jueves, octubre 23, 2014

Empleos Destructores y Empleos Productores

El estado es el gran generador de empleos, la expansión del gasto público en gasto corriente es simplemente fuera de toda proporción. La gráfica que sigue muestra el desmesurado crecimiento del gasto público, de los ingresos tributarios, y del PIB.
Si el gasto es mayor al ingreso, se incurre en un déficit, que debe ser financiado con deuda, y con inflación, que son las otras dos “entradas” de dinero para el gobierno.
Nuestros políticos gobernantes no entienden que no es relevante tener a la gente empleada así, porque sí, claro piensan que al tenerlos empleados como burócratas tienen a la gente contenta y sobre todo controlada, pero este no es el camino del crecimiento y la prosperidad del país.
Ya he escrito sobre la diferencia entre un gasto que no genera utilidades y que requiere constantemente de más dinero (obtenido por la coerción) para permanecer y crecer; su crecimiento es costa de las actividades productivas y del consumo, y de un gasto en actividades que generan utilidades (riqueza) que es autosustentable que no perjudica a nadie, todo lo contrario, trae prosperidad y bienestar a la sociedad.
La gente debiera de ser empleada en actividades que generen riqueza , los empleos en la burocracia o en hacer hoyos para luego taparlos, o trenes bala, lo único que producen es que privan a los generadores de riqueza de la expansión de la acumulación de de riqueza real que es el antecedente a la inversión en actividades productivas. La expansión del gasto público y sobre todo de la burocracia mina las posibilidades de crecimiento de la economía y nos lleva a la miseria económica.
La creencia de que el Banco de México y el gasto público pueden manejar y hacer crecer la economía no son más que buenos deseos. Todo lo que el Banco Central puede hacer es bombear dinero y alterar falseando la estructura de las tasas de interés. Pero esto no lleva a crecimiento económico.
La clave para el crecimiento económico es la expansión de bienes de capital, esto es, todo aquello que produce riqueza. Sin embargo, esta expansión debe permitirse que se realice libremente y no mediante la baja artificial de las tasas de interés, el bombeo monetario y el gasto público deficitario.
Las políticas monetarias relajadas siempre resultan en expansión de bienes de capital en proyectos que no generan riqueza, esto es en consumo y destrucción de capital.
Por esto, el gobierno, muy a su pesar debe contraerse, bajar las tasas impositivas, y permitir la acumulación de capital generado de actividades productivas. Así, el mercado libremente podrá decidir en qué actividades productivas deberá asignarse ese capital para generar infraestructura productiva que nos llevará a la prosperidad productiva y a empleos productivos, cada vez mejor pagados.