sábado, diciembre 19, 2020

ASALTO A BANCO DE MÉXICO

 Ya ayer AMLO® puso el tema: "Los directivos de Banxico son empleados de los "machuchones" de las finanzas sin ver al pueblo ni la economía de las familias. "

Con esa frase empieza a "medirle el agua a los camotes" para dar el siguiente paso: Apropiarse de una porción significativa de las reservas internacionales que ascienden a la nada despreciable cifra de 194 mil millones de USD.
Como aquí he escrito, esas reservas internacionales están invertidas en Bonos del Tesoro de EU, y posiblemente algunos bonos AAA de la Unión Europea y también posiblemente en oro. Todos ellos instrumentos líquidos que pueden fácilmente reconvertirse a USD. Sin embargo, a éstas inversiones existe la contraparte en CETES, que fueron generados para "esterilizar" el dinero entrante y no generar una demasía en dinero circulante que presionaría la inflación.
AMLO® lo que quiere es invertir parte de las reservas en bonos de PEMEX, que dicho sea de paso se consideran chatarra, y/o inventar algún tipo de bono para sus "Programas del Bienestar". Entonces tendremos como activos los bonos de Pemex, y como pasivos los CETES, esto es a la 4T le costarán los intereses de los bonos de Pemex (que son muy elevados, por basura), más los intereses de los CETES. Esto es, no es muy buen negocio que digamos....
Pero, la viabilidad financiera no es algo que a AMLO y su 4T le preocupe mucho, ahí tenemos sus obras dispendiosas, la cancelación del NAIM, etc.
Pero existen otros efectos: Ya la calificadora Moody's advirtió, y no sobre esto, sobre lo de la adquisión de los USD en efectivo por Banxico con un rotundo "Degradaremos la calificación soberana de México". Que dicho sea de paso ya está en el último escalón antes de convertirse en basura, y perder el grado de inversión.
Si AMLO se atreve a asaltar la Reservas Internacionales los "machuchones" de las finanzas venderán sus posiciones de bonos mexicanos que ya no podrán tener porque por estatutos de los propios inversionistas institucionales sólo les está permitido invertir en bonos con Grado de Inversión.
Así que los "machuchones" sacarán de golpe $ 70,000 millones de USD (por lo menos), devaluando el MXN quizá a más de $ 30 MXN por USD con el consecuente disparo abrupto de la inflación seguirá también el abrupto incremento de las tasas de interés a niveles inimaginables mayores al 10 o 15 por ciento para tratar de retener o atraer capitales, no volverán, sus propios estatutos se lo impiden, vendrá la quiebra bancaria, por el impago de créditos, tal y como sucedió en 1994 y el Fobaproa, y con ello la entrada a una profunda crisis financiera sólo comparable con la debacle de José López Portillo.
Ciertamente que "el pueblo y la economía de las familias" se vería arrasada por la crisis, como si se detonara una bomba financiera sobre México.
De este modo, a menos que sea muy idiota, y no le adviertan con qué está jugando. AMLO® acabará siendo empleado de los "machuchones" de las finanzas, si es que no quiere ver el país arrasado.

¡DEJA A BANXICO EN PAZ IMBÉCIL!



martes, julio 07, 2020

Para qué México crezca




El principal problema de México es el bajo crecimiento, de él derivan muchos otros problemas. Para entender por qué el país no crece lo suficiente y no se crean empleos debemos entender ante todo que el crecimiento económico y la generación de empleos se debe a la actividad productiva, es decir que simple y llanamente depende de las empresas, y en consecuencia de los empresarios, y por empresario entiéndase desde el que pone una taquería, una papelería, una tiendita de alimentos, hasta los que ponen una aerolínea, un hotel, una fábrica de automotores, todos tienen en común exactamente los mismo: Invierten su capital, para obtener utilidades. Una persona (física o moral) que posee capital tiene básicamente tres opciones para obtener una renta: Invertirlo en los mercados financieros, que va desde inversión en instrumentos de deuda gubernamentales CETES, o bonos privados, o fondos de deuda, o la Bolsa de Valores; invertirlo en algún bien raíz que le proporcione una renta, y tercero, y finalmente invertirlo en algún negocio. Todas estas opciones virtud de la globalización no necesariamente van a ser en México, siempre hay posibilidad de que invierta en la bolsa de Nueva York, compre bonos del Tesoro de EU, compre un condominio en Miami, o ponga un negocio en algún país del mundo. Esto es importante porque se contrapone con la visión aldeana de la Economía de López Obrador, lo que le impide comprender que hay otros lugares en donde colocar el dinero.

Y cierto es que impulsando la actividad empresarial habrá nuevos ricos, sin embargo, no es un asunto fácil. El sueño de la riqueza nos atrae a todos. Pero sólo aquellos que innovan y que crean nuevos bienes y servicios se convertirán en los nuevos ricos. Pocos nacen con mentalidad empresarial, y menos todavía triunfarán. El éxito empresarial necesita de cualidades extraordinarias, como elevados niveles de energía, perspicacia para ver oportunidades donde otros ven problemas e intuición para anticipar qué producto o servicio serán rentables.

También es cierto que el gobierno no crea empleos, en todo caso crea burocracia que no producen riqueza, sólo se requieren para mantener el funcionamiento del Estado y sus salarios se pagan utilizando impuestos, en México debido a que existen importantes segmentos de la economía vedados a la inversión privada se tienen empresas paraestatales que si crean empleos y además lo hacen de privilegio resultando en empresas poco productivas que inciden dañando la economía del país. Además, es obvio que estas empresas ya de por si ineficientes, y con exceso de personal, ya no es posible aumentar en forma significativa ni su crecimiento ni el número de empleos que en consecuencia se puedan generar. Por tanto, la conclusión importante de todo esto es que el gobierno no puede ni hacer crecer la economía ni crear empleos, por una razón muy sencilla: Por que el crecimiento y los empleos son resultado fundamentalmente de la inversión privada, local y extranjera, y ningún gobierno, ninguno que quede claro puede obligar a un empresario a invertir primero productivamente y luego en este país.

En un estudio estadístico que realicé desde 1994 referente a cuantificar que cantidad de inversión se requiere para crear un empleo formal me encontré que la cifra es de alrededor de 30,000 dólares/empleo, y por tanto, se requieren 30,000 millones de dólares anuales de inversión para crear un millón de empleos formales que se requieren para dar empleo a los jóvenes que se incorporan cada año a la PEA. Esta cifra no es menor, y es evidente que ni el gobierno, ni los empresarios locales tienen disponible esta cantidad de dinero por lo que es evidente que necesitamos que la inversión extranjera directa tenga un papel protagónico en la inversión.

Y, aquí viene la pregunta importante ¿Por qué yo empresa que fabrico el producto X o quiero construir un hotel Y, voy a invertir en México? ¿Por qué en México?, y no en China, o Guatemala, o Colombia, o Brasil, o Rep. Checa, o Polonia, o Hungría, o Vietnam, por listar solo algunos de los posibles competidores de ese dinero, por qué es lo primero que debemos entender, existe competencia (que horrible palabra) por capitales productivos. Esos capitales productivos en tan sólo 6 años han permitido a 450 millones chinos pasar de la pobreza a ser una clase media, han permitido a 7 millones de irlandeses pasar de la pobreza a ser ya no una clase media, sino un pueblo pudiente con un ingreso per cápita medio mayor a 35,000 dólares anuales, superior a la media de Francia, Inglaterra y Alemania. Poca cosa ¿no es así?

México tiene una multitud de tratados de libre comercio, que en realidad no son tan de “libre”, puesto que libre significaría simplemente importar y exportar bienes irrestrictamente sin condición alguna, son entonces tratados comerciales. El más reciente el TMEC, que reemplaza al TLCAN, porque el presidente Trump lo consideraba nefasto para los Estados Unidos. El presente tratado impone más restricciones sobre todo en la cuestión laboral.
López Obrador está muy esperanzado que el TMEC será el detonante del crecimiento para México, está muy equivocado, si el TLCAN previo sólo lo fue en un principio, en los primeros años, lo cierto es que los países orientales principalmente China y los del Sudeste Asiático “Nos comieron el mandado” , y no fue sólo porque allá los salarios son menores, que ya no lo son, sino por muchas otras razonas en que los empresarios prefirieron pagar el flete para cruzar el Océano Pacífico a invertir aquí que tenemos 2,000 Km de frontera con el mercado más importante del planeta.

Por consiguiente, 
la pregunta más importante es: ¿Qué es lo que determina que una empresa quiera invertir en un país? Y conocida la respuesta, ¿Qué podemos hacer para que esa condición se cumpla lo mejor posible? Estas son las preguntas que todo gobierno que quiera que su país progrese debiera hacerse, sin embargo, el mexicano como un autista, muy particularmente la llamada 4ª Transformación de López Obrador nos mantiene encerrado en su propio mundo, tiene sus propias respuestas que no se apegan a la realidad de las cosas en un mundo globalizado. Es más busca colocar al México en el pasado supuestamente “glorioso” del Estatismo de Luis Echeverría y José López Portillo (1970-1982), por lo cual es paradójico que piense que el TMEC es la solución al bajo crecimiento económico que ha inducido y que, con la Pandemia del COVID19 se ha acentuado y agravado para proyectarse como uno de los países con menor crecimiento del mundo.
No son los tratados como el TMEC lo único que se requiere, se necesita mucho más. Pero mucho más.

Pues bien, más que los ingresos o volumen de ventas por sí mismas o los tratados comerciales, la razón que mueve al empresario es siempre la misma: las ganancias, y éstas se obtienen deduciendo a los ingresos los costos totales, y aquí está el meollo, la parte medular, esencial del asunto: Una importante empresa transnacional no se fija gran cosa en el tamaño del mercado interno que es deseable pero no determinante, ellos producen para el mundo, por tanto los ingresos locales no son un factor tan importante, el factor importante es entonces el de los costos. Y aquí es en donde tenemos problemas, altos costos para producir un mismo bien son evaluados por las empresas para tomar sus decisiones para invertir o no en un determinado país, así como también mucho muy importante las cargas fiscales que merman las utilidades netas, y la CONFIANZA, así con mayúsculas que hay certeza en que las reglas y los contratos se van a respetar siempre.  
Lo que sigue es una lista de varios costos y asuntos en los que incurre el empresario que desea invertir en nuestro país, y aquí podemos darnos cuenta que estamos de lo mediocre a lo malo:

1) Costos laborales: Aquí estamos mal y seguiremos mal, rígidas leyes laborales, es muy costoso despedir, cuotas adicionales como IMSS, Infonavit, y el colmo impuesto sobre nómina, reparto de utilidades cuya justificación es la idea Marxista del valor-trabajo, leyes que imponen una relación asimétrica cargándose a favorecer al trabajador, también son poco flexibles, no se permite contratación por hora o sólo unos días por semana, así en el Índice de Rigidez laboral ubica a México en el lugar # 55, no muy lejos del #66 de Francia que también al ser “progresistas” es prácticamente imposible despedir y muy pero muy lejos de Estonia #23, EEUU #3 e Irlanda #2. Resulta interesante que a mayor rigidez laboral mayor es el desempleo. A esto agrávese con los sindicatos como el de Volkswagen, ASPA, los huleros, los mineros (que controlan el acero), sus “conquistas laborales” que creen que vienen del cielo, pero que para la administración no son otra cosa que costos; costos que inciden en las utilidades. Sigamos con nuestras leyes “progresistas”, no nos quejemos del desempleo y la actividad informal que es la salida natural. Que mantiene más del 50% de la economía, la gran mayoría de los empleos y que no paga impuestos, de ahí la baja recaudación que el gobierno quiere desquitarse con los causantes cautivos que trabajan en la formalidad o legalidad.

2) Costo de las leyes, las leyes cuestan, y mucho, desde poder cumplir a cabalidad con todas las disposiciones del gobierno: fiscales, reglamentaciones, etc. imponen un costo, importante. El exceso de regulaciones tiene un costo que incide en la utilidades, y que, sobre todo, son el filón de la corrupción. México es un país sobre regulado desde las leyes fiscales de las más complejas y enredadas del mundo, hasta el más mínimo detalle de las actividades mercantiles, aquí México debiera hacer cirugía mayor para des regular lo más posible. Aquí tampoco se percibe voluntad de simplificar leyes y la regulación.

3) Capacidad de mantener el Estado de Derecho y aplicación de la legalidad en forma expedita. Aquí México flaquea de forma importante, todos sabemos lo lento y caro que es cualquier proceso judicial, y no sólo eso, muchas veces lo corrupto que es. Esto es un importante freno a cualquier decisión de inversión.

4) Infraestructura de país confiable y barata: Transporte, electricidad, energía, seguros y servicios contables, un sistema financiero competente y otros factores básicos.

Ante la imposibilidad hacer eficientes a los monopolios de la energía Pemex y CFE, que con sus “conquistas laborales” tienen a las empresas quebradas aquí respondemos con cuantiosos subsidios.

5) Seguridad: Ya la seguridad es un enorme problema, extorsiones, derechos de piso, asaltos carreteros, a la nómina, posibilidad de secuestro para ejecutivos, esto otra vez repercute en costos de seguridad privada, seguros, y gastos en mejorar la seguridad, como bardas, cámaras, GPS, etc., que no deberían de tenerse si el gobierno proporcionara su obligación fundamental.

6) Y el más importante de todos: Costos financieros, esto es, baja inflación, tasas de interés bajas y paridad estable en relación con nuestros socios comerciales, esto se estaba dando, pero se terminó con López, de su importancia ya nos lo advierte Hayek que se mostró especialmente crítico con la visión de los bienes de producción, como un fondo homogéneo y unitario, que respondía automáticamente a los cambios en la demanda de bienes de consumo (como plantea los keynesianos). Hayek insiste en que los bienes se ordenan según su mayor o menor distancia del consumo final. Es bien conocido que las empresas tienen en cartera y valoran infinidad de proyectos. Existen proyectos que tardan decenas de años en amortizarse y otros que concluyen en el mismo periodo de inicio. En algunos proyectos, no se empiezan a tener ventas hasta transcurridos varios años. No es el consumo presente, sino el coste de la financiación el aspecto crítico, en todo tipo de inversiones. La producción para el consumo de un año, no es más que una fracción del total de bienes producidos y vendidos durante ese periodo. La economía estable es por tanto el factor más importante para atraer la inversión, pero que al parecer estamos empeñados a renunciar con políticas inflacionistas como las propuestas por los keynesianos.

7) La libertad de actividad en el mercado. El vigor de la competencia—así como el nivel de interferencia del gobierno para entrar al mercado de un país—también son factores importantes. Cuanto más libre sea el mercado, más atractivo será el país para los inversionistas internacionales. Este es un punto en el que francamente México muestra gran debilidad: Existen áreas clave en la economía como por ejemplo el transporte que están en manos de gremios o sindicatos que impiden la competencia, otras están vedadas a la inversión extranjera justificadas sólo por un nacionalismo inexplicable en términos racionales. También, no obstante que la Constitución prohíbe los monopolios éstos están presentes en el Estado y privados en casi toda la actividad económica. Aquí deben crearse leyes antimonopolio para romper los privilegios, obligar a la libre competencia, y evitar a toda costa la dominancia en los mercados de una sola empresa o empresas coludidas en oligopolios. Los bancos, aerolíneas, comunicaciones son un ejemplo. México desgraciadamente ocupa uno de los últimos lugares en la clasificación de libertad económica de la OCDE.

8) Educación de alta calidad: Si bien el inversionista aporta capital, tecnología y capacidad gerencial, la calidad de la fuerza laboral es de gran importancia. Los mexicanos hemos demostrado que podemos ser trabajadores capaces y responsables, sin embargo, la calidad en la educación especialmente la pública es pésima, ocupamos el último puesto entre todos los países de la OCDE no obstante la gran cantidad de recursos que se gastan. Y es que el problema principal radica en que sólo se preocupan por la cobertura y no en la calidad y la exigencia, para el gobierno lo importante es el acceso, no lo que realmente aprendan y si lo que aprenden es útil. Prueba de esto es la nefasta propuesta del López Obrador de crear universidades sin examen de admisión y sin evaluaciones, sólo el “cuerpo” en el recinto será suficiente para obtener un título, nada más falaz, los jóvenes que ahí estudien no tendrán ninguna posibilidad de encontrar un empleo, serán sólo una fábrica de resentidos sociales (como ya lo son en gran medida las universidades públicas) con presupuesto Estatal. También, falta darle un impulso decisivo a la educación tecnológica, en todos los niveles, desde técnica hasta ingenierías. La enseñanza de las matemáticas y la ciencia desde la educación básica es sumamente deficiente esto es incuestionable y debe y puede cambiarse. Sólo teniendo materia prima humana bien preparada y educada para competir será posible dar el “salto” de la economía de la manufactura a la economía del conocimiento. No hacer nada por mejorar la educación tendrá el costo de la marginación y la desigualdad.

9) No menos importantes son los derechos y la protección de la propiedad. La propiedad privada debe protegerse y evitar que los activos reales o intangibles de una empresa sean apropiados por otros ilegalmente. Léase aquí piratería, el caso Pascual, etc. copia de medicinas con patente vigente, etc. No se respeta la propiedad privada y la propiedad intelectual, no se invierte y nos auto marginamos del desarrollo.

10) Un gobierno respetuoso de la actividad empresarial, que no la hostigue, la denosté, la insulte, la acose. Que por el contrario la promueve, aliente, la busque, vaya a foros internacionales a promover al país. Leyes fiscales que tenga tasas impositivas competitivas, que permita la deducción acelerada de los bienes de capital, que en una palabra, promueva la inversión, que ese sea su objetivo, y no, como hasta ahora “redistribuir” la riqueza, que lo único que logran es evitarla, y hacer permanente la pobreza.
No hace falta una política industrial que provenga del gobierno, ya que los que eso proponen es un modelo de industrialización basado en la sustitución de importaciones. Debemos de quitarnos la idea de la explotación de las multinacionales, hay invitarlos  a entrar ya con la automotriz y aeronáutica tenemos experiencia y ha sido muy benéfico para el país. Con las empresas extranjeras conseguimos crecimiento, tecnologías y know-how que dispararon nuestra productividad más de lo que podría haberlo hecho cualquier política económica alternativa y menos si proviene de burócratas que en su vida han tenido algo productivo.
Debemos de despojarnos de la idea del empresario explotador, de que las empresas son como diría Winston Churchill “El enemigo que hay que liquidar o la vaca que hay que ordeñar” para pasar a verlas como “el caballo que tira del carro”.
Todos los países occidentales y México en particular están obsesionados con el Estado de Bienestar este es contraproducente porque mina el espíritu de una persona para prosperar y salir adelante y se queda esperando que el gobierno le resuelva su vida entera.
Una cosa es ayudar a quien lo necesita, que con ello estoy de acuerdo; otra subsidiar el parasitismo.
Son sólo diez puntos, no puedo pensar en una mejor lista de políticas para aumentar el crecimiento económico y el nivel de empleo en un país en desarrollo. Están basadas en la premisa básica que son las empresas privadas son las que crean la riqueza y ponen los empleos y que en consecuencia debemos transformarnos para que sea atractivo invertir aquí. Y no hay de otra, así es, así ha sido y así será. Los países que han transformado sus estructuras en este sentido hoy crecen vigorosamente elevando el nivel de vida de su población. Pensar que un gobierno tenga una receta mágica para crear riqueza y crear empleos sin el concurso de la inversión es falso, y finalmente pensar que la inversión se va a dar nada más porque sí, porque tenemos un nuevo TMEC con EUA y Canadá también es falso, si no cambiamos la estructura del país a una visión de ser competitivos como lo implican estos diez puntos, pues, sea quien sea el presidente, seguiremos marginados por la inversión, no nos considerarán viables, y pagaremos con bajas tasas de crecimiento y del empleo, como ha sido todo el siglo XX y lo que va del actual.

En el año 2006, en el
Foro de Davos Suiza, lanzó Laura Tyson, quien fuera la jefa de asesores económicos de William Clinton y actual decana de la London Business School declaró que: "Pareciera que para México es la última llamada", "China, India, Vietnam, Irlanda con todos sus problemas, dijo la académica, avanzan". "México da la impresión de estar conforme con ser espectador". Marc Tuotai, estratega financiero internacional, fue menos cortés: "El tren de la modernización está pasando ahora y los mexicanos no quieren darse cuenta que el tren quizá no vuelva a parar en décadas... El costo de quedarse atrás puede ser muy alto, es la diferencia entre mejor... calidad de vida para millones o profundizar los problemas sociales"Así, mientras aquí nos entretenemos con los dimes y diretes de López y su 4T, desde fuera ven el dilema de México con toda claridad: o acelera su proceso de modernización económica y política o pronto el mundo le estará diciendo adiós a los mexicanos. El país que hace una década estaba en boca de todo inversionista hoy a pasado a ser irrelevante. Suena dramático, lo es.


sábado, mayo 23, 2020

DESTRUYENDO SU PROPIO BIENESTAR (O IMPIDIÉNDOLO)


Esto está dirigido a todos aquellos que, lo que les importa es la desigualdad y no la pobreza.


Que no quieren que los ricos sean más ricos para que los pobres sean menos pobres, o dejen de serlo. Prefieren que los ricos sean menos ricos, o que se vuelvan pobres, aunque eso implique que los pobres sean más pobres.

Para empezar ¿Qué es riqueza?

Afirman los socialistas que la riqueza está concentrada en unos pocos, tienen en su repertorio frases como esta:
“Es difícil de entender que defiendan al capitalismo y negar el enriquecimiento de un pequeño grupo de la población, a costa de que un grupo mayoritario se vuelva muy pobre.”
Lo que implica que los que concentran la riqueza se apropian de la riqueza de la mayoría y eso los empobrece.
En consecuencia la bandera de los socialistas, y en particular de López Obrador es “La principal función del estado es repartir la riqueza”.
Por eso no es de extrañar que el presidente de Morena  Alfonso Ramírez Cuéllar haya presentado la propuesta de que el INEGI investigue en los domicilios particulares para encontrar la riqueza.  Y una vez encontrados buscar la manera de despojarlos de sus bienes, que pueden ser totalmente legítimos y que para su adquisición obtuvieron un ingreso por el que pagaron un impuesto.
Mostrando su enorme ignorancia en temas económicos.
Para empezar, los de izquierda están confundidos y ni tan siquiera saben lo que es riqueza.
Así que la definimos como:
Riqueza es aquello que produce intercambios voluntarios,
En el intercambio normalmente se canjea dinero por el bien o el servicio, el adquiriente considera que ese bien o servicio es más valioso que el dinero que paga por él, y, por la otra parte el que proporciona el bien o el servicio lo hace precisamente para satisfacer los deseos y/o necesidades del adquiriente y por ello obtiene una utilidad. Todo esto es por supuesto voluntario y ambas partes se sienten beneficiadas por el intercambio, es un juego de gana, gana.
La riqueza consiste en activos, incluido, por supuesto, el de uno mismo mi Capital Humano, que prometen un flujo de ingresos en el futuro. Esto es riqueza. Ni el petróleo, ni el oro, ni el dinero acumulado per se, son riqueza. Para que sean riqueza deben de ser convertidos  en activos que como se define producen un flujo de ingresos. Estos activos, los economistas les denominan bienes de capital y son las industrias, las máquinas que producen bienes, los hoteles, los bares, los comercios, edificios de oficinas,  los puertos, escuelas, carreteras,  etcétera.  El petróleo, el oro y el dinero son, en todo caso, fortuna. Y el dinero puede ser riqueza sí y sólo sí,  se invierte y produce un interés. Pero el DINERO NO ES RIQUEZA.
En los términos de esta definición, un pobre, lo es, por que su persona no es capaz de ofrecer bienes O servicios bien valorados por los demás, no tiene posibilidades de intercambiar algo que él pueda ofrecer, no tiene mucho de valor en él mismo o no tiene posibilidad de crear o comerciar con bienes que sean codiciados o necesitados por los demás. Por eso no tiene riqueza, su promesa de flujo de ingresos a futuro es o nula o muy baja. Así un barrendero, un limpiador de coches, son pobres, porque existe una gran oferta de otros que como ellos no tienen ninguna preparación y por tanto su trabajo no tiene un gran valor y en consecuencia sus ingresos son bajos. Por el contrario, un eminente médico oncólogo, un neurocirujano, un arquitecto innovador y artístico, un futbolista crack, y en general cualquier deportista, artistas , músicos, que hacen cosas que los demás valoran, aprecian, aunado a que hay poca gente capaz de hacer lo que ellos hacen tiene en consecuencia que sus ingresos son muy altos. Ellos son ricos no porque tenga dinero, lo son porque porque lo que ofrecen es codiciado o valorado por los demás. Con esta visión de lo que es la pobreza realmente, puede entonces ofrecerse una solución que es buscar la forma de incrementar el valor Ya en este mismo espacio he propuesta que la primera y más obvia es capacitar al pobre para que añada valor a su persona. Pero hago énfasis en capacitarlo en conocimientos que agreguen valor, no todos los conocimientos agregan valor, no por tener un título universitario puede afirmarse que se tenga valor, esto es importante, sin embargo, los jóvenes estudian “porque les gusta”, o también “porque no tiene matemáticas”, y pocos, muy pocos se preocupan por poner su esfuerzo en aprender algo que tenga valor. Además, las universidades sólo les preocupa ofertar profesiones, y titular a los más que se pueda, privilegiado la cobertura a expensas de la calidad y del valor…Pero esto es todo un tema.

LA RIQUEZA ES CIVILIZACIÓN Y BIENESTAR


De lo que no se dan cuenta los socialistas como López que la riqueza  que detenta ese pequeño grupo de individuos es la responsable de las mejoras materiales en el  nivel de vida, de los adelantos, y de lo que llamamos “civilización”.
Los socialistas como López, no son conscientes de esto, porque ven el mundo a través de una lente intelectual que es inapropiada para la vida bajo el capitalismo y su economía de mercado. Ven un mundo, aún presente en muchos lugares de México y presente en todas partes hace unos pocos siglos, de familias granjeras autosuficientes, cada una produciendo para su propio consumo y sin tener ninguna conexión esencial con los mercados.
En un mundo así, si uno ve el campo de un granjero, o su granero, o su arado, o sus animales de carga, y pregunta de ¿A quién sirven esos medios de producción?, la respuesta es para el granjero y nadie más. En un mundo así, aparte de la recepción de alguna caridad de los propietarios, quienes no son propietarios de medios de producción no pueden beneficiarse de éstos hasta que no se conviertan en propietarios de los mismos. No pueden beneficiarse de los medios de producción de otros, excepto heredándolos o apropiándoselos.
En el mundo de los socialistas como López Obrador, los medios de producción tienen el mismo estatus esencial como bienes de consumo, que por regla general benefician solo a sus propietarios. Es por esto por lo que quienes comparten esta idea normalmente pintan a los capitalistas como hombres gordos, cuyos platos tienen montones de comida, mientras que la masas de los asalariados deben vivir cerca de la muerte por hambre. De acuerdo con esta mentalidad, la redistribución de riqueza es meramente quitar de los platos desbordantes de los capitalistas y dárselo a los hambrientos trabajadores.
Y con eso, despojando a los ricos de su dinero creen que mejorarán la “distribución de la riqueza”, y que, en consecuencia los pobres serán menos, aunque los ricos sean menos ricos. Tienen mucho, hay que despojarlos para nivelar a la sociedad, básicamente es lo que claman a cada instante.
Así el mundo que ansía López  y sus socialistas, es un mundo en el que se han desvanecido los capitalistas multimillonarios y sus empresas, reemplazados por pequeños productores pobres, que no serían significativamente más ricos de lo que son ellos, lo que equivale a decir que se las empobrece. Esperan que en un mundo de proveedores como éstos, proveedores a quienes les falta el capital necesario para producir mucho de algo, no digamos proveer la producción en masa de los productos tecnológicamente avanzados del capitalismo moderno, de alguna forma estarían mejor económicamente. Evidentemente, los manifestantes no podrían estar más engañados.
De ahí la exaltación de López al trapiche o a las formas rudimentarias de producción. Por su cabeza no entra la idea de que en lugar del trapiche que es un bien de capital improductivo, podría usar un extractor para producir el jugo de caña de azúcar, pero que, con el tiempo que se emplea para producir un vaso con el trapiche, con el extractor podrían producirse diez, o más facultando al propietario del bien de capital productivo de mayores ingresos.
 
López exalta los medios primitivos y rudimentarios de producción
En lugar de incentivar la mayor productividad que generará mayores ingresos

LA RIQUEZA DEL CAPITALISTA SON BIENES DE CAPITAL

Al contrario de estas creencias, en el mundo moderno en el que vivimos realmente, la riqueza de los capitalistas sencillamente no existe en buena parte en forma de bienes de consumo, no es comida, ni trajes lujosos, ni jets privados, ni yates, ni mansiones, sí las tienen pero ahí no es donde está su riqueza. No, está abrumadoramente en forma de bienes de capital, esto es en bienes que sirven para producir, sino que esos medios de producción se emplean en la producción de bienes y servicios que se venden en el mercado. Totalmente al contrario que en las condiciones de las familias rurales autosuficientes, los beneficiarios físicos de los medios capitalistas de producción son todos los miembros del público consumidor en general que compran los productos de los capitalistas.
Así, por ejemplo, Carlos Slim, tiene su riqueza invertida en bienes de capital: En redes de fibra óptica, torres de telefonía celular, centrales telefónicas, restaurantes (Sanborns), fábricas Euskadi, de cigarros, mineras, Frisco, etc. Que muy difícilmente son “repartibles” , por lo que ir a meterse a su casa para ver qué tan rico es es para decirlo rápidamente una aberración, una estupidez, que demuestra la ignorancia supina de los creadores de la propuesta. Slim no tiene como rico MacPato un arca en dónde se echa clavados en billetes y monedas de oro. Ni la totalidad de los ricos.
Todos y cada uno de nosotros nos beneficiamos, por ejemplo, que existan, Telcel, Telmex, AT&T, Movistar,  Toyota, Honda, GM, Volkswagen, así como Nokia, Motorola, Samsung, y Apple,  e infinidad de empresas más, que compiten entre sí para ofrecernos a nosotros, consumidores productos de su giro a la mejor calidad y precio.
En otras palabras, todos nosotros, el 100% de nosotros, nos beneficiamos de la riqueza de los odiados capitalistas. Nos beneficiamos sin ser capitalistas o no siendo capitalistas a gran escala. Los socialistas como están literalmente vivos gracias a la riqueza de los capitalistas a los que odian. Los camiones que son esenciales para el transporte de mercancías, los aviones y los barcos, transportan la comida que comen, muchas de estas empresas son “Transnacionales”,  lo cual ni las hace mejores ni peores que las empresas locales. Los socialistas y manifestantes que odian el capitalismo odian los fundamentos de su propia existencia.
El beneficio de los medios de producción capitalistas a los no propietarios de medios de producción no solo se extiende a los compradores de los productos de esos medios de producción, sino asimismo a los vendedores del trabajo que se utiliza para trabajar con ellos. La riqueza de los capitalistas, en otras palabras, es la fuente tanto de la oferta de productos que compran los no propietarios de medios de producción como de la demanda del trabajo que venden dichos no propietarios. De esto se deduce que cuanto mayor sea la riqueza y el número de capitalistas, mayores son la oferta de productos y la demanda de mano de obra y por tanto más bajos serán los precios y más altos los salarios, es decir, mayor será el nivel de vida para todos.
 Nada interesa más a la persona media que vivir en una sociedad que esté llena de multimillonarios capitalistas y de sus empresas, todos ocupados utilizando su enrome riqueza para producir los productos que compra y compitiendo por el trabajo que vende aquél.

LOS IMPUESTOS MERMAN Y DESTRUYEN EL CAPITAL


“La idea del socialismo es de inmediato grandiosa y simple...Podríamos decir, que de hecho, es una de las más ambiciosas creaciones del espíritu humano...,tan atrevida, tan magnífica, que ha con derecho levantado la mayor admiración. Por eso, si queremos salvar al mundo de la barbarie tenemos que refutar el Socialismo, y no quedarnos impávidos y permanecer al margen" Ludwig von Mises.
Según López Obrador la función primordial del estado es repartir la riqueza, esto es, hacerle al Robin Hood, quitarle a los ricos para regalarle a los pobres.

JUSTICIA SOCIAL Y DERECHOS SOCIALES

Nuestro Lenguaje Envenenado: La Engañosa Palabra “Social”

La palabra social, empleada por sí misma es relativa mente inocua, sin embargo, cuando se le usa como el calificativo “social”, se transforma cualquier expresión en la que es empleada convirtiéndola en confusa engañosa, lo “social” es lo más ambiguo de todo nuestro vocabulario moral y político. La confusión que disemina en cualquier área para la cual es empleada es parcialmente debido a que es usada no sólo para describir fenómenos producidos por varias formas de cooperación entre individuos, que integran una “sociedad”, sino que también se usa para describir las medidas u órdenes que promueven o sirven para producir la cooperación entre individuos. Para este último uso se ha transformado en un exhorto, como una idea de los moralistas racionalistas utilizan para desplazar toda idea que se le contraponga, y finalmente se emplea para sustituir la palabra “bueno” pero con énfasis en que es moralmente correcto.
Quizá el más perverso uso de “social”, el que destruye inmediatamente todo posible significado de cualquier palabra que califique es la frase “justicia social”. Esta frase, para empezar es un fraude semántico como si existiera la justicia privada, y una fuera una categoría de la otra.
Hayek reconoció que a fines del siglo XIX, cuando el término "justicia social" ganó prominencia, se usó al principio como un llamamiento a las clases dirigentes para que atendieran las necesidades de las nuevas masas de desarraigados campesinos que se habían convertido en obreros urbanos. A eso, él no tenía objeción. Lo que sí objetaba era al pensamiento chapucero. Los pensadores descuidados olvidan que la justicia, por definición, es social. Semejante descuido se vuelve positivamente destructivo cuando el término de "social" ya no describe el producto de las virtuosas acciones de muchos individuos sino más bien el objetivo utópico hacia el que todas las instituciones y todos los individuos "deberían ser llevadas a convergir en el mayor grado posible'' mediante la coerción. En ese caso, el "social" de la "justicia social" se refiere a algo que no emerge orgánica y espontáneamente del comportamiento respetuoso de la ley de individuos libres sino más bien de un ideal abstracto impuesto desde arriba, de algo que es justificable, de algo que es “moral”.
Por supuesto, derivado de la consecución de esta “Justicia Social”, se derivan los “Derechos Sociales”, que es como se llega a la Justicia Social: Los derechos a la educación, a la salud, al trabajo, a la habitación, etc. El Estado que se ocupará de usted, el Estado es el gran padre proveedor para que sus hijos desvalidos e inútiles, los hombres niño, puedan acceder a sus favores y gracias y vivir sin ninguna preocupación su existencia.
Pero la palabra “Justicia”, junto con lo “social” se aplica para cualquier acción, que remueva la “injusticia”, y la injusticia es, por supuesto, las diferencias en el ingreso de la población, así que justicieramente el Estado, está facultado, para tomar acciones que lleven a reducir o eliminar diferencias en el ingreso. Esto es “La Repartición de la Riqueza”. Por supuesto, debido a que las mayorías son las que tienen pocos ingresos, y siempre hay en la psique de los individuos un algo o un mucho de envidia del que tiene más, no necesariamente, de los inmensamente ricos, asegura a los políticos que promueven “El Primero los Pobres”, los votos para acceder al poder y ya ahí de aplicar políticas “re distributivas” del ingreso y de la riqueza. Sin embargo, esto es irreconciliable con el orden competitivo de los mercados, con el crecimiento económico, y sobre todo la acumulación de capital, y aún el mantenimiento de la población y de la riqueza. Por consiguiente la gente, por medio de estos errores intelectuales, ha llamado “social” a lo que es el principal obstáculo para mantener una sociedad que se desarrolle y tenga mejores niveles de vida, así lo “social” debiera de llamársele “anti-social”.
Todos queremos, por supuestos que también los proponentes y defensores del Capitalismo y los mercados libres que mejore el nivel de vida de la población. Para el Capitalismo es simplemente suicida empobrecer a la gente puesto que reduce sus mercados disponibles. No tiene ninguna lógica pensar que el pobres es pobre, porque el rico es rico.
Este Post ya está muy largo así que continuaré en una segunda parte en donde escribiré como reducir la pobreza, aunque aumente la desigualdad.


sábado, mayo 16, 2020

EL FIASCO DEL SIGLO


Escrito por 
Laurie Ann Ximénez-Fyvie


Cd. de México (05 mayo 2020).- "Como alguien dijo una vez, "existe una diferencia entre un fracaso y un fiasco". Un fracaso es sólo la ausencia de éxito. Cualquier tonto puede lograr el fracaso. Pero un fiasco... Un fiasco es un desastre de proporciones míticas. Un fiasco es una leyenda popular que hace a otros sentirse más vivos porque no les sucedió a ellos".- Cameron Crowe

La pandemia de Covid-19 continúa expandiéndose por el mundo con estelas de sufrimiento y devastación económica. Su impacto en todos los sectores de la sociedad, de los círculos de poder político y económico a los ciudadanos, es cada día más patente. La mayoría de los jefes de Estado y autoridades sanitarias -sobre todo los de España, Italia y Estados Unidos- se tropiezan intentando enmendar los errores cometidos al inicio de la pandemia. Otros, como los de Brasil y Nicaragua, agachan la cabeza y se rinden sin haber emprendido en realidad la lucha para contener la catástrofe, ofreciendo en sacrificio la vida de una porción del pueblo al que representan. Pocos emprendieron a tiempo y con eficacia las acciones de contención para esquivar los efectos negativos más adversos de la pandemia. En este grupo están Vietnam, Taiwán y Nueva Zelanda. La visión y valor de los líderes de esos países se reflejan en el bajo número de muertes y el panorama alentador de una recuperación social y económica más expedita.

Desde el inicio, los esfuerzos emprendidos por las autoridades mexicanas, encabezados por el Dr. Hugo López-Gatell Ramírez, Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, fueron tardíos e insuficientes. La displicencia de la inacción y el discurso condescendiente revelan resignación ante un curso de acontecimientos que, si bien no era inevitable, sí era predecible, tanto por modelos matemáticos como por las experiencias previas de otros países. Muchas acciones y declaraciones de Lopez-Gatell han llegado a ser incluso perjudiciales a la contención de los contagios. La lista es larga, pero tres han sido especialmente perniciosas: 1) la continua descalificación de medidas preventivas simples pero efectivas como el uso de cubrebocas, 2) la reiterada desinformación al sugerir que los portadores asintomáticos del virus no pueden contagiar a otros y 3) la insistencia en que la realización de pruebas diagnósticas masivas no tiene utilidad alguna. Si el objetivo de las autoridades es "aplanar la curva" para evitar la saturación de los hospitales y reducir el número de defunciones, parece inexplicable que sus propias acciones sean contraproducentes al objetivo de reducir el ritmo y número de contagios.

Las acciones de nuestras autoridades pasaron rápidamente de la insuficiencia a la negligencia. Tan solo 14 días después de reportarse los primeros casos en México, López-Gatell declaró que sería "demasiado complicado" seguir tratando de rastrear los casos y contagios. Pasamos entonces de la ilusión de un posible control a la vigilancia centinela, modelo que proporciona cifras generales y estimaciones, que evidentemente no está diseñado para controlar un fenómeno de la magnitud y complejidad de esta pandemia. Las autoridades se resignaron a ser espectadoras de la catástrofe. Reportan los datos que tienen a mano con fines meramente informativos y las cifras y estadísticas no conducen a la toma de decisiones informadas. El 11 de abril, al ser cuestionado sobre la posibilidad de cambiar la estrategia, López-Gatell fue tajante en su respuesta: "No necesitamos cambiar la estrategia, esta estrategia la definimos en enero y es para toda la epidemia". Su declaración explica por qué se hace tan poco para mejorar la calidad de los datos. Aunque los casos y defunciones aumenten de manera alarmante, la estrategia definida antes del inicio de la pandemia es considerada como inamovible; los datos son sólo descriptivos, se deja que los eventos ocurran y la autoridad se limita a reportarlos.

La pregunta obligada es: ¿La estrategia de nuestras autoridades tiene siquiera la intención de contener la expansión de contagios? No es necesario especular para obtener una respuesta, basta con prestar atención a las declaraciones del propio López-Gatell. Por ejemplo la del 16 de marzo, después de aquel ignominioso ejercicio de estulticia científica, cuando declaró: "la fuerza del Presidente es moral y no es una fuerza de contagio". Las redes sociales y medios de comunicación estallaron, centrándose en esa frase. No era para menos. Pero más preocupante fue lo que dijo justo antes: "casi sería mejor que padeciera (el Presidente) coronavirus, porque lo más probable es que él en lo individual, como la mayoría de las personas, se va a recuperar espontáneamente y va a quedar inmune". El 7 de marzo, López-Gatell declaró: "La estrategia que seguimos es de mitigación, no de contención. México no tiene aspiración alguna de que el virus se va a detener". Permitir que una proporción amplia de la población se infecte, con la idea de que quedará naturalmente inmune a la enfermedad una vez que la infección se resuelva, se conoce como "inmunidad de rebaño" o "inmunidad comunitaria". En la práctica, el fenómeno de inmunidad de rebaño se refiere con frecuencia a la vacunación y no a permitir intencionalmente que las personas enfermen. Lo anterior es aún más pertinente tratándose de enfermedades con altos índices de transmisión y letalidad como Covid-19.

Con base en los últimos cálculos del índice de transmisión del virus SARS-CoV-2, en su publicación más reciente de estimaciones predictivas, la Escuela de Salud Pública de la Universidad Johns Hopkins señaló que para lograr una inmunidad de rebaño efectiva contra Covid-19, se necesitaría que entre 70 y 80% de la población adquiriera inmunidad. Hasta el momento, se conoce poco sobre la inmunidad que los individuos que se recuperan de Covid-19 adquieren contra la enfermedad. Se desconocen aún conceptos básicos como: cuánto tiempo después del contagio se adquiere un nivel de inmunidad suficiente para conferir protección, cuánto tiempo dura la protección inmunológica adquirida tras la infección y, sobre todo, qué porcentaje de individuos inmunes existe en cada comunidad. En un estudio de la Universidad de Stanford publicado la semana pasada, se señaló que a pesar de estimar que entre 48,000 y 81,000 de los residentes del Condado de Santa Clara, en California, habían sido infectados por el virus, sólo entre el 2.5 y el 4.2% de las personas estudiadas a principios de abril presentaban anticuerpos contra el virus. En el Estado de Nueva York, las últimas cifras dadas a conocer el 23 de abril por el Gobernador, Andrew Cuomo, señalaban que sólo el 13.9% de los residentes del Estado presentaban anticuerpos contra el virus. La evidencia científica con la que se cuenta en este momento indica que llevaría más de un año y medio para que entre el 70 y 80% de la población adquiriera inmunidad natural y que se diera así una inmunidad de rebaño efectiva.

El 23 de abril, circuló en varios medios una nota con declaraciones de López-Gatell, señalando que durante la Fase 3 de la pandemia se estimaba que alrededor de 125,000 personas requerirían hospitalización por Covid-19 y que entre 6,000 y 8,000 morirían. El Subsecretario declaró: "Son cifras que mantenemos como referencia para garantizar los recursos necesarios". Dejando de lado lo pavoroso que resulta que la persona al frente de controlar esta catástrofe acepte con naturalidad la previsión de muerte de hasta 8,000 personas, es necesario destacar que, al igual que las cifras presentadas en las conferencias vespertinas, López-Gatell se equivoca en la aritmética básica. Según estudios publicados en The Lancet sobre la distribución de casos, aproximadamente 80% son asintomáticos o leves, 15% son severos y requieren hospitalización y 5% son críticos y requieren cuidados intensivos con ventilación mecánica. De estos últimos, muere entre el 80 y 85%. Si el Subsecretario estima que 125,000 casos requerirán hospitalización, eso significa un total aproximado de 833,333 infectados; 666,667 casos leves; 41,667 casos críticos y entre 33,333 y 35,417 defunciones.

Las cifras ocultas, las interpretaciones sesgadas y las verdades a medias son graves, pero el mayor error es de cálculo. Para que en México -con una población aproximada de 127 millones de habitantes- se pudiera dar una inmunidad de rebaño efectiva por medio de la infección natural masiva de la población, tendrían que infectarse en el transcurso del siguiente año y medio entre 88.9 y 101.6 millones de personas. De ellas, entre 13.3 y 15.2 millones requerirían hospitalización, entre 4.4 y 5.1 millones alcanzarían un estado crítico y tendrían que ser tratadas en unidades de terapia intensiva con ventilador (8,231 a 9,407 cada día durante los siguientes 18 meses). Entre 3.5 y 3.8 millones de personas morirían. No hay sistema de salud en el mundo, ni siquiera sumando los mejores de otras naciones, capaz de atender semejante número de casos críticos al día. El "fiasco del siglo" consiste pues en haber apostado --contra todas las evidencias científicas-- a una estrategia que implicaría sacrificar la vida de más de 3.5 millones de personas, pensando seguramente que sería el camino más fácil y menos costoso. La estrategia de la inmunidad de rebaño, aunque no ha sido nombrada así de forma explícita por las autoridades, es la que se está llevando a cabo, de hecho, en nuestro País y sencillamente no puede funcionar para controlar la pandemia que nos azota.

Tarde o temprano vendrá la rendición de cuentas. La historia no suele tratar con amabilidad a aquellos científicos que en pro de un bien común malentendido y faltando a la ética que su profesión demanda, han abusado de su poder y posición, sacrificando o arriesgando la vida de las personas. ¿Quizás el caso de Josef Mengele venga a la mente? Hoy en México se reportaron oficialmente 24,905 casos y 2,271 defunciones. Queda mucho por hacer y debe hacerse con urgencia. Hemos perdido ya por arriba de 4 veces más vidas a causa de Covid-19 que por el terremoto de 2017. El coronavirus llegó para quedarse, no va a desaparecer de forma espontánea. No existe vacuna o tratamiento efectivo contra la enfermedad que causa. Se requiere la implementación de medidas enérgicas y efectivas de contención, mediante la realización de pruebas diagnósticas masivas y el rastreo de casos y contagios. Estamos en la etapa de mayor velocidad de avance de la pandemia y hay muchas vidas que todavía pueden salvarse. Nuestras autoridades deben ajustar la estrategia. El precio de su vacilación y pusilanimidad, para actuar con rapidez y contundencia al inicio de la pandemia, se está pagando con el sufrimiento y la vida de muchos mexicanos. Ahora tienen la obligación cívica y moral de rectificar el rumbo y tratar de resarcir el daño, salvando el mayor número posible de vidas.
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La autora es Doctora en Ciencias Médicas con Especialización en Microbiología egresada de la Universidad de Harvard. Jefa del Laboratorio de Genética Molecular. Facultad de Odontología. UNAM.


domingo, abril 05, 2020

Claves Psicológicas del Fanatismo Político

La imagen puede contener: 4 personas, personas de pie

Debemos de aceptarlos, López Obrador es el presidente de México. Llegó a este puesto después de 18 años promoviendo el fanatismo a su persona.

Por este motivo, encontré este material valioso sobre el tema ya que hay que entenderlo a cabalidad si queremos regresar a nuestro amado país a un país de ciudadanos y no uno de fanáticos.
Por Enrique Echeburúa
El fanatismo es una actitud caracterizada por una adhesión intolerante a unos ideales (políticos, étnicos o religiosos) que pueden llevar en algunos casos a conductas destructivas. En las personas fanáticas hay una amalgama de componentes afectivos (la exaltación emocional), cognitivos (el valor absoluto de las creencias) y comportamentales (las conductas impositivas contra quienes piensan distinto). El predominio de la convicción emocional sobre la coherencia racional (pensamiento mágico) –las ideas son discutibles; las creencias, no- lleva a la ofuscación de la conciencia. Los fanáticos, que creen estar en posesión de la verdad, cargan su pensamiento de odio para compensar su falta de racionalidad. El fanatismo supone un ahorro de energía psicológica porque no requiere de ningún trabajo intelectual (no se ponen en cuestión las ideas), elimina la incertidumbre, ofrece seguridad y proporciona el apoyo emocional del grupo.
Las creencias fanáticas aluden a los registros más primitivos del ser humano. El extremismo fanático se asienta en la inseguridad. Esta actitud suele proceder de una incapacidad de pensar y de un sentimiento de inferioridad, que muchas veces pueden aparecer revestidos como de superioridad. Los fanáticos son personas rígidas con ideas sobrevaloradas y con estilos de pensamiento tendentes a reducir informaciones complejas a elementos simples: adhesión inquebrantable a una idea, intolerancia al cambio y visión unilateral de la realidad. Esto constituye la base del dogmatismo en cuanto ideología cerrada y con creencias invariables. También son personas elementales intelectualmente, con un pensamiento dicotómico a nivel cognitivo (las ideas o las personas son buenas o malas), a nivel emocional (empatía solo con el endogrupo) y a nivel moral (valores compartidos solo con el endogrupo). Así, son personas incapaces de trascender su sistema de valores o creencias, que hipervaloran lo propio y desprecian lo ajeno.
Las actitudes fanáticas se aplican especialmente a la religión y a la política. En el ámbito religioso el fanático quiere creer a toda costa algo increíble. Uno no es fanático ante lo evidente, sino a lo que escapa a la racionalidad. Por ello, hay personas inteligentes y racionales en diversas facetas de su vida, pero que, en cambio, pueden ser fanáticas en otras, como en la religión o en la política, que calman sus ansiedades personales.
Enemigo externo
Si las personas se sienten víctimas de una agresión exterior, la única solución puede ser la acción directa y violenta. En estos casos el adversario se convierte en enemigo y se le niega su propia naturaleza como sujeto portador de derechos. De este modo el fanático pasa de la indiferencia al desprecio y del desprecio al odio (Baca, 2003).
Los fanáticos precisan la presencia de un enemigo externo, al que atribuyen todas sus frustraciones, como factor fundamental para conformar una identidad propia y generar una cohesión grupal. Ese es el caldo de cultivo en el que germinan las semillas del odio, que pueden conducir a la venganza y a la violencia. El grupo genera asimismo un contagio emocional. Así, sus miembros muestran una mayor tendencia a adoptar decisiones arriesgadas porque el riesgo se percibe como compartido y, por tanto, como menos amenazador.
En el caso del fanatismo violento el proceso es el siguiente: a) una creencia victimista sirve de aglutinador de un grupo; b) hay una identificación emocional de cada sujeto con la creencia y con el grupo; c) se refuerza la homogeneidad grupal mediante la creación de un enemigo exterior, que puede ser una amenaza para el grupo propio; d) ese enemigo no es de los nuestros ni siquiera es “humano” como nosotros; y e) hay que destruir al enemigo en defensa propia. Un sistema de creencias así genera mucho fervor, cristaliza esperanzas y funciona como una droga cultural. En resumen, entre los componentes de la violencia figuran el odio, el fanatismo, la glorificación de la violencia y la mentalidad sectaria (Lázaro, 2013).
A efectos de protegerse de los sentimientos de culpa y de conseguir una inmunidad emocional, los fanáticos distorsionan la realidad, atribuyen sus frustraciones a los demás, deshumanizan a las víctimas, considerándolas como un mero obstáculo que se interpone en la consecución de sus ideales, y legitiman con ello su conducta destructiva, a modo de imperativo moral.
El fanático encuentra en el grupo y su mente colectiva un elemento de primer orden para no asumir culpa alguna. El grupo llega incluso a dotar de significado existencial a sus miembros. Formar parte de un movimiento extremista tiene recompensas, como sentir emoción y aventura, sentimiento de camaradería y un alto sentido de la identidad.
Sin embargo, el fanatismo conlleva unos terribles «efectos secundarios»: limita la libertad, empobrece el psiquismo, incomunica, limita la autocrítica y el afán de superación, reduce la riqueza de matices de la vida y en muchos casos desemboca en la negación de la dignidad humana de los otros.
Proceso evolutivo
Convertirse en fanático es resultado de un proceso gradual en el que determinados líderes, la familia (padres o hermanos), las redes sociales o los amigos desempeñan un papel muy importante, sobre todo en la adolescencia, dentro de un marco endogámico e impermeable a influencias externas. Nadie nace odiando. La transmisión generacional de las creencias extremistas se inicia a edades tempranas con un fuerte sentimiento de victimización, que justifica la violencia por el bien de una causa moral superior (Baron-Cohen, 2012).
Cuando, desde la adolescencia, se crece en un grupo que justifica la violencia como una forma de lenguaje para expresar las ideas propias y excluir las ajenas, escuchando una música, adoptando una estética en la vestimenta o leyendo unos determinados libros, que proclaman ese mismo mensaje una y otra vez, se termina por interiorizarlo, sobre todo si la persona se desenvuelve en un medio cerrado y excluyente.
Pertenecer a un grupo que manipula emociones, destruye la individualidad y los lazos afectivos con el entorno y deshumaniza al adversario es un elemento clave en la radicalización fanática. Lo que el grupo ofrece es la materialización de un sueño, la búsqueda de aventura y la gloria inmediata. Así, hacer daño a los enemigos puede convertirse en un deber. El grupo puede convertir el acto de practicar la violencia en algo rutinario. Vengar las humillaciones es un acicate poderoso.
Personas vulnerables
Las personas son más vulnerables al fanatismo y a la violencia cuando acumulan frustraciones repetidas procedentes de un entorno percibido como hostil (sentimientos de humillación y venganza), carecen de un proyecto existencial propio y de una identidad personal y presentan ciertas características psicológicas (sugestionabilidad, hipersensibilidad emocional, con poca disposición al razonamiento e intolerancia a las críticas, autoestima baja, impulsividad o dependencia emocional de otras personas a quienes confieren un liderazgo incondicional) (Echeburúa y Corral, 2004).
La pertenencia a un grupo extremista puede dar sentido a la vida desnortada de muchos jóvenes de este perfil, que carecen con frecuencia de un apego familiar sólido, no han desarrollado sentimientos de compasión y han crecido movidos por el odio. Las personas con este perfil se dejan tentar y sucumben fácilmente a los cantos de sirena de la violencia contra los otros, sobre todo cuando son sometidas a un proceso de lavado de cerebro. El fanatismo se ha convertido así en una utopía global disponible para jóvenes que, por diversos motivos, no se encuentran a gusto en el mundo y necesitan una coartada para sus venganzas.
Trastornos mentales
Sin embargo, muchos fanáticos no tienen un trastorno mental (una cosa es la irracionalidad y otra bien distinta la locura) ni siquiera son psicópatas porque, a diferencia de estos, saben prodigar cariño a sus familias y amistades y cumplen habitualmente con sus obligaciones cotidianas. Entre ellos puede haber una amalgama de idealistas apasionados, de iluminados violentos y de fanáticos narcisistas criminales.

Muchos fanáticos son ignorantes, pero con una actitud a adscribir motivaciones malévolas a la gente y con una gran carga de odio basada en una visión totalmente distorsionada (incluso paranoica) de la realidad. Y el odio es una energía motivacional muy importante. El odio se puede transformar en un deseo de venganza.
Factores de protección
Ser reflexivo y no fanático requiere un psiquismo sano: se debe ser capaz de controlar la angustia que a todos nos produce el hecho de no contar con toda la razón y de pensar que el otro puede tenerla también. Por ello, la tolerancia genuina consiste, en primer lugar, en escuchar al otro, y, en segundo lugar, en admitir que puede tener razón y que su punto de vista me puede enriquecer.
Los prejuicios son actitudes irracionales que son irreversibles por argumentos racionales. A nivel cognitivo, los aspectos protectores del fanatismo son los siguientes: a) flexibilidad y tolerancia a la ambigüedad, debiéndose tomar decisiones en contextos de incertidumbre; y b) capacidad para poder integrar aspectos contradictorios de uno mismo, de otras personas o de situaciones extremas.
A nivel preventivo, el sistema educativo y familiar debería inculcar en los jóvenes los siguientes valores:
1. La vida humana es el máximo valor a salvaguardar, y esta no puede ser sacrificada ni violentada por ninguna idea ni proyecto político.
2. Vivimos en un sistema democrático, aun con sus imperfecciones, que hay que defender porque protege las vidas y libertades de sus ciudadanos.
3. No todos los proyectos políticos son igualmente legítimos y éticos. Se deben rechazar aquellos que violen los derechos humanos.
4. Todos los ciudadanos, independientemente de sus ideas políticas, su religión o su raza, son igualmente seres humanos y tienen los mismos derechos y deberes.
REFERENCIAS

Baca, E. (2003). La construcción del enemigo. En E. Baca y M.L. Cabanas (Eds.), Las víctimas de la violencia (pp. 13.28). Madrid: Triacastela.
Baron-Cohen, S. (2012). Empatía cero. Nueva teoría de la crueldad. Madrdid: Alianza.
Echeburúa, E. y Corral, P. (2004). Raíces psicológicas del fanatismo político. Análisis y Modificación de Conducta, 30, 161-176.
Lázaro, J. (2013). La violencia de los fanáticos. Madrid: Triacastela.

jueves, marzo 19, 2020

¿PORQUÉ DEBIERAN DE APLICARSE LAS MEDIDAS MÁS ESTRICTAS DE AISLAMIENTO SOCIAL ¡YA!?



Es harto difícil escribir sobre asuntos que se expresan mejor con matemáticas avanzadas a tratar de reducirlos a la mayor simplicidad posible a conceptos, que puedan ser entendidos por todos, aunque no sean matemáticos o ingenieros.
México está cometiendo un grave error, probablemente derivado de la mezquindad del Presidente y su gobierno, que le aterra la idea de una fuerte recesión económica que le tire fuertemente los ingresos fiscales y se queden sin la posibilidad de continuar con sus gastos de “beneficio” social y sus obras insignes: El aeropuerto en Santa Lucía, la refinería en Dos Bocas, el Tren Maya, etc. Es por ello creo el desparpajo mostrado para mostrar la más mínima preocupación y las intenciones del Presidente de SOSLAYAR, el problema ignorándolo.
Sin embargo, hace mal, debieran de aplicarse las medidas más fuertes sobre todo las de distanciamiento social a la brevedad posible, es decir, ¡Para ayer! Porque cada día que pasa ignorando el problema los contagios continuarán con su evolución natural que es exponencial.
Primero, ¿Qué es el crecimiento exponencial? Significa que cada día que pasa, se tiene que multiplicar por una constante, esto es, si el número de casos en un día determinado es “n” y decimos que cada individuo con el virus está expuesto, en promedio a “e” personas en un día determinado, y que cada exposición tiene una probabilidad “p” de producir una nueva infección, el número de nuevos casos cada día es Casos = e*p*n.
Así, si comparamos un país como España y México en donde el primero tiene 6,000 casos y el segundo 60, no podemos decir que México está bien, sin embargo, los números nos dicen que el número de infectados se multiplica por 10 cada 16 días, entonces no es que esté bien, sino que está retrasado respecto al primero un mes.
La curva de contagio a los 30 días tendría el aspecto que se muestra en la figura.

De esta forma me llama fuertemente la atención de lo expresado por el Dr. López Gallet en su ejemplo de la escuela que sugería que para cerrarla había que esperar hasta que hubiese 100 contagiados de la población de mil. Es increíble que tenga doctorado en epidemiología de la Universidad de John Hopkins esto que estoy escribiendo debiera ser materia de conocimiento de su especialidad.
Sin embargo, no es el único que se expresa despreciando el problema por ejemplo, cuando el epidemiólogo y estadístico John Loannidis, codirector del Centro de Innovación y Meta-Investigación en la Universidad de Stanford, dijo que el COVID-19, además de “una pandemia que se da una vez en un siglo” también podría ser "un fiasco de una vez en un siglo”, causó revuelo internacional. Argumentó que, dada la falta de datos precisos sobre el coronavirus y su acción, las autoridades de casi 130 países habían tomado “medidas draconianas” sin base, capaces de causar más daño al tejido social que beneficio a la salud pública.
Pero otro de los expertos máximos en epidemiología de los Estados Unidos, Marc Lipsitch, investigador y profesor de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, salió al cruce de su mensaje.
Según una estimación hecha a partir de modelos matemáticos para rastrear y prevenir epidemias, Lipsitch predijo que entre el 40% y el 70% de la población adulta del mundo podría resultar infectada por el nuevo coronavirus. “Si realmente se disemina tan ampliamente como dice esa proyección, y eso es lo que creo que es probable que suceda, entonces morirán millones de personas. Y no pienso que haya manera de evitar eso”, dijo en una entrevista con CBS News. Una actualización posterior de ese cálculo ubicó a los contagiados entre el 20% y el 60% de las personas de más de 18 años, lo cual sigue siendo una cifra descomunal: entre 940 millones y 2.820 millones de seres humanos.
Sin embargo, en medio de las incógnitas “hay dos cosas claras” —escribió el profesor de Harvard—. "Primero, el número de casos graves —el resultado de todas esas incertidumbres— se vuelve temible en un país tras otro donde se permite que la infección se disemine. En Italia los ataúdes de las víctimas del COVID-19 se acumulan en las iglesias, que dejaron de hacer funerales". Eso, subrayó, “es lo que sucede cuando una comunidad espera hasta que la crisis llega para tratar de reducir la transmisión”.
Siguió: “Segundo, si no aplicamos medidas de control, la cantidad de casos continuará subiendo exponencialmente más allá de las cifras ya aterradoras que hemos visto. Los científicos han calculado que la base numérica de reproducción de este virus es de alrededor de dos. Esto significa que, sin control, los casos se duplicarán, luego se cuadruplicarán, luego serán ocho veces más grandes, y así sucesivamente, duplicándose con cada ‘generación’ de casos".

Regresando al las curvas de propagación de Esther Kim y Carl T. Bergstorm de la Universidad de Washington que ya presenté aquí pero que vamos a considerar más al detalle, y, sobre todo explicarlas invitando al lector a la reflexión sobre ella, ya que nos está narrando cómo podríamos acotar el problema fuertemente

Aquí la curva azul, que es la “natural” que explicábamos de crecimiento exponencial con el número de casos creciendo = e*p*n, que no necesariamente está a la misma escala que la roja, ya que su pico bien podría llegar a los millones, o peor aún cientos de millones de infectados con los correspondientes millones de decesos. La roja, representa la propagación controlada ,mediante sobre todo medidas de distanciamiento social, medidas que hace que p la probabilidad baje drásticamente y que incluso pueda hacerse casi cero. Con esta acción se frena bruscamente la propagación de la infección. Pero hay más, si estas medidas se toman cuando apenas comienza la epidemia, como es el caso para México en este instante, podemos “cebar” su propagación, y muy probablemente las medidas draconianas de aislamiento poblacional tengan que tomarse por mucho menos tiempo, pero mucho menos tiempo.
Claro, las medidas de aislamiento del país, como cierre de fronteras, tendría que proseguir hasta que en todos los países del mundo se perciba controlado y decayendo el asunto.
Por esto, es importante actuar ¡Ya, ahora mismo! Por nuestro propio bien, de nuestros seres queridos, de la población vulnerable con hipertensión, diabetes, edad, fortaleza de su propio sistema inmunológico, lesiones previas en el corazón, etc.