus precios el aumento, y pronto tendremos una inútil carrera de salarios contra precios, en la que, históricamente, siempre han perdido los salarios, de esta forma los trabajadores no mejorararán y por el contrario quedarán peor que antes del arbitrario decreto. Esto, por supuesto, no es nuevo, lo han experimentando en incontables ocasiones, y aún así insisten, porque los votantes votaron por estar mejor económicamente.
Pero no se puede estar mejor por decreto, ni por leyes, ni por más que la Constitución exprese que el salario debe ser remunerador, son sólo buenas intenciones, las leyes no pueden (ni deben) alterar la Economía, si lo hacen, la propia Economía se las cobrará con creces.
Pero, entonces, ¿Por qué en México los salarios son tan bajos?
La respuesta es muy simple, porque la productividad es también muy baja. Podremos trabajar muchas horas, echarle “muchas ganas”, pero la productividad sigue baja, y si la productividad es baja el PIB es bajo.

PIB PER CÁPITA


Este resulta de dividir el Producto Interno Bruto entre el número de habitantes, con esta cifra el Banco Mundial crea un comparativo entre países.
De acuerdo con este comparativo en el año 2000 México tenía el lugar número 69 un PIB/cápita de $5,080 USD/habitante, entre un total de 208 países, superando a todos los países latinoamericanos, excepto Puerto Rico. Para el año 2017 ocupa el lugar 71 con 8610 dls/habitante, entre un total de 189 países y es ahora superado por los siguientes países de Latinoamérica: Costa Rica, Argentina, Panamá, Chile y Puerto Rico. Para poder comparar la evolución de un país en el tiempo, debe expresarse la cifra en USD constantes, esto es en términos reales, de este modo, los 5080 dólares de 2000, equivalen a 8022 dólares de 2017.

Lo cual indica que el avance per cápita real en los últimos 17 años, ha sido de, 8610 - 8022 = 588 USD.
¡Un ridículo 7.3% en 17 años transcurridos!  Que en términos anuales es un 0.431%.

De esta forma el crecimiento del PIB que en estos últimos 20 años ronda entre el 2 a 2.5 por ciento, en realidad por habitante es un miserable 0.413%.
Por esto, los salarios no han crecido, si el PIB no crece, tampoco podrán hacerlo los salarios.
La siguiente gráfica compara el PIB per Cápita en USD para diferentes países.
Aquí es relevante hacer notar que Japón, prácticamente permaneció constante, esto se debe al envejecimiento de la población y su baja tasa de reemplazo, es un país estancado. En cambio China, y Sur Corea han tenido crecimientos importantes. Y, en occidente destaca EUA a pesar de la recesión de hace 10 años.
Así que si quieren percibir $ 8 USD/hr y hasta $16 USD/hr como es el salario mínimo de EUA, bueno pues tendremos que tener un PIB per cápita de $ 58,270 USD/hab. Nuestra cifra es $ 8,610 USD/hab así que es 6.78 veces menor. ¿Quieren ganar más? Pues tendremos que incrementar esos $ 8,610 USD. Y enfatizo, eso no se incrementa creando leyes o decretos. Si lo hacen, producirán inflación y quedaremos peor.


La siguiente gráfica muestra la Productividad de México, no está actualizada a 2017, me quedo 3 años atrás, pero les garantizo que en esos tres años no ha hecho más que caer.

Así ¿Cómo es que quieren ganar más?
No es con “programas sociales”, como vamos a aumentar la productividad y en consecuencia el bienestar de todos los mexicanos. En eso, se nos ido, millones de millones de pesos que si se hubieran destinado a la creación o mejoramiento de bienes de capital, este país sería mucho muy diferente.
Vean como China aumentó su PIB per cápita de 840 USD/hab. A 8,690 USD/hab. Un poco mayor que México, sólo que ellos tienen 1,200 millones de habitantes, por lo que el crecimiento de su PIB, y en consecuencia de su productividad ha sido impresionante.
Los latinoamericanos en general y México en particular,  no hemos podido entender que la razón de la prosperidad es la productividad, y muchos confunden la productividad con actitud, voluntad para trabajar mucho, pero eso es parcialmente cierto, la productividad se incrementa sólo con la inversión en bienes productivos, en aquellos que generan una utilidad, esto es, riqueza, y en el capital humano es decir conocimientos, conocimientos útiles, por supuesto, no cualquier conocimiento es útil. Esas son las razones que nos pueden hacer crecer económicamente, insisto, que crezca el PIB originado en el concepto de Hayek  “Del Crecimiento de la Frontera de las Posibilidades de Producción”, esto es que haya más negocios de todo, y muy importante que cada uno de ellos sea moderno, productivo, esto es que exista INVERSIÓN, pública y privada, pero sobre todo esta última. Sólo así podremos emular a Corea,  China, o otros países que no se muestran en la gráfica como Singapur, Nueva Zelandia, Hong-Kong , Irlanda, Estonia, que son los únicos países que salieron de pobres y hoy son ricos en los últimos cien años.
Pero no podemos entender esto, nuestros gobernantes no pueden entender esto, nuestros economistas, educados como marxistas - keynesianos  no pueden entender esto.  Y esto no lo hemos podido entender desde que nos independizamos de España, o Portugal, seguimos creyendo en que un mago, un hado, un Mesías, vendrá a redimirnos de nuestra pobreza, que son las “oligarquías transnacionales” las que nos tienen jodidos, que no podemos permitirnos crecer con desigualdad, que hay que crecer con igualdad, y que la riqueza, tan exigua, tan limitada que es, debe de ser “redistribuida” entre los pobres.
La idea popular, parece ser que un caudillo-Mesías será el que nos saque de jodidos y muy pero muy importante, sin tener que trabajar, ahorrar, estudiar, y por supuesto, ignorantes en economía, sin tener que invertir en bienes de capital, en más generadores de riqueza. No, el caudillo – Mesías, nos sacará del subdesarrollo, por ensalmo, por magia y claro, combatiendo la desigualdad.
Tan esto es cierto, que hemos tenido un desfiladero de Caudillos: Anastasio Somoza, Juan Domingo Perón, Fidel Castro, Luis Echeverría, López Portillo, Salinas de Gortari, Hugo Chávez, los Kirchner, Evo Morales, Daniel Ortega, Lula da Silva, Rouseff,  Rafael Correa, Bachelet  y similares que escapan de mi memoria en nuestros días, y todavía creemos que el siguiente aspirante a caudillo como el hoy presidente electo  López Obrador, nos dará esa riqueza que se nos niega sin tener que educarnos y producir un alto valor agregado, sin tener que “redistribuir” la escasa y casi nula riqueza de nuestros países, sólo para combatir lo que les obsesiona, la desigualdad.
La desigualdad, que es natural en el proceso de la creación de la riqueza, Marx lo entendió bien, pero las consecuencias las interpretó mal, en su Manifiesto del Partido Comunista (1848) que es una descripción insuperada de la fuerza creativa de "la burguesía", que "no puede existir sino a condición de revolucionar incesantemente los instrumentos de producción". Ello a causa del elemento distintivo del capitalismo (palabra que Marx no usaba) u “orden burgués”: la competencia económica como medio para enriquecerse. Donde otras “clases dominantes” usaban la fuerza, la burguesía usa su capacidad de producir más eficientemente. Por ello, “la burguesía ha cumplido un papel altamente revolucionario en la historia”, multiplicando la riqueza pero, a juicio de Marx, acumulándola en cada vez menos manos. Este fue su gran error, que lo llevó a profetizar el pauperismo masivo y la inevitable revolución comunista. Es decir, para Marx, la productividad es la fuerza que usa la burguesía para la "dominación". No es pues de sorprender que estas ideas estén firmemente afianzadas en las mentalidades de los caudillos gobernantes. De nuestros gobernantes, por esto, permanecemos estancados, con un muy bajo incremento en el PIB per cápita, como nuestro raquítico 0.431 % .
Todos estos caudillos, presentes en Latinoamérica, comparten varias cosas en común, la principal es que están convencidos, por su formación comunista,  de que es la “desigualdad” el problema a vencer para poder otorgar la “justicia social” a todos los ciudadanos, recordemos el concepto de Marx “acumularse cada vez en menos manos”, concepto que además les conviene por el sentimiento natural de envidia de la gente, nos dicen que no es posible permitir el crecimiento con palabras más, palabras menos “lastimosa y vergonzosa” desigualdad y así la emprenden con programas “sociales”, reemplazan la creación de empleos productivos con empleos en la burocracia, como el dinero nunca les alcanza para pagar el gasto corriente siempre en expansión, hacen “Reformas Fiscales” para expoliar más al sector productivo, esto es para prevenir que la riqueza se concentre en “cada vez menos manos”.

La Austeridad de AMLO 

Es encomiable el proyecto de AMLO de austeridad, no puedo sino congratularme de ponerle un hasta aquí a la expansión del gasto corriente, y aún más su probable disminución en lo referente al rubro de “servicios personales”, esto es la nómina, y de todos los lujos, prebendas y canonjías  que disfruta la burocracia. Sin embargo, lástima que sólo se trate de una reasignación del gasto, lástima que lo ahorrado por un lado será dilapidado por el otro, lástima, que en lugar de bajar drásticamente el “gasto social”, para hacerlo más puntual y que llegue sólo a los que realmente necesitan de una ayuda, se amplié, se expanda.
En la mente de López Obrador no entra el preocuparse por fomentar la inversión, como todo buen político, y más mesiánico como es, lo que quiere es allegarse votos, que la gente identifique claramente que es él y sólo él, el gobierno a cargo de su partido Morena el que les proporciona los recursos. Clientelismo político para decirlo simple y llanamente. Lo pobres son el mejor negocio de los políticos por que establecen una relación de dependencia  y que, supuestamente los perpetúa en el poder. Sin embargo, este razonamiento falla: Fue la estrategia de PRI, y también la del PAN y vean la vapuleada que les dio Morena el pasado 1 de julio. Y es que la realidad acaba pesando. Y la realidad es, que por más programas “sociales” que se diseñen y ejecuten, que además son terriblemente ineficientes ya que una gran parte del dinero se va en corruptelas y administración y poco finalmente les llega a los beneficiados no aportarán nada al crecimiento del PIB, no aportarán nada al Crecimiento de las Posibilidades de Producción, esto es a la inversión en bienes que generan un flujo de efectivo y que son los responsables de la generación de empleos.
Así que caudillos van y vienen, como el actual AMLO que finalmente llegó al poder después de pasarse 18 años en campaña criticando la falta de crecimiento económico, en lo cual tiene razón, pero atribuyéndolo equivocadamente a la conducción “Neo Liberal”, de la economía, esto es, plantea que deberá ser el estado y no los particulares los responsables de sacarnos de este estancamiento ancestral. Sin embargo, poco podrá hacer con sus ideas de aumento en el gasto social y sus obras de infraestructura de muy dudosos beneficios, como el tren Maya, y sus refinerías.
 No podemos aprender cuales son las razones de la riqueza, no podemos imitar a países como Corea del Sur, Singapur, Nueva Zelanda, no, tenemos que imitar a países fiscalmente fracasados como España, Italia, Grecia, Francia, que con su socialismo y su Estado de Bienestar tienen a sus respectivos países empinados, y en una situación tan difícil. Surgen nuevos caudillos como en España Pablo Iglesias, el Hugo Chávez –AMLO, español que tienen según él la solución a los problemas de España y que es muy simple subir los impuestos al 80%, lo que lanzará seguramente, de salir electo a España al precipicio de crisis en la que ya están pero caerán mucho más profundo.
 La gente seguirá votando por aquellos que prometen remedios milagrosos, que prometen enderezar la economía a base de leyes, de reglamentos, de burócratas, de dádivas con cargo al erario, por qué ellos les “suenan” y sus populistas propuestas resultan muy agradables a la masa, a la irracional masa, a la desesperada masa que lo que quiere es el cambio, que vota por propuestas económicamente ridículas,  y siempre anti capitalistas, anti productividad, y no sabe que con su voto está hundiéndose más, que se están poniendo la soga al cuello, aunque también, porque en nuestros países no existen alternativas, todos los partidos, todas las opciones para la democracia son socialistas con distintos grados de tiranía, todas luchan por la igualdad. Y sí, para allá vamos a ser todos iguales, pero pobres. 
Seguiremos votando y encumbrando caudillos, seguiremos improductivos, y en consecuencia, seguiremos pobres, ganando menos, trabando más, y eso si es que podemos encontrar un empleo que nos permita trabajar. Que al menos haya alguien que tenga a bien “explotarnos”, estaremos felices de ser explotados, porque al menos tendremos un sueldo que nos permita mal comer, y mal vestir. Y nuestro PIB per cápita sin variación alguna, y el “Pueblo” que encumbra ignorantes quejándonos de los bajos salarios.
Así será hasta el final de la historia. México es un país condenado a la mediocridad y está muy difícil que podamos salir de ella, si se sigue votando por caudillos “hadas madrina”.



lunes, septiembre 10, 2018

Por qué México NO CRECE ... Ni Crecerá




El principal problema de México es el bajo crecimiento, de él derivan muchos otros problemas. Para entender por qué el país no crece lo suficiente y no se crean empleos debemos entender ante todo que el crecimiento económico y la generación de empleos se debe a la actividad productiva, es decir que simple y llanamente depende de las empresas, y en consecuencia de los empresarios, y por empresario entiéndase desde el que pone una taquería, una papelería, una tiendita de alimentos, hasta los que ponen una aerolínea, un hotel, una fábrica de automotores, todos tienen en común exactamente los mismo: Invierten su capital, para obtener utilidades. Una persona (física o moral) que posee capital tiene básicamente tres opciones para obtener una renta: Invertirlo en los mercados financieros, que va desde inversión en instrumentos de deuda gubernamentales CETES, o privados bonos, o fondos de deuda, o la Bolsa de Valores; invertirlo en algún bien raíz que le proporcione una renta, y tercero, y finalmente invertirlo en algún negocio. Todas estas opciones virtud de la globalización no necesariamente van a ser en México, siempre hay posibilidad de que invierta en la bolsa de Nueva York, compre bonos del Tesoro de EU, compre un condominio en Miami, o ponga un negocio en algún país del mundo. Esto es importante por que se contrapone con la visión aldeana de la Economía de López Obrador, lo que le impide comprender que hay otros lugares en donde colocar el dinero.
También es cierto que el gobierno no crea empleos, en todo caso crea burocracia que no producen riqueza, sólo se requieren para mantener el funcionamiento del Estado y sus salarios se pagan utilizando impuestos, en México debido a que existen importantes segmentos de la economía vedados a la inversión privada se tienen empresas paraestatales que si crean empleos y además lo hacen de privilegio resultando en empresas poco productivas que inciden dañando la economía del país. Además, es obvio que estas empresas ya de por si ineficientes, y con exceso de personal, ya no es posible aumentar en forma significativa ni su crecimiento ni el número de empleos que en consecuencia se puedan generar. Por tanto, la conclusión importante de todo esto es que el gobierno no puede ni hacer crecer la economía ni crear empleos, por una razón muy sencilla: Por que el crecimiento y los empleos son resultado fundamentalmente de la inversión privada, local y extranjera, y ningún gobierno, ninguno que quede claro puede obligar a un empresario a invertir primero productivamente y luego en este país.
En un estudio estadístico que realicé desde 1994 referente a cuantificar que cantidad de inversión se requiere para crear un empleo formal me encontré que la cifra es de alrededor de 30,000 dólares/empleo, y por tanto, se requieren 30,000 millones de dólares anuales de inversión para crear un millón de empleos formales que se requieren para dar empleo a los jóvenes que se incorporan cada año a la PEA. Esta cifra no es menor, y es evidente que ni el gobierno, ni los empresarios locales tienen disponible esta cantidad de dinero por lo que es evidente que necesitamos que la inversión extranjera directa tenga un papel protagónico en la inversión.
Y, aquí viene la pregunta importante ¿Por qué yo empresa que fabrico el producto X o quiero construir un hotel Y, voy a invertir en México? ¿Por qué en México?, y no en China, o Guatemala, o Colombia, o Brasil, o Rep. Checa, o Polonia, o Hungría, o Vietnam, por listar solo algunos de los posibles competidores de ese dinero, por qué es lo primero que debemos entender, existe competencia (que horrible palabra) por capitales productivos. Esos capitales productivos en tan sólo 6 años han permitido a 450 millones chinos pasar de la pobreza a ser una clase media, han permitido a 7 millones de irlandeses pasar de la pobreza a ser ya no una clase media, sino un pueblo pudiente con un ingreso per cápita medio mayor a 35,000 dólares anuales, superior a la media de Francia, Inglaterra y Alemania. Poca cosa ¿no es así?
Por consiguiente, la pregunta más importante es: ¿Qué es lo que determina que una empresa quiera invertir en un país? Y conocida la respuesta, ¿Qué podemos hacer para que esa condición se cumpla lo mejor posible? Estas son las preguntas que todo gobierno que quiera que su país progrese debiera hacerse, sin embargo, el mexicano encerrado en su propio mundo, tiene sus propias respuestas que no se apegan a la realidad de las cosas en un mundo globalizado.
Pues bien, más que los ingresos o volumen de ventas por si mismas la razón que mueve al empresario es siempre las ganancias, y éstas se obtienen deduciendo a los ingresos los costos totales, y aquí esta el meollo, la parte medular, esencial del asunto: Una importante empresa transnacional no se fija gran cosa en el tamaño del mercado interno que es deseable pero no determinante, ellos producen para el mundo, por tanto los ingresos locales no son un factor tan importante, el factor importante es entonces el de los costos. Y aquí es en donde tenemos problemas, altos costos para producir un mismo bien son evaluados por las empresas para tomar sus decisiones para invertir o no en un determinado país:
Expolio Fiscal Excesivo: No sólo es la tasa para el pago del ISR de 35% que se compara muy desfavorablemente con el de otros países con los que México compite como receptor de inversión: El propio EU con 22%, China 10%. Sino también la imposibilidad de deducir (debido a la Reforma Fiscal de Videgaray-Peña), las prestaciones sociales, y, sobre todo la depreciación acelerada de activos.  También aquí cuenta la tasa de IVA excesivamente alta, que, por mecanismos de mercado acaba siendo también un ISR ya que merma la capacidad de compra de los consumidores lo mismo que el IEPS, en especial el aplicado a combustibles y energía.
Costos laborales: No obstante que nominalmente los salarios son muy bajos, como consecuencia de la baja productividad del país, los costos laborales no son tan bajos:  Aquí estamos mal y seguiremos mal, bajo rígidas leyes laborales, es muy costoso despedir, cuotas adicionales como IMSS, Infonavit, y el colmo impuesto sobre nómina, el de inspiración marxista reparto de utilidades que actúa como un  impuesto sobre la renta que tiene finalmente el efecto de disminuir las utilidades netas de las empresas. Las  leyes laborales imponen una relación asimétrica cargándose a favorecer al trabajador, también son poco flexibles, no se permite contratación por hora o sólo unos días por semana, así el Índice de Rigidez laboral ubica a México en el lugar # 55, no muy lejos del #66 de Francia que también al ser “progresistas” es prácticamente imposible despedir y muy pero muy lejos de Estonia #23, EEUU #3 e Irlanda #2. Resulta interesente que a mayor rigidez laboral mayor es el desempleo. A esto agrávese con los sindicatos como el de la industria automotriz, los huleros, los mineros (que controlan el acero), los de aviación, sus “conquistas laborales” que creen que vienen del cielo, pero que para la administración no son otra cosa que costos; costos que inciden en las utilidades. Sigamos con nuestras leyes “progresistas”, no nos quejemos del desempleo y la actividad informal.
Costo de las leyes, las leyes cuestan, y mucho, desde poder cumplir a cabalidad con todas las disposiciones del gobierno, fiscales, reglamentaciones, etc. impone un costo, importante. El exceso de regulaciones tiene un costo que incide en la utilidades, y que, sobre todo, son el filón de la corrupción. México es un país sobre regulado desde las leyes fiscales hasta el más mínimo detalle de las actividades mercantiles, aquí México debiera hacer cirugía mayor para des regular lo más posible. Aquí tampoco se percibe voluntad de simplificar leyes y la regulación.
Capacidad de mantener el Estado de Derecho y aplicación de la legalidad en forma expedita. Aquí México flaquea de forma importante, todos sabemos lo lento y caro que es cualquier proceso judicial, y no sólo eso, muchas veces lo corrupto que es. Esto es un importante freno a cualquier decisión de inversión. No es un secreto que gran parte de la aversión que el presidente de EU tiene por México se origina en litigios en los que incluso ganó el juicio pero no pudo cobrar debido a la corrupción del sistema judicial.
 Infraestructura de país confiable y barata: Transporte, electricidad, energía, seguros y servicios contables, un sistema financiero competente y otros factores básicos.
Ante la imposibilidad de eficientar a los monopolios de la energía que con sus “conquistas laborales” tienen a las empresas quebradas.
Seguridad: Ya le seguridad es un enorme problema, asaltos carreteros, a la nómina, posibilidad de secuestro para ejecutivos, esto otra vez repercute en costos de seguridad privada, seguros, y gastos en mejorar la seguridad, como bardas, cámaras, GPS, etc., que no deberían de tenerse si el gobierno proporcionara su obligación fundamental.
No menos importante: Costos financieros, esto es, baja inflación, tasas de interés bajas y paridad estable en relación con nuestros socios comerciales. Esto apenas se estaba dando, pero se ha perturbado recientemente con una paridad Peso-Dólar, muy volátil, y que ha depreciado sustancialmente al peso induciendo inflación. De su importancia ya nos lo advierte Hayek que se mostró especialmente crítico con la visión de los bienes de producción, como un fondo homogéneo y unitario, que respondía automáticamente a los cambios en la demanda de bienes de consumo (como afirman los keynesianos). Hayek insiste en que los bienes se ordenan según su mayor o menor distancia del consumo final. Es bien conocido que las empresas tienen en cartera y valoran infinidad de proyectos. Existen proyectos que tardan decenas de años en amortizarse y otros que concluyen en el mismo periodo de inicio. En algunos proyectos, no se empiezan a tener ventas hasta transcurridos varios años. No es el consumo presente, sino el coste de la financiación el aspecto crítico, en todo tipo de inversiones. La producción para el consumo de un año, no es más que una fracción del total de bienes producidos y vendidos durante ese periodo. La economía estable es por tanto el factor más importante para atraer la inversión, pero que al parecer estamos empeñados a renunciar con políticas inflacionistas como las propuestas por los keynesianos que nos han gobernado y ahora agudizado con López Obrador.
La libertad de actividad en el mercado. El vigor de la competencia—así como el nivel de interferencia del gobierno para entrar al mercado de un país—también son factores importantes. Cuanto más libre sea el mercado, más atractivo será el país para los inversionistas internacionales. Este es un punto en el que francamente México muestra gran debilidad: Existen áreas clave en la economía como por ejemplo el transporte que están en manos de gremios o sindicatos que impiden la competencia, otras están vedadas a la inversión extranjera justificadas sólo por un nacionalismo inexplicable en términos racionales. También, no obstante que la Constitución prohíbe los monopolios éstos están presentes en el Estado y privados en casi toda la actividad económica. Aquí deben crearse leyes antimonopolio para romper los privilegios, obligar a la libre competencia, y evitar a toda costa la dominancia en los mercados de una sola empresa o empresas coludidas en oligopolios. México desgraciadamente ocupa uno de los últimos lugares en la clasificación de libertad económica.
Educación de alta calidad: Si bien el inversionista aporta capital, tecnología y capacidad gerencial, la calidad de la fuerza laboral es de gran importancia. Los mexicanos hemos demostrado que podemos ser trabajadores capaces y responsables, sin embargo, la calidad en la educación especialmente la pública es pésima, ocupamos el último puesto entre todos los países de la OCDE no obstante la gran cantidad de recursos que se gastan. Y es que el problema principal radica en que sólo se preocupan por la cobertura y el adoctrinamiento, más no en la calidad y la exigencia, para el gobierno lo importante es el acceso, y tenernos controlados con la visión de gobierno proveedor, y no lo que realmente aprendan y si lo que aprenden es útil. Prueba de esto es la nefasta propuesta del López Obrador de crear universidades sin examen de admisión y sin evaluaciones, sólo el “cuerpo” en el recinto será suficiente para obtener un título, nada más falaz, los jóvenes que ahí estudien no tendrán ninguna posibilidad de encontrar un empleo, serán sólo una fábrica de resentidos sociales (como ya lo son en gran medida las universidades públicas) con presupuesto Estatal. También, falta darle un impulso decisivo a la educación tecnológica, en todos los niveles, desde técnica hasta ingenierías. La enseñanza de las matemáticas y la ciencia desde la educación básica es sumamente deficiente esto es incuestionable y debe y puede cambiarse. Sólo teniendo materia prima humana bien preparada y educada para competir será posible dar el “salto” de la economía de la manufactura a la economía del conocimiento. No hacer nada por mejorar la educación tendrá el costo de la marginación y la desigualdad.
Tal parece que con López Obrador daremos varios pasos para atrás, tirando la Reforma Educativa, entregando otra vez la educación al sindicato, re activando el tráfico de plazas, no podía ser más desalentador.
No menos importantes son los derechos y la protección de la propiedad. La propiedad privada debe protegerse y evitar que los activos reales o intangibles de una empresa sean apropiados por otros ilegalmente. Léase aquí piratería, el caso Pascual, etc. copia de medicinas con patente vigente, etc. No se respeta la propiedad privada y la propiedad intelectual, no se invierte y nos automarginamos del desarrollo.
Un gobierno respetuoso de la actividad empresarial, que no la hostigue, la denosté, la insulte, la acose. Que por el contrario la promueve, aliente, la busque, vaya a foros internacionales a promover al país.
Son sólo once puntos, no puedo pensar en una mejor lista de políticas públicas para aumentar el crecimiento económico y el nivel de empleo en un país en desarrollo. Están basadas en la premisa básica que son las empresas privadas son las que crean la riqueza y ponen los empleos y que en consecuencia debemos transformarnos para que sea atractivo invertir aquí. Y no hay de otra, así es, así ha sido y así será. Los países que han transformado sus estructuras en este sentido hoy crecen vigorosamente elevando el nivel de vida de su población. Pensar que un gobierno tenga una receta mágica para crear riqueza y crear empleos sin el concurso de la inversión es falso, y finalmente pensar que la inversión se va a dar nada más por que sí, por que tenemos un TLC con EU también es falso, si no cambiamos la estructura del país a una visión de ser competitivos como lo implican estos diez puntos, pues, aunque sea el próximo presidente el que supuestamente promoverá la “4ª transformación”, no pasará nada, seguiremos marginados por la inversión, no nos considerarán viables, y lo pagaremos con bajas tasas de crecimiento y del empleo.
Marc Tuotai, estratega financiero internacional, declaró sobre México: "El tren de la modernización está pasando ahora y los mexicanos no quieren darse cuenta que el tren quizá no vuelva a parar en décadas... El costo de quedarse atrás puede ser muy alto, es la diferencia entre mejor calidad de vida para millones o profundizar los problemas sociales". Así, mientras aquí nos entretenemos con los dimes y diretes, con gasto público para “crear empleos”, como el de las becas a ninis, el tren maya, los caminos rurales,  desde fuera ven el dilema de México con toda claridad: o acelera su proceso de modernización económica y política o pronto el mundo le estará diciendo adiós a los mexicanos, como ya en los hechos está sucediendo. El país que hace un par de décadas estaba en boca de todo inversionista hoy nos estamos volviendo irrelevantes. 

Suena dramático, lo es.